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Sánchez propondrá a María José Segarra, fiscal jefe de Sevilla, como nueva fiscal general del Estado

Es una amiga personal de la ministra Dolores Delgado, cuyo nombramiento en Justicia ha modificado los planes para la dirección de la institución.

Es una amiga personal de la ministra Dolores Delgado, cuyo nombramiento en Justicia ha modificado los planes para la dirección de la institución.
María José Segarra, candidata a fiscal general del Estado | EFE

María José Segarra lleva catorce años al frente de la Fiscalía de Sevilla con el aval del Consejo Fiscal. A sus 55 años, está inmersa desde 2015 en el tercer mandato consecutivo y se perfila como nueva fiscal general del Estado en sustitución de un Julián Sánchez Melgar que permanece en funciones. Según fuentes del Ministerio Público, el aterrizaje de Dolores Delgado en el ministerio de Justicia ha modificado los planes, que pasaban por una terna de candidatos en la que no estaba Segarra.

Es una amiga personal de la ministra Dolores Delgado. Miembros ambas de la Unión Progresista de Fiscales, comparten asiento en el Consejo. De hecho, Segarra accedió el pasado marzo en la última renovación como la cuarta aspirante más votada con 854 apoyos, por los 700 que recibió Delgado. De acuerdo con las mismas fuentes, "hicieron campaña juntas".

Segarra acumula 30 años de servicio en la Fiscalía. Comenzó en Barcelona como su amiga Delgado y se trasladó posteriormente a Sevilla. En Barcelona comenzó a ejercer de la mano del controvertido Carlos Jiménez Villarejo, también amigo de Baltasar Garzón, amigo íntimo a su vez de la ministra Delgado. Aunque estaba en un primer momento especializada en el ámbito de los menores, se orientó después a la labor de dirección territorial con iniciativas hacia el desarrollo digital. Ha sido muy crítica con la escasez en las plantillas de las secretarías del Ministerio Público. Al hilo, ha puesto de manifiesto las mejoras laborales necesarias en la carrera, también en lo relativo a la compensación económica o la organización del personal.

Se trata de una "feminista reconocida" valorada incluso en el sector conservador. Ha potenciado las secciones de Violencia contra la Mujer y delitos económicos y lidiado con casos tan graves como el de Marta del Castillo o el de Mari Luz, además de grandes sumarios como Mercasevilla o los ERE, donde destacó por sus discrepancias primero con la juez Mercedes Alaya y posteriormente con María Núñez Bolaños. Fue una de las muchísimas juristas que protestó hace semanas contra Rafael Catalá.

A la espera del Consejo de Ministros

Las fuentes de la Fiscalía aseguran que María José Segarra será el nombre que el Consejo de Ministros propondrá el viernes para la dirección de la institución. Abrirá en ese momento un proceso que precisa del informe favorable del Consejo General del Poder Judicial y el Consejo de los Diputados, preceptivos pero no vinculantes. Una vez recopilado el informe de idoneidad, comparecerá en la Cámara Baja.

Segarra será la segunda mujer que dirige la Fiscalía después de Consuelo Madrigal. Revisará el rumbo de la institución en la causa contra el proceso separatista. El Ministerio Público ha impulsado hasta ahora las querellas por el delito más grave de rebelión, aunque la argumentación del tipo en el exterior haya evolucionado hacia la sedición o la cooperación para la rebelión. Por debajo, está la desobediencia, la principal baza de los acusados, puesto que el Código no prevé en ese caso penas de prisión sino multas y la inhabilitación especial. Este viraje podría provocar problemas en el seno de la Fiscalía: sin ir más lejos, los cuatro fiscales de Sala del Supremo han manifestado desde el inicio de la instrucción contra el huido Carles Puigdemont y sus cómplices que aprecian indicios del delito de rebelión.

Si el Tribunal de Schleswig-Hostein no responde al requerimiento del juez instructor Pablo Llarena, el Ministerio Público estudiará también la vía alternativa: elevar la cuestión a la Justicia europea o desistir de la Orden de Detención. Ante un cambio de rumbo, el magistrado podría seguir la línea marcada por la acusación de VOX.

Están en el aire el juicio de los ERE o las piezas separadas del caso Gürtel pendientes todavía de procesamiento y juicio oral como los papeles de Bárcenas o los supuestos sobresueldos en la cúpula de la formación.

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