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155 extremo: así cae un alto cargo de la Generalidad

Millo, el capataz de Rajoy en Cataluña, le quita el sueldo a un asesor de Puigdemont que se reía de él en sus artículos de opinión.

El Gobierno saca pecho por la destitución del director de la escuela de Administración Pública de la Generalidad, Agustí Colomines, y, de paso, por el de la directora general de Relaciones Exteriores, Marina Borrell. Aparente mano dura. El otro día se coló el exconsejero de Cultura, Lluís Puig, en la delegación de la Generalidad ante la Unión Europea, la "embajada" central del separatismo que permanece abierta porque el Gobierno considera que lleva a cabo una actividad eminentemente comercial. Borrell paga el pato de la audacia de Puig, el primer fugado que logra pisar "suelo catalán" fuera de España.

Colomines, por su parte, es caza mayor: asesor de Mas y Puigdemont, veterano estratega nacionalista, padre putativo del "derecho a decidir", diseñador de la operación Junts per Catalunya y director de la escuela de funcionarios, entre otros méritos que incluyen su paso (como director "intelectual") por la fundación de Convergencia que blanqueaba una parte del tres por ciento. Además, Colomines colabora asiduamente en el diario digital nacionalista del exdirector de La Vanguardia, José Antich. En ese púlpito imparte doctrina, marca los pasos a seguir y prescribe consignas.

Obsesión de Millo

El delegado de Rajoy en Cataluña, Enric Millo, tenía a Colomines entre ceja y ceja dado que era pasto frecuente de las burlas del cesado en su tribuna periodística. Desde que entrara en vigor el artículo 155 de la Constitución, el denominado "virrey" convoca a la prensa en la delegación del Gobierno casi todos los viernes al término del Consejo de Ministros. En esas sesiones, Jordi Millo lee los pormenores de las pocas decisiones que afectan a la Generalidad. Este viernes ha sido distinto. Millo había anunciado el miércoles en Catalunya Ràdio (emisora de la que es asiduo) que se avecinaban ceses en la Generalidad. Ahí lo dejó a pesar de la insistencia de la conductora de las mañanas de la radio oficial, Mònica Terribas.

El nuevo jefe de ERC, Pere Aragonés, se dio por aludido. Es secretario de Economía de la Generalidad (86.000 euros al año). En plena polémica por la malversación, intuyó que podría ser la víctima propiciatoria de una campaña de imagen del PP para sofocar el incendio de Montoro y recurrió a TV3 para afirmar que había cumplido fielmente con sus obligaciones, etc, etc. Craso error. A las pocas horas del aviso de Millo, Colomines confirmaba que el nominado era él. El cese de la directora de Exteriores, Marina Borrell, ha sido un daño colateral. Que un fugado diera un discurso en la "embajada" de la Generalidad en Bruselas la misma semana en la que Montoro exculpaba de malversación a los golpistas era más de lo que podía soportar el Gobierno a pesar incluso de las negociaciones con el PNV para salvar los presupuestos.

En su rueda de prensa, Millo se ha referido al cese de Colomines, debido a una "falta de respeto permanente", adujo el delegado, que ha añadido que todas las actuaciones del alto cargo de la Generalidad estaban destinadas a "romper los cimientos de la convivencia". Como prueba de cargo, Millo alude al siguiente trino de Colomines: "Nada de elecciones. Recuperemos la Generalidad, que es la única de manera de defender a los presos y exiliados. Tomemos la iniciativa en vez de lamernos las heridas. Estamos en guerra y necesitamos un Gobierno para dirigirla".

Antecedentes de Millo

Millo pasó por alto en su repaso el artículo que publicó el fulminado en El Nacional el pasado 29 de marzo, un texto que aludía a los antecedentes del valido de Rajoy: "Enric Millo fue militante de UDC y portavoz adjunto del grupo parlamentario de CiU en el Parlament desde 1999 hasta que en 2003 Josep Antoni Duran i Lleida lo descabalgó de la lista electoral y Millo cogió un cabreo descomunal. Dicen que pertenecía al sector soberanista de Unió. Me parece extraño, sobre todo porque ahora vuelve a darle el pico a Ramon Espadaler y a Duran i Lleida. (...) Millo saltó de UDC al PP en un santiamén cuando el presidente del PPC era Josep Piqué. Al año siguiente, en 2004, Millo ya estaba sentado en la ejecutiva catalana de los populares. No obstante, y según explica a menudo Joan Puigcercós, antes Millo intentó una aproximación a ERC". A las tres semanas de esa columna y 175 días después del 155, Colomines ha sido cesado.

El evento ha tenido lugar dos días después de que el ministerio de Interior, con la firma de Juan Ignacio Zoido, nombrara a un exalcale y un alcalde separatistas como directores al alimón de la escuela donde se forman los mossos y los bomberos por la independencia. Colomines está que trina y asegura que su despido es político y se debe, entre otras cosas, a que había decorado su despacho de maestro de funcionarios con un foto de la proclamación de la la república de Macià. Mientras tanto, sus discípulos altos cargos en materia de comunicación de la consejería de Presidencia se mantienen en sus puestos mientras se retratan en las cenas de Puigdemont en Berlín.

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