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Las entidades separatistas se borran del homenaje a las víctimas del 17-A

El separatismo pretende provocar un rechazo espontáneo del Rey con una campaña de intoxicación sobre los atentados.

El separatismo pretende provocar un rechazo espontáneo del Rey con una campaña de intoxicación sobre los atentados.
Las Ramblas minutos después del atentado | EFE

Gran parte del nacionalismo se muestra enfurecido por la presencia el próximo viernes del Rey en el homenaje a las víctimas de los atentados islamistas de Barcelona y Cambrils y de los que el día 17 se cumplirá un año. Descartada una protesta del estilo de la acontecida el año pasado, cuando los partidos y entidades separatistas convirtieron la manifestación de repulsa al terrorismo en un acto contra España y la Corona, la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Elisenda Paluzie, ya ha anunciado que no harán acto de presencia en los actos institucionales. Tampoco habrá nadie de la CUP. La causa es la presencia de Felipe VI.

Quien de momento sí tiene previsto asistir es el presidente de la Generalidad, Quim Torra, así como el del Parlament, Roger Torrent, y los miembros del Govern. No habrá parlamentos institucionales ni hay un protocolo definido. La alcaldesa Ada Colau quiere restar foco a las autoridades para, en teoría, evitar conflictos y situaciones indeseadas.

El separatismo ha trasladado su "homenaje" a las víctimas a la cárcel de Lledoners, donde están los Jordis y cinco exconsejeros del anterior gobierno de la Generalidad, entre ellos el de Interior, Joaquim Forn. La ANC, Òmnium y los partidos separatistas rendirán tributo al exconsejero, que ha hecho llegar a sus partidarios la conveniencia de recordar a las víctimas, a los Mossos, a los servicios de emergencias y la respuesta ciudadana. Será un acto a las puertas de la cárcel. Dentro, Forn y el resto de los golpistas habrán recibido las visitas de Torra y Torrent.

Con el objetivo de provocar un rechazo espontáneo contra el Rey, el separatismo mantiene a toda máquina una campaña de intoxicación en relación a las partes filtradas del sumario de los atentados. Los medios nacionalistas insisten en la teoría de que el imán de Ripoll era un confidente del CNI y que no constaban sus antecedentes en los ficheros policiales, a pesar de que los Mossos han reconocido que sí estaba registrado su paso por la cárcel a diferencia de lo que le trasladaron al juez Fernando Andreu en un informe.

Falsa bandera

Con esos datos falsos especulan sobre un atentado de falsa bandera, una operación de las cloacas del Estado contra la entonces inminente república catalana. También acusan al Rey de traficar con armas, igual que hace un año. Nada explican, por contra, del aviso específico de la CIA a los Mossos sobre el atentado de las Ramblas, un documento incautado por la Policía Nacional cuando los Mossos trataban de deshacerse en una incineradora de abundante material comprometedor, como los seguimientos a ciudadanos y políticos no nacionalistas.

El primer aniversario de los atentados del 17-A es para el separatismo el primer día de clase de un curso que se prevé especialmente agitado. Quieren recuperar las exhibiciones de masas, volver a la tensión de septiembre y octubre del año pasado para hacer frente al calendario judicial y electoral. La distensión y el diálogo con el Gobierno de Sánchez son pura fachada. Torra no deja de advertir que trabajan para aprovechar la próxima "ventana de oportunidad" para "hacer efectiva" la república.

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