Era el escenario ideal para Pedro Sánchez. En contra de lo que se apuntaba desde algunos entornos, sobre que el Gobierno prefería que el juez Pablo Llarena aceptara la extradición de Carles Puigdemont en aras de la distensión, la preferencia era justamente la contraria. Para el Ejecutivo éste era de hecho el peor panorama: la tramitación de la euroorden y la vuelta de Puigdemont a Cataluña "como el hijo pródigo", ascendido a las alturas como Mesías, con la posibilidad de recuperar su peso político perdido desde el exilio y pudiendo mantener el liderazgo del PDeCAT este fin de semana.
Son precisamente estos cálculos los que hacían que su preferencia fuera el rechazo de la extradición porque la apuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez es Marta Pascal. La actual coordinadora del PDeCAT fue quien tomó la decisión de votar a favor de la moción de censura de Pedro Sánchez en contra del criterio de Puigdemont y Quim Torra. Y lo hizo, según estas fuentes, "tras amenazar con su dimisión".
"Sólo nos hicieron falta cinco minutos de conversación entre ella y Sánchez", recuerdan estas fuentes, "aprovechando que ella estaba en Madrid". Desde entonces la relación es fluida y cordial, dicen en el Gobierno donde califican a Pascal de "línea blanda" frente a Puigdemont y Torra. De ahí que haya una enorme esperanza en que la actual coordinadora del PDeCAT se haga con la victoria en el Congreso del partido este fin de semana: "Es el Congreso verdaderamente importante este sábado y no el del PP", dicen sin lugar a dudas porque podría producirse un "giro de 180 grados en Cataluña" y, por ende, en España.
Según sus previsiones, "si gana Pascal, el expresidente podría dimitir, darse de baja del partido y se convocarían elecciones en octubre". Sería ésta la opción "razonable, normalizada y democrática para el Gobierno que vería así triunfar su operación distensión ya que el efecto colateral sería el del alejamiento del fantasma de la Diada.
¿Elecciones en octubre?
Con unas elecciones en octubre, en septiembre tendría lugar la campaña y, según estas fuentes, se alejaría la posibilidad de la convulsión en las calles alimentada por los CDR. Algo a lo que tiene especial temor el Gobierno habida cuenta de que sería la primera Diada de Pedro Sánchez y la primera con independentistas presos en las cárceles catalanas. Por eso, el Gobierno de Pedro Sánchez asiste con satisfacción al panorama con la convicción de que se van cumpliendo sus planes.
A la decisión de Llarena se suma la división vivida este miércoles por la tarde en el Parlament de Cataluña entre ERC y el PDeCAT. Según estas fuentes, "la fractura obedece al éxito de la operación distención" porque lo que está aflorando "no es la división entre ERC y el PDeCAT sino entre los posibilistas y los puristas", línea blanda y línea dura, Marta Pascal versus Carles Puigdemont. Y, de momento, el segundo "se puede quedar 20 años en Alemania".