La organización terrorista ETA ha hecho público este viernes, utilizando sus canales habituales, entre los que se encuentran los periódicos Gara y Berria, un comunicado en el que pide un tímido perdón por el daño causado durante casi medio siglo de actividad criminal, a la vez que intenta justificar la razón de su propia existencia y equiparar los crímenes cometidos con la acción del Estado de Derecho.
En el mismo, no hace ninguna alusión a su próxima disolución, que según los últimos datos tendrá lugar en la primera semana de mayo, posiblemente el sábado 5, ni hace alusión alguna a que tenga la intención de facilitar datos o pruebas a las Fuerzas de Seguridad para la resolución de los casi 400 asesinatos que se encuentran todavía pendientes de esclarecer, tal y como han pedido en alguna ocasión los familiares de sus víctimas.
"ETA quiere reconocer mediante esta declaración el daño que ha causado en el transcurso de su trayectoria armada" o "somos conscientes de que en este largo periodo de lucha armada hemos provocado mucho dolor, incluidos muchos daños que no tienen solución. Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, (…) Lo sentimos de veras" son dos de las ocasiones en las que los terroristas piden ese perdón.
En esta línea, hacen alusión al "sufrimiento desmedido" que han provocado durante casi medio siglo en la sociedad vasca y del resto de España y reconocen "la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor", a la que vez que con un tono un poco infantil o pueril señalan que "nada de todo ello debió producirse jamás" y que "no debió prolongarse tanto en el tiempo".
Los etarras tratan de justificar su propia existencia durante otra parte del comunicado. Utilizan el bombardeo de Guernica, sucedido durante la Guerra Civil española, como ejemplo de que su actividad se debe a una inercia de violencia que ya existía antes de su fundación, tratando de ocultar o desviar la atención sobre el hecho de que han estado durante cuarenta años intentando derrocar una democracia y no a la dictadura que nació de esa guerra civil.
En esta línea, intentan equiparar su acción criminal con la de un Gobierno democrático que ha intentado proteger a sus ciudadanos utilizando los instrumentos que otorga el Estado de Derecho: "para otros muchos también han sido totalmente injustas, pese a utilizar el disfraz de la ley, las acciones de las fuerzas del Estado y de las fuerzas autonomistas que han actuado conjuntamente".
"Nadie puede cambiar el pasado, pero una de las cosas más perjudiciales que se podría hacer ahora sería intentar desfigurarlo u ocultar determinados episodios. Reconozcamos toda la responsabilidad contraída y el daño causado", piden los terroristas en un intento de que su actividad criminal no pase a la historia por lo que ha sido, sino como una especie de defensa de parte de los ciudadanos vascos.