Es probable que Pablo Llarena habilite el mes de agosto –tradicionalmente festivo en los tribunales– para la tramitación de la causa contra el proceso separatista. El mismo motivo, la agilización del procedimiento, ha hecho que el magistrado divida la investigación en piezas. A petición de la Fiscalía, el juez instructor ha formado una pieza separada en relación a los procesados que están huidos: el expresidente Carles Puigdemont, la número dos de ERC Marta Rovira, los exconsejeros Lluis Puig, Toni Comín, Meritxell Serret y Clara Ponsatí; y la exdiputada de la CUP Anna Gabriel.
Se trata de una reacción a las trabas que están poniendo los tribunales europeos. De esta forma, el Tribunal Supremo celebrará, al menos, dos juicios. Los fugados se enfrentarán por separado a una vista oral por rebelión y malversación salvo en el caso de Gabriel, procesada únicamente por el delito de desobediencia. De acuerdo con la providencia de Llarena, se constituye la "pieza separada teniendo en cuenta la situación procesal de los procesados declarados en rebeldía y considerando que existen elementos suficientes para ser juzgados de forma independiente".
La pieza principal acumula de esta forma 18 procesados: los exconsejeros que no se fugaron, entre ellos Oriol Junqueras; Carme Forcadell y los miembros de la Mesa del Parlamento catalán y los Jordis. No obstante, el magistrado ha pedido a la Fiscalía su criterio relativo a la incorporación a la causa como imputados del exsecretario de Hacienda Lluis Salvadó y quien fuera número de Junqueras en la Consejería de Economía Josep María Jové. Este último apuntó en una ‘Moleskine’ el contenido de las reuniones entre Puigdemont, Junqueras, Rovira, Forcadell o Mas, entre otros, que habrían detallado los pasos de la llamada hoja de ruta del proceso separatista.