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El socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, destinado a disputar Andalucía a Susana Díaz

Ha sido el hombre fuerte, junto con Quico Toscano, alcalde de Dos Hermanas, de Pedro Sánchez en la provincia de Sevilla.

Ha sido el hombre fuerte, junto con Quico Toscano, alcalde de Dos Hermanas, de Pedro Sánchez en la provincia de Sevilla.
Alfonso Rodríguez Gomez de Celis | Europa Press

Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, sevillano, es el cuarto Alfonso relevante que tiene el PSOE andaluz. El primero de todos, naturalmente, fue, y es, Alfonso Guerra. El segundo fue Alfonso Perales, cabeza pensante del clan de Alcalá de los Gazules y con gran influencia en el PSOE regional cuando lo regían Pepote de la Borbolla y Manuel Chaves y nacional durante años. El tercero, el onubense Alfonso Garrido, llegó a ser delegado del gobierno en Andalucía en tiempos del caso Juan Guerra, precisamente el puesto que ahora ocupará el cuarto Alfonso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

El nuevo Alfonso con poder dentro del PSOE andaluz ha sido el hombre fuerte, junto con Quico Toscano, alcalde de Dos Hermanas, de Pedro Sánchez en la provincia de Sevilla, pero con influencia en las demás. Es más, en la época de las vacas flacas, era Alfonso Rodríguez quien se atrevía a pasearse por Sevilla de la mano del incómodo Pedro Sánchez, estigmatizado por su enemiga visceral, Susana Díaz. Ahora, ha sido designado delegado del gobierno en Andalucía.

Alfonso, Alfonsito para unos y otros porque desde muy joven se sintió impelido a formar parte del proyecto socialista, comenzó siendo un renovador del PSOE andaluz cuando la crisis entre Felipe González y Alfonso Guerra, dividió a los andaluces ligados al PSOE entre renovadores y guerristas. Formaba parte, entonces, del grupo que lideraba Emilio Carrillo, que tuvo cierto prestigio público pero nulo poder interno.

Posteriormente, pasó a formar parte del séquito del alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, con quien maniobró en el PSOE sevillano contra su correosa cabeza, situada sobre los hombros de José Caballos, Pepe Horse para los críticos. Detrás de la operación de caza y captura de Caballos, estaba, naturalmente, el "bueno" de Manolo Chaves. El terminator de Caballos iba ser Monteseirín, pero Caballos y él eran amigos de toda la vida. Finalmente no quiso y nuestro Alfonsito quedó como la Chata de Cái.

Como ya es costumbre en un PSOE sevillano escuela caballista, todos se traicionaban a todos. De hecho, el propio Caballos le ofreció un puesto a Rodríguez de Celis si el apoyaba en su lucha provincial, pero la maquinaria de poder de Manuel Chaves ya había decidido liquidar al viejo socialista sectario que era Pepe Caballos. El instrumento fue José Antonio Viera, sí, el que está imputado en el caso ERE junto con su mentor Chaves, y en su equipo iba ya Alfonso Rodríguez Gómez de Celis acompañado, tómese nota, de la diputada Susana Díaz.

Pero en el organigrama del nuevo PSOE de Sevilla iba como secretaria de Organización, Susana Díaz, apoyada, lo que son las cosas, por su ahora enemigo, Quico Toscano, mientras que Alfonso Rodríguez, se quedó fuera del esquema de poder interno. Sin embargo, el alcalde Monteseirín quiso dejar el puesto en 2011, proponiendo a Alfonso como sucesor. Pero Griñán se lo chivató a la prensa dejando la operación aniquilada. Rodríguez de Celis no iba a ser alcalde de Sevilla por orden de Viera y Susana Díaz. Lo fue Juan Espadas.

Las desaveniencias entre Alfonso y Susana venían de la época de su presencia en Juventudes Socialista, a finales de la década de los 90. Fue el amigo de José Antonio Griñán, y luego su mano derecha, Rafael Velasco, el nombrado jefe de ese frente de juventudes mientras que Susana Díaz, como siempre, apostaba por la secretaría de Organización.

Fue Rosa Aguilar, nueva consejera de Vivienda y Urbanismo, quien le rescató del lío municipal para ofrecerle un puesto en la Junta de Andalucía, la secretaría general de la Vivienda.

Pero es que Rodríguez Gómez de Celis se empeñaba en chocar con Susana Díaz. Cuando la bronca en las primarias que enfrentaron a Alfredo Pérez Rubalcaba y a Carmen Chacón, Alfonso se alineó con Rubalcaba y Viera y Susana Díaz organizó la oposición a Rubalcaba. Ganó Rubalcaba como saben, pero por los pelos. Gómez de Celis, como unas castañuelas, esperaba algo.

Pero, nada. Zapatero, el todavía presidente del Gobierno, recomendó a Rubalcaba que hiciera presidente del PSOE a Pepe Griñán que pasó de apestado y amigo de Carmen Chacón a nueva autoridad moral del PSOE. Adquirió nueva fuerza y sus equipos, sobre todo Susana Díaz, vetaron nuevamente a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis para la dirección del PSOE andaluz. Es más, Susana orquestó la defenestración de Viera de la secretaría provincial sevillana tras su apoyo a Rubalcaba.

Por si fuera poco, Alfonso apoyó a Luis Planas cuando disputó la secretaría general del PSOE andaluz a Susana Díaz en 2012 y volvió a perder frente a la trianera. Desde entonces, su figura fue relacionada como el papel del perdedor, el gafe o la mala suerte.

Luego llego la etapa de Pedro Sánchez, con el que se alineó a las primeras de cambio, contra el poder de algunos barones y, sobre todo, de Susana Díaz. Pero Pedro Sánchez fue devuelto a los corrales de mala manera por Susana Díaz y los afines. Otra vez, se dijo, Alfonsito, entre los cadáveres de la pelea. Pero no.

Inexplicablemente, Pedro Sánchez se hizo con las primarias del PSOE de un modo inenarrable y ganó la secretaría general. Alfonso Rodríguez fue aupado a la Ejecutiva Federal. Pero el colmo de los colmos ha sido que Pedro Sánchez haya sido catapultado a la presidencia del gobierno de España y es ahí cuando Alfonsito ha logrado una remuneración política de relevancia. Podría haber sido ministro, pero su tarea es otra.

Se trata de recuperar el territorio político socialista andaluz para Pedro Sánchez y contra Susana Díaz. Desde la Delegación del Gobierno en Andalucía, con subdelegaciones en todas las provincias y con la ayuda presumible de Francisco, Quico Toscano, que fue presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias durante muchos años, pueden dotar de peso específico al sanchismo en las ocho provincias andaluzas. Será muy útil para las próximas primarias internas con las elecciones andaluzas a tiro de piedra.

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