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Puigdemont aviva el caos parlamentario y dilata la designación de testaferro

JxCat, ERC y la CUP vuelven a desafiar al Estado con la aprobación de la "ley Puigdemont" para investir presidente a distancia.

JxCat, ERC y la CUP vuelven a desafiar al Estado con la aprobación de la "ley Puigdemont" para investir presidente a distancia.
Inés Arrimadas durante el pleno de este viernes | EFE

El Parlament continúa a la deriva del separatismo, que usa la cámara como en las siniestras sesiones que desembocaron en la declaración de independencia del 27 de octubre. Implacable rodillo de una escueta mayoría en escaños que pasa por encima del resto de los diputados, los letrados de la institución, el Consejo de Garantías Estatutarias y el Tribunal Constitucional. La última cacicada ha consistido en modificar la ley de presidencia de la Generalidad para poder investir un presidente de manera telemática. De nada han servido los recursos de la oposición, los informes jurídicos y la advertencia del Gobierno, que ya ha encargado el preceptivo informe del Consejo de Estado para recurrir la reforma en el Constitucional.

"Puigdemont nunca será presidente", ha sentenciado Inés Arrimadas en otro pleno de la vergüenza. La última maniobra separatista no servirá de nada, según PP, PSC y Podemos, pero pone de manifiesto que la mayoría independentista en la Mesa del Parlament mantiene las formas y los procedimientos de la pasada legislatura. Dos de los miembros del órgano rector de la cámara, los diputados de Puigdemont Josep Costa, vicepresidente segundo, y Eusebi Campdepedrós, secretario primero, se negaron el miércoles a recoger la notificación del Constitucional sobre la nulidad de la candidatura del expresidente fugado. El funcionario judicial se fue por donde había venido mientras Costa y Campdepedrós sacaban pecho. Ya hicieron lo mismo con la primera resolución del TC sobre Puigdemont el pasado enero. Tuvo que presentarse la Guardia Civil en sus domicilios para que firmaran el recibí de la nota.

Baile de nombres y de bastones

El presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), no opone ninguna resistencia al filibusterismo de Junts per Catalunya (JxCat). Esquerra va a rastras del grupo de Puigdemont. Confían en que se acabará proponiendo un candidato sin cargas judiciales y ya dieron el visto bueno a Elsa Artadi. Sin embargo, la confusión en JxCat es absoluta. En las últimas horas ha caído la cotización de Artadi y sube como la espuma la de un tapado, Antoni Morral, exalcalde comunista de Sardañola del Vallés, número 18 de la lista por Barcelona que logró escaño al renunciar el exconsejero de Interior preso Joaquim Forn. Baile de nombres y de bastones en el reparto de consejerías y altos cargos tanto en el interior de JxCat como entre JxCat y el PDeCAT.

Este sábado están llamados a capítulo en Berlín los diputados de JxCat. No es probable que trascienda ningún nombre como nuevo candidato. Puigdemont estira la goma y pretende que el pleno definitivo de investidura se celebre sobre la campana. La fecha límite es el martes 22 de mayo y la última hora en JxCat fija el día 15 como día para anunciar candidato. Mientras tanto lanza cortinas de humo que confunden incluso a sus propios parlamentarios.

Factor ANC

La presión de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) para que no se renuncie a la investidura de Puigdemont introduce un nuevo elemento en la caótica situación. La nueva presidenta de la organización separatista, Elisenda Paluzie, se está revelando como una maximalista que no acepta más salida que Puigdemont o Puigdemont. El diputado de JxCat Albert Batet, alcalde de Valls, sostiene que eso significa que se puede investir a Puigdemont o a quien diga Puigdemont. También está en la quiniela de presidenciables. La ANC pregunta a sus socios este fin de semana qué prefieren, si repetir elecciones o un candidato que no sea el expresidente. El resultado de la "encuesta" puede modificar, otra vez, los planes separatistas a despecho de las súplicas de los presos y sus familias, que creen que estarían mejor defendidos con un gobierno en la Generalidad en vez del 155.

ERC y JxCat negocian un gobierno de coalición en el que habría un presidente "provisional" a las órdenes de Berlín y en el que Artadi ocuparía la consejería de Presidencia y el citado Morral u otro ejercería funciones meramente representativas de presidente de la Generalidad. Puigdemont quiere que su papel director quede fijado por escrito y que su control sea real, de ahí el aparente paso atrás de la que hasta hace nada era su preferida, Artadi.

ERC también celebrará cónclave este fin de semana. El secretario de Economía de la Generalidad del 155, Pere Aragonés, es el nuevo hombre fuerte de los republicanos, que debatirán un documento que apuesta por plegar velas y volver a la consigna del "derecho a decidir" para seguir ampliando la base electoral del separatismo. Se detecta algo más de realismo que en JxCat, la mayoría de cuyos diputados son personas de confianza del expresidente sin experiencia parlamentaria.

Entre tanto, Puigdemont ha recibido la oferta del extraparlamentario "Partido Alemán de Centro" para que encabece su candidatura en las próximas elecciones europeas, en 2019. Según el entorno de Puigdemont, tal formación no se ha puesto en contacto previamente con JxCat, por lo que se desmarcan por completo de tal iniciativa.

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