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Andalucía, a la cabeza en menores inmigrantes, drogas incautadas y paro

Estos tres ámbitos hacen que las próximas elecciones andaluzas sean un marco adecuado para debatir el rumbo de la comunidad.

Estos tres ámbitos hacen que las próximas elecciones andaluzas sean un marco adecuado para debatir el rumbo de la comunidad.
Inmigrante llegado en el Open Arms a Algeciras | Cordon Press

Tres ámbitos de la vida nacional, no muy edificantes, en los que Andalucía se sitúa a la cabeza de las comunidades autonómicas de España, menores inmigrantes, drogas incautadas y paro, hacen que las próximas elecciones andaluzas, sean cuando sean, sean un marco adecuado para debatir el rumbo de una comunidad que, además, se enfrenta a graves problemas de corrupción y a una deficiente gestión y organización de la administración pública.

Los menores inmigrantes, que llegan a las costas andaluzas sin familiares, constituyen un auténtico problema social, moral, económico y político. La Fiscalía de Sevilla ha cifrado en un 575 por ciento su incremento desde hace dos años y prácticamente en Andalucía son atendidos la mitad de los menores no acompañados que logran entrar en España, casi 5.000 de los 10.162 que lo han logrado.

El fiscal Daniel Valpuesta, coordinador de familia y protección de menores, dijo que el problema se ha ido de las manos y que en realidad, Andalucía está desbordada por esta avalancha. Para suma y sigue, ninguno de los cuatrocientos expedientes de repatriación abiertos este año por su departamento, cifra que el año pasado fue de 45, ha sido aprobado por la Delegación del Gobierno en Andalucía, cuyo titular es Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, un hombre de confianza de Pedro Sánchez y enemigo político de Susana Díaz.

Decía a la agencia EFE que "esto se nos ha ido de las manos, porque no hay recursos para aplicar plenamente las consecuencias de la declaración de desamparo de un menor: atención, formación y preparación para la vida adulta de los menores", que califica de "almacén de niños" a los centros en los que están ingresados. Los 40 millones aprobados de forma extraordinaria por el gobierno para atender el problema no es más que un "parche", continuó el fiscal.

El segundo liderazgo, las drogas incautadas, es tranquilizador y alarmante a un tiempo. Por una parte, es bueno que las fuerzas de seguridad del Estado logren incautar un mayor número de cantidades de droga en Andalucía, pero por otra parte es inquietante que cuatro de cada cinco kilos de droga incautados en España se hallan intervenido en Andalucía.

La Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado produce una inquietud máxima en algunas provincias como Cádiz, Almería y Málaga, especialmente en la comarca de Algeciras, ya habitual en este tipo de situaciones y que este año ha vivido importantes enfrentamientos entre la Guardia Civil, la Policía y los narcos que transitan con naturalidad por el Campo de Gibraltar. En la provincia de Cádiz se incauta casi la mitad de la droga descubierta en España debido al tráfico de hachís procedente de Marruecos.

Por último, tenemos el paro como problema endémico de Andalucía, siempre a la cabeza o entre las tres primeras comunidades al frente del desempleo. Además, el diferencial de paro con las demás regiones españolas, un desastre social que se perpetúa desde 1976, sigue vigente. En un estudio publicado por la Revista del Ministerio de Trabajo se decía en 2002 que la diferencia entre la tasa de paro andaluza y la del resto de España ha seguido una tendencia creciente, pasando de ser 6 puntos en 1976, a 12 puntos, aproximadamente, a mediados de la década de los ochenta. A partir de entonces, dicho diferencial de paro ha fluctuado ligeramente en torno al 12-13%".

En la EPA más reciente, del segundo trimestre de 2018, la diferencia entre el paro andaluz y el nacional era de más de nueve puntos, 26,65 por ciento de tasa de paro en Andalucía y 17,08 pro ciento la tasa media nacional de paro. Estas diferencias se han mantenido básicamente con todo tipo de gobiernos si bien es cierto que el paro, en general y también en Andalucía, se ha incrementado, sobre todo, en los períodos socialistas de gobierno.

El primer gobierno socialista de Felipe González se encontró con 422.600 parados andaluces en 1982 y, cuando dejó el gobierno en marzo de 1996, trece años largos más tarde, Andalucía podía contar ya más del doble, 908.200 parados. Sin embargo, el PP que se encontró con esos parados en marzo de 1996 los dejó reducidos a 551.800 cuando perdió el gobierno en marzo de 2004.

De idéntica forma, el gobierno de Rodríguez Zapatero conllevó el incremento insoportable del paro mientras que el gobierno de Mariano Rajoy tuvo como consecuencia su disminución. El último gobierno del PSOE antes de Pedro Sánchez dejó a España con una tasa de desempleo del 22,9% sobre la población activa y casi seis millones de parados, superándose, con creces en algunas provincias, el 30 por ciento en Andalucía.

Seis años y medio después, durante el gobierno de Rajoy, el paro había bajado a 3.200.000 personas y en Andalucía, desde más de un millón a muy cerca de los 800.000. La tasa de paro actual de Andalucía, a pesar de todo, está a nueve puntos de la tasa media nacional.

Estas diferencias suelen explicarse por el tamaño de la economía sumergida, por el crecimiento de la población activa (mujeres y jóvenes), el todavía bajo nivel educativo, la más activa presencia de la agricultura, la menor dispersión salarial y las diferencias salariales con el resto de España e incluso la existencia de la protección especial del empleo rural. Pero apenas se ha explicado en función de las diferentes políticas de gobierno.

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