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Torra inventa ataques a independentistas para tapar el acoso a Llarena y Arrimadas

Los medios catalanes publican una carta del "president" en la que amenaza a quienes retiren propaganda separatista de los espacios públicos.

La prensa catalana publica una carta del presidente de la Generalidad, Quim Torra, en la que alerta de de una supuesta oleada de ataques fascistas a independentistas. El dirigente nacionalista enhebra un relato en el que quienes cuelgan lazos amarillos son "activistas por la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados" y quienes los quitan, "grupos de individuos agresivos".

El separatismo quiere mantener a toda costa el monopolio del espacio público ("las calles siempre serán nuestras" es uno de los eslóganes más coreados en los actos separatistas) y quienes se lo disputan sólo pueden ser "fascistas".

Torra amenaza con los Mossos d'Esquadra. "La policía catalana -escribe- ha de hacer su trabajo. No debemos situarla en el centro del debate político. Ni conviene ni es la estrategia inteligente si realmente se quiere que actúe con eficacia. Ciertamente, su actuación ante estos brotes debe incluir medidas preventivas y de detección precoz y medidas activas cuando se produce una agresión. Se debe evitar absolutamente que estos individuos enmascarados, violentos e intolerantes puedan tener ninguna sensación de impunidad. Y para ello es necesario sobre todo que la justicia actúe y considere esta cuestión una prioridad de primer nivel".

El "president", connotado difusor de bulos, también asegura en su misiva que "hemos visto estos últimos meses -y me atrevo a decir estas últimas semanas- un incremento notable de las agresiones, amenazas, intimidaciones y violencia fascista en nuestro país. Unos grupos de individuos agresivos han querido atemorizar a los activistas por la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados. En algunos casos, han llegado a agredir físicamente a personas que colgaban lazos o instalaban cruces amarillas en las calles y en las plazas del país. He podido conocer de primera mano algunos de estos casos y quiero transmitir todo el apoyo y solidaridad con todos los agredidos. Esta violencia, como todas, debe terminar. Y exige una condena firme, sin matices ni equilibrios, por parte de todos. No puede haber nadie que quiera ser considerado demócrata que se calle, matice o justifique nada ante estos brotes de fascismo en nuestros pueblos y ciudades".

Aviso a Ciudadanos

El texto sale publicado una semana después de que Ciudadanos animara a sus militantes a "descontaminar" el espacio público de cruces amarillas, esteladas y otros símbolos partidistas. El separatismo pretende cercar a la oposición, equipararla al fascismo y extender una cortina de humo sobre las actividades de los Comités de Defensa de la República (CDR), el acoso al juez Llarena, los insultos, ataques y amenazas contra los dirigentes constitucionalistas, la campaña separatista dedicada a Arrimadas, los ataques contra sedes políticas, los señalamientos de comercios de familiares o las agresiones sufridas por personas que retiraban propaganda nacionalista de los espacios públicos.

Torra no menciona ninguno de esos hechos en una carta titulada de manera grandilocuente: "Como un solo pueblo contra el fascismo". La culpa, en su opinión, es de España: "La tarea profesional, eficiente y contundente de la policía y la justicia debe ir acompañada de una muralla democrática en el campo político y discursivo del país. Y eso incluye los medios de comunicación, los creadores de opinión y todo aquel que tenga un papel en la arena pública. Hay que hacer un cordón sanitario frente a las actitudes fascistas que se han despertado últimamente. Sabemos que hay elementos que siempre han existido y que ha habido casos de agresiones y amenazas desde hace muchos años. Es evidente que el Estado español no ha hecho limpieza de este magma fascista y que la transición no hizo un corte limpio con el pasado".

Pide Torra que todos los partidos condenen "enérgicamente la violencia de estos grupos fascistas contra los independentistas". "Que la condenen -añade- y que se comprometan a combatir el fascismo sin matices. No hace falta ser independentista para actuar con contundencia contra los violentos. Por el bien de todas las ideas y de todos los proyectos democráticos, no podemos dejar avanzar estas actitudes".

Realidad paralela

El nuevo relato independentista consiste, por tanto, en una lucha sin cuartel contra un fascismo rampante concretado en un par de grupos que se dedican a descolgar esteladas de las farolas y "secuestrar" cruces amarillas de playas y rotondas. No reporta Torra partes de lesiones, pero como en el caso del 1-O, cuenta las presuntas víctimas por centenares. Y eso sin contar el incidente entre Jordi Borràs, el fotógrafo del proceso, y un policía de paisano. Sin embargo, Torra cierra la carta con la propuesta de crear un "observatorio independiente contra el fascismo que documente las agresiones y los grupos", que es la especialidad del fotoperiodista que considera que Sociedad Civil Catalana es una organización de ultraderecha.

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