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Gistau y Juliana animan a Sánchez a las urnas: "Ocasiones así no se presentan todos los días"

Arrimadas recupera protagonismo con la bandera de España y Sánchez deshoja la margarita de las elecciones.

El Mundo cuenta las peripecias del jefe de los CDR. "Torra facilitó a los violentos llegar hasta las puertas del Parlament". Francisco Rosell le regaña en el editorial. "Resulta inaceptable que el presidente de la Generalitat respalde a los cachorros del extremismo secesionista mientas fagocita las funciones de los Mossos. Torra se ha mostrado incapaz no solo de atender las reclamaciones de la política catalana sino de preservar el orden público (…) Torra debe renunciar al cargo", pide el incauto Rosell. "El separatismo se desangra en público, pero conserva la capacidad de derribar al presidente del Gobierno. Y eso sí que resulta humillante para la unidad nacional". ¿Qué apostamos a que no? Gistau intenta persuadir a Sánchez de que convoque elecciones con el argumento de la "dignidad". Ya ven, como si a Sánchez le quedara un ápice de dignidad. "La dignidad de la última bala del tambor reservada para uno mismo es la única que le queda a Sánchez antes de que lo cojan vivo y terminen de desbaratarle a bofetadas la ficción de puto amo kennediano todos esos personajes de extramuros con los que alcanzó" el Gobierno. "A qué tanto miedo a las urnas, si Sánchez puede hasta ganar las elecciones, sacudirse las dependencias y disponer de cuatro años completos", se pregunta Gistau, Pues ya te lo digo yo. Sánchez piensa que más vale pájaro en mano, aunque no lo haya conseguido en legítima lid en las urnas, que ciento volando. Raúl del Pozo se ha ido directamente a preguntar a la cabeza pensante de Sánchez, el tal Iván Redondo. "¿Están al caer las elecciones?", la he preguntado directamente. "Yo ahí no puedo entrar", se ha salido por la tangente el cerebrito de las poses del presi. Pese a la no respuesta, Raúl se huele elecciones. "No sé qué le susurra al oído Iván a Pedro. No sería extraño que estén perpetrando las elecciones". O no. Qué llamada tan infructuosa, Raúl.

El País, que ha perdido la vergüenza por completo, abre con una foto de Arrimadas en actitud amistosa con Torra. "Torra se queda solo y recula en su ultimátum a Sánchez". Sin reparo en hacer el ridículo para proteger a Sánchez, dice el editorial que Torra "debe ahora mendigar al presidente Sánchez que mantenga la reunión prevista de mutuo acuerdo para estas fechas". Pero hombre, si depende de sus votos. Manuel Jabois se marca un artículo sobre Vox enmascarado en una pseudoentrevista a Abascal. "La nueva extrema derecha irrumpe en escena", se relame. ¡Al fin una extrema derecha como Dios manda! Lo del PP y Cs no llegaba a cuajar. "Anuncia su disposición total para que España tenga en el Parlamento un émulo de las políticas ultraderechistas que ya amenazan los valores democráticos en países como Hungría, Francia o Italia". Jabois, hijo, aquí ya tenemos en el Parlamento esa amenaza, solo que con la extrema izquierda radical de Podemos.

ABC dice que "el independentismo prefiere a Sánchez" y le ha dicho a Torra ¡quieto parao! con su ultimátum. "No quieren perder tan pronto al socio Sánchez", explica el editorial. Dice Rubido que los indepes están a la gresca otra vez, pero no hay que fiarse de las disputas fraternales, siempre terminan en un abrazo, "en las situaciones límites se reencuentran". "La condescendencia del Gobierno al ofrecer siempre dialogo como respuesta a cada insulto o amenaza de Torra no es una reacción digna, ni es políticamente útil. Desaprovecha la ocasión de poner en marcha una política orientada a ganar el pulso a los separatistas, en vez de buscar el apaciguamiento inútil, que además no representa más que la coartada del PSOE para sostenerse en el poder en contra de toda lógica democrática y patriótica". Reacción digna, lógica democrática, patriotismo. Desde luego este editorial no va dirigido a Sánchez. Dice Ignacio Camacho que "los hechos dan la razón al PSOE de la vieja guardia que decidieron deshacerse de su secretario general aunque fuera arrojándolo por la ventana". Pues ahí le tiene, de amo absoluto del partido.

La Razón dice que "Sánchez rompe el diálogo de Estado con PP y Cs". Hombre, es que está dialogando con los golpistas, no se puede estar al plato y a las tajadas. Pero Marhuenda le recuerda, con buenas palabras, que se ponga como se ponga, "Sánchez no debería olvidar que nada sustancial puede ofrecer a los nacionalistas si no es con el apoyo de los constitucionalistas". "Ninguna reforma ni medida de largo alcance podrá tomar Sánchez sin el acuerdo de PP y Cs". Y que no olvide quién ganó las elecciones en Cataluña. Desvela La Razón que Sánchez se va a aferrar con dientes y uñas de manos y pies al sillón de La Moncloa. "Moncloa baraja prorrogar las cuentas de Rajoy". "Si hay bloqueo catalán, tiene un plan b para no ir a las urnas". Que nos piensa mantener secuestrados, vamos.

La Vanguardia dice que sí, que "Sánchez sopesa adelantar las elecciones a este año". Lo dudo. Sin que sirva de precedente, Enric Juliana coincide con Gistau. "El ultimátum es un bonito obsequio para el gobierno Sánchez. Podría justificar un adelanto fulgurante de las elecciones generales (…) Un argumento de oro ante la España soliviantada: 'No aceptamos ultimátums independentistas' (…) Ocasiones así no se presentan todos los días", vamos Pedro, que se vea ese político audaz. "La tentación es fuerte en la Moncloa, pero no es fácil que sucumban a ella". No, ya lo suponemos. A Pedro le gusta demasiado el poder que no ganó en las urnas y siempre existe el riesgo de perderlo si les da voz a los ciudadanos, que al fin y al cabo nunca le votaron a él. Mejor mantenerlos amordazados, no vaya a ser que la historia se repita.

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