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La Generalidad investiga a funcionarios por acceder a las fichas de los golpistas presos

La consejería de Justicia niega privilegios a pesar del carrusel de visitas, manifestaciones, cenas y conciertos ante las cárceles.

La consejería de Justicia niega privilegios a pesar del carrusel de visitas, manifestaciones, cenas y conciertos ante las cárceles.
El presidente de la Generalidad, Quim Torra, durante una de sus visitas al centro penitenciario de Lledoners | EFE

Los Jordis, Junqueras, los exconsejeros, Forcadell y Bassa no gozan de ningún privilegio, afirman en la consejería de Justicia, que dirige la exdiputada de ERC en el Congreso Ester Capella. Según el departamento que controla las cárceles en Cataluña, las condiciones de los políticos en prisión provisional por el referéndum ilegal del 1-O son similares a las que tenían en Estremera y Soto del Real. Mismo régimen de visitas, mismas comunicaciones, mismos horarios, insisten cada vez que se alude a irregularidades en la estancia de los dirigentes separatistas en las cárceles gestionadas por sus subordinados políticos.

Sin embargo, el carrusel de visitas diarias de altos cargos, amigos, familiares, abogados y simpatizantes famosos contradice la versión oficial. El presidente de la Generalidad y los consejeros han convertido las cárceles de Lledoners, Figueras y Mas d'Enric, en Tarragona, en extensiones de sus despachos. Entran y salen a discreción mientras se organizan manifestaciones, conciertos y hasta cenas "solidarias" a las puertas de las cárceles, cuyos accesos están jalonados por lazos amarillos atados a las farolas y pintados en el asfalto.

El gobierno de la Generalidad no digiere la contradicción de exigir la liberación de los golpistas presos que mantiene encerrados en ejecución de las competencias transferidas por el Estado, pero la administración penitenciaria le permite controlar y alterar a su favor el día a día de los dirigentes políticos en prisión a la espera de juicio y no escatima medios.

Blindaje de los políticos

Los denominados por el separatismo "presos políticos" están blindados. La psicosis llega al punto de que la consejería controla los accesos informáticos a las fichas de estos presos especiales y ha emprendido una caza de brujas entre los funcionarios por lo que considera consultas "irregulares" e "injustificadas", según información del diario nacionalista Nació Digital.

Se aduce que podría estar en riesgo la intimidad de los internos, toda vez que en sus fichas constan fotografías, datos médicos y las incidencias y rutinas carcelarias. La consejería alude a diez entradas "sospechosas". Unos 4.500 funcionarios disponen de clave para consultar estos ficheros. En principio, las consultas que investiga la Generalidad se habrían hecho por razones de "curiosidad" y sin la intención de traficar con imágenes o datos.

Mejores condiciones

Los golpistas presos reconocen que su situación ha cambiado y no sólo porque ahora pueden ver TV3 y escuchar la radio del conde de Godó. Aseguran que la comida es mejor, el trato de los funcionarios exquisito, aunque no tenían queja antes, y el pliego de actividades más variado. El pasado 17 de agosto, cuando se conmemoraba el primer aniversario de los atentados islamistas en Barcelona y Cambrils, participaron en un taller de cocina junto a la chef separatista Ada Parellada. También recibieron múltiples visitas, en especial el exconsejero de Interior Quim Forn. Raül Romeva, exconsejero de Exteriores, dirige por su parte un "taller" de natación en el que instruye a otros reclusos y Josep Rull y Jordi Turull trabajan en cocina.

Todo ello en el tiempo que les queda entre visita y visita, ya sea de sus abogados, de Torra, del presidente del Parlament, Roger Torrent, o de sus sucesores en las consejerías. Los consejeros reciben la consideración de autoridades judiciales, a pesar de no ser jueces ni fiscales, por lo que son frecuentes y sin previo aviso sus visitas.

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