Suspense hasta el final. Será una noche muy larga, con llamadas "a cualquier hora" a los compromisarios, en especial a los indecisos. A micrófono apagado, varios barones del partido reconocieron que podría ganar cualquiera de los dos, que todo puede resolverse por un puñado de votos. Con sonrisas forzadas, los integrantes de las candidaturas aseguraron que ganarán, pero ya apenas nadie pudo disimular los nervios. Y siguieron escuchándose algunos reproches. Celia Villalobos, la más dura, vinculó a Pablo Casado con "la extrema derecha".
El partido llegó dividido, abierto en canal, y de los nervios. Muchos han apostado abiertamente por uno de los dos candidatos, y temen posibles represalias en caso de perder. Íñigo de la Serna aseguró que el respaldo a Soraya Sáenz de Santamaría es "extraordinario", superior al 60%. Le contestó otro exministro, Juan Ignacio Zoido, que auguró que Casado empatará con ella en Andalucía, que se presupone su gran bastión. "Ganaremos con claridad en Almería, Córdoba y Jaén", afirmó quien también fue alcalde de Sevilla.
Las reuniones, las charlas informales entre compromisarios, se repitieron durante toda la jornada. Y la inquietud fue a más. "¿Qué crees que va a pasar?", fue la pregunta más repetida en los pasillos del congreso. "Hay gente, por ejemplo de Málaga, que nos ha dicho que nos votará, pero que solo hablemos con ellos por teléfono, que no les saludemos en público", aseguraron desde la candidatura de Casado. Desde la de Santamaría deslizaron que le irá muy bien en la Comunidad Valenciana: "Arrasaremos en la provincia de Valencia y ganaremos en Alicante y Castellón", auguraron.
Tanto Santamaría como Casado fueron ovacionados a su llegada, escoltados en todo momento por su séquito. La campaña hasta el final, a pesar de que este viernes era el día reservado para Mariano Rajoy. Lágrimas en la tribuna, pero mucho movimiento en los pasillos. "Los afiliados han dicho qué persona quieren que encabece el PP", afirmó Alfonso Alonso. "Mañana –por este sábado– no se debería votar", añadió. "Integración", se sumó Juan Manuel Moreno, en un último intento de que Casado cediera. Y volvieron a sugerir que está escorado a la derecha. "Somos la candidatura de ilusión, regeneración y de unidad", replicó Javier Maroto, que destacó el "abrumador" apoyo que su candidato recibió en las últimas horas de alcaldes y líderes regionales.
Muchos dirigentes rivales se saludaron cordialmente, pero no todos. Hubo incluso malas miradas. "Nos pueden engañar 200, 300, pero incluso en ese escenario seguiríamos ganando", se reafirmaron desde la candidatura de Casado. "Los quesitos de Teodoro García -el jefe de campaña del candidato- son los de la vaca que ríe", contestaron desde el entorno de Santamaría. "Hemos hablado con todos los compromisarios, lo tenemos todo muy bien atado, se van a llevar un chasco enorme", destacaron.
"Si todos votamos libremente el líder o la lideresa que salga va a ser indiscutible y va a salir, como diría Fraga, sin tutelas y sin tutías, y esa es la clave para un liderazgo fuerte", afirmó Alberto Núñez Feijóo, que finalmente no apoyó públicamente al diputado por Ávila aunque la mayor parte del PP gallego apuesta por él. Según algunos cargos del PP, Rajoy no le saludó con especial cariño.
"Es el final del principio", auguró Casado, que no anunciará el nombre de su secretario general hasta después del congreso, para buscar una mayor integración con Santamaría y su equipo. Esperanza Oña, Isabel García Tejerina o Javier Maroto están en las quinielas internas. "A partir de ahora toca reforzar el PP que Rajoy nos entrega", sentenció la exvicepresidenta, que no descartó dar el nombre de su número dos este sábado. De la Serna es uno de los favoritos, pero también Alonso o José Luis Ayllón.