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Sebastián Pérez y Gabriel Amat, presidentes del PP granadino y almeriense, desmontan la teoría de que Andalucía es "territorio sorayista"

Las primarias andaluzas dejan al descubierto un desierto de afiliados y liderazgo.

Las primarias andaluzas dejan al descubierto un desierto de afiliados y liderazgo.
Cospedal en Almería este lunes. | EFE

Las mentiras vienen de lejos porque se ha insistido hasta la saciedad en que la región andaluza era la que más afiliados aportaba al PP nacional y, que por ello, su peso político en el congreso nacional era más o menos equivalente a un veinte por ciento. Sin embargo, los datos publicados por LD acerca de inscritos y afiliados, han dejado claro que apenas son 12.110 los afiliados inscritos para participar en el Congreso mientras que oficialmente se da la cifra de 169.602 afiliados en Andalucía.

Resulta evidente que los afiliados no se dan de baja sino que dejan de pagar y de interesarse por el PP y que las direcciones, tanto la nacional como las regionales, no purgan el censo de afiliados una vez que el interesado ya no lo está tanto. La cantinela del "partido más importante de España" ha dejado paso a una conmoción interna ante el espectáculo de una mentira que ha "menguado" la trascendencia del PP andaluz en 158.000 afiliados que no existen realmente porque ni pagan ni se interesan por el futuro del PP.

Cuando se recuerda la etapa Arenas al frente del PP, es evidente que en aquel momento el PP andaluz funcionaba como una máquina engrasada. Fuese por las negociaciones internas, fuese por cesiones inconfesables, fuese por un sentimiento de rendición ante los líderes nacionales, el PP andaluz pesaba.

Desde la llegada de un Juanma Moreno, por obra y gracia del dedo de un Rajoy que ya no está, las provincias andaluzas se han convertido en centros de decisión propios y algunas apoyan a Juanma Moreno y otras no. Recuérdense las divisiones extremas en las provincias de Sevilla y Jaén, la lejanía de Córdoba de la órbita oficial andaluza, las singularidades de Málaga, la sumisión de Huelva y el arenismo de Cádiz y Almería.

Pero la demostración de que desde 2014 Moreno no ha logrado hacerse con el liderazgo del PP andaluz lo ha demostrado con toda claridad Sebastián Pérez, presidente del PP granadino tras una larga batalla contra su antecesor y exalcalde de Granada, José Torres. Tras una victoria incontestable según los cánones del PP en las pasadas elecciones presidenciales, Pérez ha dejado claro que no permitirá manipulaciones de nadie en estas primarias del partido.

La traducción exacta de lo ocurrido este pasado martes en Granada es que Sebastián Pérez tiene claro que quiere que su futuro siga siendo el futuro del presidente provincial de Granada pero sin obediencias ciegas. Por ello, ayer reunió una junta provincial extraordinaria para recibir a María Dolores Cospedal en cuya comitiva ya iba Juan Ignacio Zoido, una vez desligado de su tarea ministerial.

Según el Grupo Joly, "el presidente provincial del PP en Granada, Sebastián Pérez, no ha querido pronunciarse abiertamente por ninguna de las candidaturas a presidir su partido, pero entre líneas ha dejado caer su apoyo a María Dolores de Cospedal y su disidencia respecto a los dirigentes de Málaga y Sevilla, lo que engloba también al presidente del PP-A, Juanma Moreno, por su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría desde el minuto cero de las primarias".

Pérez ha dejado claro que en Granada nadie les va a decir qué tienen hacer, "ni en Sevilla ni en Málaga" en alusión más que directa al PP regional que dirige Moreno en Sevilla y al PP de Málaga, que ordena y manda su delfín, Elías Bendodo. En cualquier caso, Pérez ha demostrado con su golpe de efecto que Andalucía no es "territorio sorayista" y que tiene actos y contactos con María Dolores Cospedal sin que ello signifique que no vaya a tenerlos con otros candidatos.

Al desmontaje de esa ficción sorayista se unió también el veterano arenista, Gabriel Amat, que ha expresado en público sus preferencias por Cospedal, si bien sigue manteniendo lazos de protección con Javier Arenas. Los sorayistas, según Confidencial Andaluz, se han apresurado a desprestigiar al alcalde de Roquetas y presidente del PP aludiendo a su peligrosa situación judicial y a su necesidad de protección del aparato del PP.

Aunque es cierto que Amat es el líder del PP que ha tenido más denuncias a lo largo de su carrera política, lo es asimismo que ninguna ha prosperado, hasta el momento. La oposición interpreta esa "suerte" como la existencia de una red de influencias de Amat en la justicia almeriense y granadina.

Pero con varios frentes judiciales abiertos y la llegada de la fiscal María José Segarra a la Fiscalía General del Estado, las cosas pueden cambiar. Así se explica que la debilidad manifiesta de Amat en el inmediato futuro se haya traducido en un abandono de sus lazos con Arenas (hay que quien cree que siguen yendo de la mano a pesar de todo) y su apoyo al sorayismo, que con esta decisión sufre un gran varapalo, al menos a corto plazo.

Sin embargo, la alegría para el sorayismo en Andalucía se la ha proporcionado el presidente de Nuevas Generaciones de Andalucía, que ha tomado partido por Soraya Sáez de Santamaría "porque su valentía es lo que necesita el PP".

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