"Por definición, los acuerdos son firmes, así que no valoramos ese escenario", así respondía este lunes Pablo Echenique a la pregunta de si el Gobierno podría cambiar determinadas medidas económicas o fiscales de su acuerdo presupuestario para negociar el apoyo de otros grupos como PNV o PDeCAT.
"Es un acuerdo firmado, una serie de compromisos que el Gobierno tiene que garantizar que se cumplan. Esto es así. Es el resultado de una negociación que ha costado meses de trabajo", insistía poco después la portavoz de la ejecutiva del partido Noelia Vera durante una rueda de prensa en la sede del partido de la calle Princesa.
Ni una coma
Con estas declaraciones dejaban claro desde Podemos que no se puede tocar ni una coma de su acuerdo presupuestario, a pesar de que el Ejecutivo necesita negociar los apoyos de los separatistas de ERC y PDeCAT, y de los nacionalistas del PNV.
Los morados no permitirán modificaciones además de advertir a Pedro Sánchez que su "obligación" es que se cumplan los compromisos a los que han llegado con los de Pablo Iglesias. Entre esas medidas, la subida del salario mínimo interprofesional a 900 euros que, según Echenique, debe estar vigente a partir del 1 de enero, así como el plan contra la pobreza energética que tendría que estar listo antes de febrero del año que viene.
Se lo ponen así difícil al Ejecutivo de Sánchez, algo que reconocen en privado fuentes del partido morado que apuntan a los separatistas como los más complicados de "convencer". Eso en privado, porque en público los dirigentes de Podemos insisten en que las fuerzas catalanas apoyarán las cuentas para que puedan salir adelante y también que la Comisión Europea aceptará el plan presupuestario. "No creemos que vaya a haber problema", ha asegurado Echenique en rueda de prensa.