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Ciudadanos y PSOE alientan la incertidumbre sobre unas elecciones anticipadas en Andalucía

A pesar de las apariencias, unas elecciones anticipadas podrían convenir a ambos socios de gobierno.

Es lo que resulta tras los movimientos declarativos del fin del mes de agosto. Mientras Ciudadanos ha condicionado su aprobación de los presupuestos al cumplimiento de uno de los muchos incumplimientos de su pacto con el PSOE –el relativo a los aforamientos de los diputados del Parlamento andaluz–, el PSOE lo acusa de forzar el adelantamiento de las elecciones. La consecuencia es que se alienta la zozobra respecto a la convocatoria de unas elecciones anticipadas en Andalucía.

Tras unas primeras insinuaciones de Juan Marín, el líder andaluz de Ciudadanos ha sido el propio Albert Rivera el que ha dicho en un tuit que "la paciencia tiene un límite", límite que parece fijarse ahora habiendo tenido tres años anteriores para exigir el cumplimiento de todos, no solo uno, de los incumplimientos del PSOE.

Fue el PP el partido que más ha insistido en que la presidenta socialista de la Junta de Andalucía, Susana Diaz, tenía previsto anticipar elecciones por – argumentaron – no querer n buscar la coincidencia de unas elecciones generales con las andaluzas, algo que podría beneficiar a Pedro Sánchez y oscurecer su figura a nivel nacional.

Susana Díaz siempre ha negado que tal convocatoria anticipada fuera a tener lugar salvo que las circunstancias la obligaran a ello. El que Ciudadanos condicione la aprobación de los presupuestos a la puesta en marcha del fin de lo aforamientos exigido por Ciudadanos en su acuerdo de gobierno con el PSOE hace tres años, podría ser la circunstancia, deseada o no por ambos.

A pesar de las apariencias, unas elecciones anticipadas podrían convenir a ambos socios de gobierno. De hecho, además de lo ya destacado, a Susana Díaz le convendría distanciarse de lo que ya está comenzando a erigirse como desgaste electoral del PSOE en el gobierno de la Nación tras los numerosos errores y evidencias que están mostrando un claro descontrol, además de un tipo de gobierno por decreto ley que no ayuda a la recuperación socialista.

Si a ello se une que el desgaste andaluz del PSOE sigue su marcha desde hace años con una sistemática pérdida de apoyos ciudadanos, puede comprender que un PSOE andaluz, ninguneado en La Moncloa en la financiación autonómica, tengan la tentación de impedir un deterioro que permitiera al PP y Ciudadanos la posibilidad de formar gobierno en el Sur de España.

Por su parte Ciudadanos, que durante años ha actuado como aliado sumiso de un PSOE incumplidor de sus acuerdos de gobierno, ha comprobado cómo la irrupción de Pablo Casado en el PP nacional puede avivar los apoyos de un PP andaluz que parecía hundido y enredado en la figura poco atractiva de su actual presidente, Juan Manuel Moreno, beneficiado ahora por la proximidad electoral que ha impedido hacer cambios a Casado en Andalucía.

Juan Marín y Albert Rivera han comprobado cómo la operación Moción de Censura de Pedro Sánchez los ha encajonado incómodamente en un centro político que les disputa abiertamente Pablo Casado y que les está haciendo perder apoyos de manera continua. Hace unos meses, esperaban obtener los mismos escaños que el PP andaluz en unas elecciones anticipadas, alrededor de 23, pero eso puede haber cambiado en estos meses.

De consumarse una ruptura del guión establecido con Ciudadanos hasta el momento, Susana Díaz sólo podría echarse en brazos del Podemos de Teresa Rodríguez e IU o convocar elecciones anticipadamente.

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