El líder de ERC y exvicepresidente de la Generalidad, Oriol Junqueras, mantiene una intensa agenda en la cárcel catalana de Lledoners. El martes recibió al lehendakari Íñigo Urkullu en una visita gestionada por la consejería de Justicia, de la que dependen las cárceles en territorio catalán. Se confirió al encuentro el carácter de "institucional", por lo que la comunicación no se llevó a cabo a través de un cristal sino en dependencias acordes a la categoría del dirigente vasco. El encuentro no figuraba en la agenda de Urkullu, que oficialmente está de vacaciones.
El lehendakari ha deslizado que encontró a Junqueras "sereno", "consciente", al tanto de la "situación". Fuentes del ejecutivo autonómico vasco han asegurado que la visita fue "privada", a diferencia de la versión institucional catalana, y motivada por "razones humanitarias". El nacionalismo catalán está profundamente decepcionado con el vasco. Estaban convencidos que arrastrarían a los vascos en su deriva y han topado con un PNV que ejerce un papel de mediador a su juicio imparcial. Como emisario de Rajoy, Urkullu estuvo a punto de evitar la aplicación del 155 de la Constitución. Transmitió a varios consejeros de la Generalidad que si su homólogo Puigdemont convocaba elecciones tras el 1-O en vez de proclamar la república no habría consecuencias jurídicas y judiciales. Presionado por ERC, Puigdemont desoyó la última oferta. Que Rajoy activara el 155 al mismo tiempo que convocaba las elecciones autonómicas del 21 de diciembre reforzó el papel mediador del lehendakari.
El cambio de Gobierno no altera la función de Urkullu. Sigue como mediador gubernamental. Y mientras él se reúne con el preso Junqueras, Puigdemont recibe a la crema del separatismo en la "casa de la república", la editorialista de La Vanguardia y jefa de TV3 Pilar Rahola, y el expresidente del Barcelona, Joan Laporta, que se hace eco en redes con una foto que recuerda a la de la paella en la casa de Rahola en Cadaqués de 2016 cocinada por el entonces jefe de los Mossos Josep Lluís Trapero. También Rahola ha difundido una foto del encuentro en la que se abraza a Puigdemont y el exconsejero exrepublicano Toni Comín. Rahola sopesa aceptar la propuesta de Puigdemont para competir con Manuel Valls y Ada Colau por la alcaldía de Barcelona. Precisamente la alcaldesa Colau ha protagonizado otra visita "institucional" a Junqueras este miércoles. El traslado a Lledoners le ha servido a Junqueras para retomar las riendas de su partido y ejercer un cierto control de la política catalana. La república entre rejas le disputa el terreno a la "casa de la república" en Waterloo, que por el momento sólo tiene como interlocutor "oficial" al "president" Quim Torra.
La cárcel de Lledoners se ha convertido en subsede de la Generalidad. Menudean las manifestaciones a las puertas, los traspasos de carteras, las visitas "oficiales" a los golpistas y los despachos de trabajo. El viernes por la tarde está prevista una gran manifestación de todas las entidades y partidos separatistas ante la prisión para conmemorar el primer aniversario de los atentados islamistas de Barcelona y Cambrils. Torra se reunirá previamente con los golpistas presos en otra visita "institucional".