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Gistau se la juega con Soraya: "Llama para pedir cabezas en bandeja y decide quién trabaja y quién no"

Golpistas y Llarena siguen jugando al ratón y al gato y ni caso al acoso a Cifuentes.

"Torrent desafía al juez con una investidura exprés de Turull", dice El Mundo. Vamos, que Torrent quieren enviar a Turull de vuelta a la cárcel, el muy cabroncete. Dice Francisco Rosell en su editorial que "mientras los separatistas se empeñen en proponer candidatos con cuentas pendientes en los tribunales" de aquí no salimos. Si el moderado presidente del Parlament se empeña en la investidura de esta tarde, "existe la posibilidad" de que Turull vuelva al trullo por "reiteración delictiva", así que si tiene algún aprecio por su liberad yo que él renunciaría ya mismo a la presidencia. O lo mismo le va el martirio, nunca se sabe con esta pandilla de perturbados. "El adelanto de la investidura responde a la intención desleal de sostener el desafío al Estado". Es que no aprenden, no hay manera con ellos. "Llarena parece contradecir el nuevo criterio impuesto por la Fiscalía General del Estado", léase el Gobierno, de "facilitar excarcelaciones". "Es irrelevante entregarse a conjeturas sobre el gusto o disgusto del Gobierno: lo que importa es que prevalezca la ley". Sobre la vida real habla Anson, que advierte de que "lo que pretende ahora la extrema izquierda, la política antisistema acaudillada por Pablo Iglesias, dirigente de extraordinaria sagacidad, es desorganizar la moderación". Lo de la sagacidad es de coña, ¿no, Anson? "Durante los próximos meses se atizarán las algaradas callejeras, se provocaran todos los conflictos, y se alentarán diversas huelgas hasta la convocatoria de una general con perfiles salvajes". Hombre, si lo convoca el sagaz Iglesias el salvajismo se da por descontado.

El País dice que "el separatismo planta cara al Supremo para investir a Turull". El editorial contradice ese titular tan ambiguo. Dice que la convocatoria a toda máquina del pleno obedece a la rabieta que se pillaron con la jugarreta del Supremo. "La pretensión última es poder esgrimir el nuevo presunto agravio de la destitución de un president de la Generalitat ya electo". Ya estamos curados de espanto con el victimismo separata. A Turull lo pone a caldo. "Es un fanático sectario" que ya demostró "su desprecio a la oposición democrática", "un gris monaguillo del pujolismo más corrupto", dice. Cebrián hablando de monaguillos del pujolismo. ¿Algún psicoanalista en la sala?

ABC dice que "Turull tuvo un papel extraordinariamente relevante en el golpe", según la Guardia Civil. Hombre, era consejero, verás. Bieito Rubido también cree que "el intento del parlament de adelantarse a la probable inhabilitación de Turull busca convertir a este en una víctima del Estado". Pero si ya lo era, estuvo en cárcel un tiempecito. Doble lacito amarillo para chinchar a Junqueras. Parece que el Código Penal y el 155 "están surtiendo efecto para que los golpistas entiendan que el precio de atentar contra el Estado de derecho es la cárcel, la huida o el ostracismo político". Sí, ha sido mano de santo, oye. Me pregunto qué hará hoy Forcadell en el pleno de investidura. Lo mismo se queda en casa cuidando a sus nietos. "Torrent está incurriendo en una conducta cuasi-prevaricadora". Está echando todas las papeletas para conocer de cerca Estremera. David Gistau se la juega en su crónica parlamentaria abriendo en canal las malas artes de Soraya. "La vicepresidenta más agresiva y nociva para el periodismo libre en lo que va de democracia, la que más represalias subterráneas ha tomado, la que más ha llamado por teléfono a editores para pedir cabezas en una bandeja, la que más ha tratado de decidir quién tiene derecho a trabajar y quién no en función de su satisfacción personal". Jo, David, cuídate mucho, ha sido un gusto leer tus columnas en ABC.

A la encerrona a Cifuentes difundida por Escolar y amplificada hasta la extenuación por Ferreras –ayer dejó tirados a los pobres médicos, que perdieron un día de sueldo para darle a La Sexta su protesta del día y no les hizo ni caso– solo le da bola La Razón. "Cifuentes y la Universidad se contradicen sobre las fechas de su máster". Como de todos es sabido el odio africano de este medio a Cifuentes tampoco extraña. Hay un titular gracioso. "Podemos pide su dimisión". ¿Los que ni se inmutan por la violencia desatada por ellos mismos en Lavapiés? ¿Errejón, el de la estafa a la Universidad de Málaga, de la que cobraba sin ir a currar? No nos hagas reír, Marhu. De Cataluña da novedades Cristina López Schlichting. Los presos están "cada vez más deprimidos, como locos por salir y hartos de que los de fuera los ninguneen". Que mucho lacito amarillo pero nadie les saca de ahí. Tranquilos, pronto tendrán compañía nueva. Y a Ussía le ha llamado poderosamente la atención que el concejal que dice que "el capitalismo mató" al mantero "se compró un BMW deportivo de la serie 320" nada más llegar al Ayuntamiento. Pero nada comparado con la podemita gallega Paula Quinteiro, "que desarrolla su parlamentarismo de madrugada, con cerveza en la sangre y rompiendo retrovisores". Bien mirado ser podemita es un chollo, oye.

La Vanguardia dice que "la investidura de Turull se acelera antes de ir al juez". "Los independentistas quieren que acuda al Supremo como president". Como si quiere ir de bedel. Pero si hasta el radical Francesc Marc-Alvaro lo entiende. Que estado represor, que violencia judicial, bla, bla, pero "una investidura exprés de Turull antes de que lo llame el juez Llarena nos conduce a un escenario intransitable". Porque en el patio de Estremera creo que hay poco que transitar. Mejor Bélgica, Puchi se pasa la vida transitando de acá para allá.

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