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La pócima de Panoramix de los separatistas

Puigdemont secunda a Torra y presenta la "ratafía de Waterloo": De "casa de la república" a destilería clandestina.

Puigdemont secunda a Torra y presenta la "ratafía de Waterloo": De "casa de la república" a destilería clandestina.

El lobby de la ratafía es el más potente de Cataluña. Ha logrado que los dos presidentes en activo de Cataluña se retraten abrazados a una frasca del brebaje alcohólico. Primero fue Quim Torra, que afirmó que ese licor de hierbas era la sublimación del paisaje y la tierra, pura catalanidad, no en vano su abuelo era un afinado productor casero del bebedizo, según dijo.

Este lunes ha dado el paso Puigdemont, que ha presentado la "ratafía de Waterloo" según una receta de su abuelo pastelero que incluye cacao. El bautizado en TV3 como "presidente en el exilio" ha recibido la visita del lobby, la cofradía de la ratafía de la localidad gerundense de Santa Coloma de Farnés, con quienes ha posado agarrado a un botellón del cada vez más cotizado líquido en el universo nacionalista catalán. En una de las imágenes difundidas por la "Confraria" se ve a Puigdemont contemplado fijamente la frasca con la inscripción "ratafía de Waterloo". Luce una sudadera y barba de varios días.

La comercialización de ratafía casera no es legal ni siquiera en la Cataluña en la que se vende leche cruda. A pesar de ello, Torra y Puigdemont prestan su imagen y la de la república catalana a la elaboración doméstica de una bebida con aguardiente de alta graduación.


La destilería de la república

El propósito teórico de Puigdemont era convertir su retiro en Waterloo en una reivindicación de la república catalana. No en vano llama a su mansión la "casa de la república". También está previsto constituir un consejo de la república, pero lo primero que ha hecho Puigdemont tras regresar de Alemania es presentar la ratafía del abuelo, ahora con la marca "Waterloo". La "casa de la república" cobra forma de destilería clandestina en el corazón de una Unión Europea extremadamente sensible con la seguridad alimentaria y la salud pública.

La ratafía se ha convertido en la bebida oficial de la república catalana, el auténtico licor "nacional", la pócima de Panoramix de los separatistas. La puso en el escaparate Torra, que le regaló una botella a Pedro Sánchez, y la relanza Puigdemont. A los partidarios del prófugo ya se les conoce como el "clan de la ratafía". La bebida del verano separatista tiene treinta grados y unos trescientos gramos de azúcar por litro. No se recomienda su uso en combinación con refrescos carbonatados.

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