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Marta Rovira se fuga: la madre de la república catalana no aguanta la presión

Conmoción en el separatismo por la "inesperada" fuga de Marta Rovira, que renuncia al escaño pero no a la secretaría general de ERC.

Conmoción en el separatismo por la "inesperada" fuga de Marta Rovira, que renuncia al escaño pero no a la secretaría general de ERC.
Marta Rovira, ayer en el pleno. | EFE

La fuga de Marta Rovira es la última pataleta del proceso. Carles Puigdemont trata de explotar la situación con una rueda de prensa en Finlandia. Le ofrece todo su "apoyo y respeto por la difícil decisión". Durante sus últimas horas en España, Marta Rovira lanzó dos señales de que algo podía estar pasando. Se justificó el hecho de que no tomara la palabra en nombre de ERC como una prudente manera de no complicar su situación procesal. La cita con Llarena sobrevolaba el ambiente. La segunda señal era su indumentaria. Ya no lucía ninguna prenda amarilla. Ni siquiera el lazo o la chapa de los políticos golpistas presos.

Rovira ha renunciado al escaño, pero no al cargo de secretaria general de ERC, que ahora podrá ejercer, asegura en su misiva, "con sinceridad y libertad". Desde el colapso del golpe y el paso por el Supremo, Rovira vivía presa de la contención, encorsetada en un discurso "pragmático" en el que la república del 1-O se había convertido en una legendaria utopía. "No me sentía libre. No me reconocía. Estas últimas semanas he vivido dentro de una prisión interna", ha escrito.

"Intensa, irascible y fanatizada"

Marta Rovira es una mujer "intensa, irascible y fanatizada". Así la describe el exconsejero de la Generalidad Santi Vila en su libro "De héroes y traidores". El retrato que realiza de la número dos de ERC es inclemente. Rovira lideraba el sector más hiperventilado del separatismo, aquellos que no le tenían miedo a nada y que sólo frenaron porque el Estado iba a poner muertos en las calles, según llegó a decir la dirigente republicana.

Vila relata una de las intervenciones destacadas de Rovira en el desastre. Se trata de una reunión de madrugada un par de días antes de la proclamación de la república del 27 de octubre. En aquellos momentos, Puigdemont parecía inclinado por convocar elecciones para despejar el riesgo de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Escribe el exconsejero: "A pesar de los lamentos y de las críticas de algunos de los presentes, como Marta Rovira, que entre sollozos, lágrimas y aullidos habló de decepción, desconfianza e incluso traición, lo cierto es que el sarao acabó con la decisión de convocar elecciones tomada".


En ERC dicen que no sabían nada

Al día siguiente, Puigdemont cambió de criterio ante las dentelladas de Oriol Junqueras y Marta Rovira, empecinados en la república o república. En ERC dicen que no sabían nada de los planes bastante elaborados de su dirigente. Tardà asegura estar sorprendido, igual que Rufián, al que, sin embargo, no le extraña la noticia. Los republicanos atraviesan horas muy bajas. La mujer a la que Oriol Junqueras confió el destino del partido y de Cataluña entera no ha aguantado la presión y se ha dado a la fuga. Los padres de la república han huido. Puigdemont, Anna Gabriel, Rovira, Clara Ponsatí, Meritxell Serret, Lluís Puig y Toni Comín dicen que están en el "exilio" y animan a seguir la lucha.

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