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Aznar pasa al ataque contra la izquierda y los separatistas en la comisión sobre las cuentas del PP

El expresidente niega la existencia de una caja B en el PP y recuerda al PSOE Filesa y el caso ERE.

Escoltado por Pablo Casado, y por numerosos diputados del PP, incluido el número dos del partido Teodoro García Egea, José María Aznar aparecía sobre las nueve y media de la mañana en la Sala Cánovas del Congreso de los Diputados. Era la primera vez en catorce años que el ex presidente del Gobierno comparecía en la cámara baja, lo que ya hizo fuera de La Moncloa, en 2004, en la comisión de investigación sobre el 11-M.

En esta ocasión era otra comisión, la que indaga la supuesta financiación irregular del PP, que Aznar lideró entre 1990 y 2004. "No tengo que pedir perdón por nada, y no voy a pedir perdón porque usted me lo diga precisamente" eran una de sus primeras palabras, en respuesta al portavoz del PSOE, Rafael Simancas, con el que tenía un duro rifirrafe sobre el caso Filesa, por el que los socialistas se financiaron ilegalmente en tiempos de Felipe González.

"Mi partido no ha sido condenado por financiación irregular, el suyo sí" le espetaba Aznar a Simancas, quien negaba la mayor y aseguraba que es el PP, en referencia a la primera sentencia sobre la trama Gürtel, el que tiene una condena de ese tipo. Aznar sacaba a colación el caso de los ERE en Andalucía y Simancas, sangrando por la herida, le llegaba a preguntar incluso si tuvo algo que ver con un soborno a los dos diputados del PSOE en la Asamblea de Madrid que en 2003 frustraron con su ausencia la investidura de Simancas como presidente de esa comunidad.

Aznar negaba rotundamente en varias ocasiones la existencia de una caja B en el PP, e igualmente la veracidad de los llamados ‘papeles de Bárcenas’. "Ha podido haber personas que han cometido actos ilegales, pero eso no significa que el PP sea una organización delictiva" precisaba. También negaba en todo momento haber recibido sobresueldos, y precisaba que cobró siempre como diputado y como líder del partido, y entre 1996 y 2004 exclusivamente como presidente, precisando que incluso se dedujo el hecho de residir en La Moncloa como "pago en especie".

Durante las preguntas de Simancas, Aznar mostraba su "profunda preocupación" por la salud del ex ministro Eduardo Zaplana, enfermo de leucemia, que se encuentra en prisión preventiva.

Tenso duelo con Rufián

La sesión subía de tono, hasta momentos de gran tensión, durante el interrogatorio del portavoz del ERC, Gabriel Rufián, en los que el presidente de la comisión, el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, tenía que intervenir en varias ocasiones, ante las protestas de los diputados del PP, que acusaban a Rufián de no bajar su micrófono para interrumpir al ex jefe del Ejecutivo.

El rifirrafe dejaba momentos hilarantes, como cuando Rufián le preguntaba si de la boda de su hija Ana sólo quedaban sin imputar "los camareros", cuando Aznar ironizaba asegurando que "lo normal es que a una boda vayan los contrayentes" pero también otros de mayor crispación. Rufián, con una camiseta del cámara José Couso, asesinado en la guerra de Irak, le sacaba a colación aquel conflicto en varias ocasiones, mientras Aznar ironizaba (lo hacía repetidamente) sobre la venta de bombas a Arabia Saudí, "ustedes hablan de proyectiles de alta precisión" y aseguraba que ningún soldado español participó en aquella contienda, ya que los más de dos mil efectivos desplazados participaron en "una operación de asistencia bajo amparo de la ONU". El ex presidente del PP le reprochaba en todo momento ser el representante de un partido de "golpistas" en referencia a los sucedido hace un año en Cataluña, aunque también se remontaba a la participación de ERC en el "Golpe de Estado" contra la II República, en 1934.

Intentando defenderse, el diputado separatista cargaba contra Aznar por "no tener vergüenza" y "defender a un partido fundado por golpistas en el año 36". Rufián, blandiendo una foto del primer Gobierno del PP en 1996, acusaba también a Aznar de ser el padrino de ese "cártel". Además, le interrogaba repetidamente sobre su yerno, a lo que el expresidente contestaba: "El señor Alejandro Agag es un empresario de mucho éxito, no sólo en el país donde vive, que es el Reino Unido, sino en todo el mundo, y yo me siento muy orgulloso".

El diputado separatista terminaba su intervención equiparándole con El Padrino, el mafioso de la célebre película, y mostrando su deseo de ver a Aznar alguna vez ante una corte penal internacional. El ex presidente del Gobierno le recomendaba que no siguiera por el camino de su intervención "porque así no llegará muy lejos".

"Extorsiones y secuestros"

Tras Rufián, llegaba el turno del diputado de Bildu, Oskar Matute, quién llegó a comparar a Zaplana con los terrorista de ETA encarcelados. "En España no hay presos políticos. En el caso suyo hay terroristas", contestaba Aznar.

Matute también cuestionó al expresidente por si vio "sobres" en sus años en el PP. Aznar respondió: "Que me pregunte a mí por sobres, cuando no sabemos si ustedes han sido beneficiados de extorsiones y secuestros. ¿Donde iba ese dinero, a qué infraestructuras?".

Iglesias, el peor parado

Iglesias era el peor parado. En un intento de poner contra las cuerdas a Aznar, le cuestionaba por la Gürtel, a lo que el expresidente contraatacó recordando que "todo el mundo conoce que ustedes han recibido financiación de Maduro y de Irán".

"Usted me parece un peligro para las libertades y la democracia en España y lo demuestra todos los días", sentenció el expresidente. Pero el momento más tenso de la intervención del líder de Podemos llegó al final. Iglesias acusó a Aznar de "mentir" y dijo que "había quedado demostrado que es el máximo responsable político de la corrupción del PP".

"Felicidades, se ha quedado a gusto, esponjado", le reprochó el popular que dijo que el podemita traía las conclusiones de casa. Tras ello, le reprochó Aznar sus acusaciones contra Zaplana: "Ha dicho que está condenado por delitos de blanqueo, eso es mentira pero le importa a usted nada que sea mentira. Está con una leucemia en prisión", recordaba. "Tenga el mínimo respeto".

"A mí, su populismo, no me impresiona nada", continuaba Aznar. "Usted, que ha presentado a ETA como la punta de lanza, que fue muy útil para acabar con los consensos del 78, que ha recibido millones de Irán y Venezuela, usted que tiene compañeros que no dan de alta a trabajadores en la Seguridad Social...tendría que ser más contenido y respetuoso".

Iglesias tomaba de nuevo la palabra para reprochar al expresidente su "imagen patética" y añadía que "trabajaré para que en mi patria nadie se tenga que avergonzar de tener presidentes como usted"."A mí de lo que usted se avergüence me da absolutamente igual", sentenció Aznar.

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