La polémica por la necesidad o no de que los Mossos d´Esquadra incorporen nuevas armas largas o de guerra a su arsenal policial en pleno desafío golpista en Cataluña ha vuelto al Congreso de los Diputados este miércoles. Se alude a esa necesidad en un momento en el que España se encuentra en el nivel 4 (alto) de amenaza terrorista, pero también en un momento en el que la lealtad al Estado de buena parte de sus mandos y agentes está más que en entredicho por el 1-O.
El diputado del PDeCAT Feliu-Joan Guillaumes ha planteado en la Comisión de Interior, durante la comparecencia del nuevo ministro, Fernando Grande-Marlaska, las exigencias de su partido político para la Policía catalana. Las tres eran antiguas, pero llevan varios años en el aire. Se trata de dotar a la plantilla de 500 efectivos más, de introducir a los Mossos en la base de datos policial europea y comprar armas largas o de guerra para los agentes.
Las dos primeras exigencias serán tratadas en la próxima Junta de Seguridad de Cataluña. La tercera petición ha quedado en el aire. "Me enteraré", ha dicho el ministro, y tras recordar al diputado del PDeCAT que la aprobación de la compra de material armamentístico y de municiones depende del Ministerio de Defensa, ha alabado la labor que realiza la policía catalana, con la que tuvo la oportunidad de trabajar cuando era magistrado.
El intento de dotar a los Mossos d´Esquadra de este tipo de armas no es algo nuevo. La Generalidad de Cataluña llegó a publicar entre 2016 y 2017 varias ofertas públicas de compra de más de 800 armas largas o de combate. Se trataba exactamente de 400 fusiles de asalto HK G36 –como el que usan las Fuerzas Armadas españolas–, 300 subfusiles de calibre 9x19 mm; 50 rifles de precisión .338 Lapua MAG; 50 rifles de precisión Whisper y 50 fusiles .308Win.
También pidió más de cinco millones de cartuchos el subfusil 9x19mm; 400.000 cartuchos para el 5,56x45mm; 20.000 cartuchos para el .338 Lapua MAG; 20.000 cartuchos para el 300 Whisper y 20.000 cartuchos para el 7,62x51 mm.
La petición fue recibida con sorpresa por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa, el organismo encargado de aprobar todo tipo de compra de armamento bélico en nuestro país, debido a lo desmesurado del mismo. Finalmente, el Gobierno de España vetó la compra solicitada por la Generalidad y los Mossos no recibieron el armamento, algo por lo que tuvo que dar explicaciones varios veces en la Cámara Baja el exministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.