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Mossos: el juguete roto del separatismo

El cuerpo policial se fractura entre facciones independentistas y plataformas no nacionalistas.

El cuerpo policial se fractura entre facciones independentistas y plataformas no nacionalistas.
Mossos aplaudiendo a la Policía Nacional. | Twitter

El aplauso espontáneo que miles de agentes de los Mossos d'Esquadra dedicaron a sus compañeros de la Policía Nacional al paso por la Jefatura Superior de Policía durante una protesta laboral ha desquiciado a los sectores independentistas de los Mossos d'Esquadra. Los Mossos per la República de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Mossos per la Democràcia y el grupo clandestino de mossos agrupados bajo el nombre de "Guilleries" no son mayoría en el cuerpo. Tampoco la Unión de Mossos por la Constitución, pero hace tan sólo unos meses tal nombre para una agrupación de policías en Cataluña era impensable.

La dirección política de los Mossos jamás ha actuado contra los agentes que se declaraban abiertamente independentistas en las redes sociales y sus centros de trabajo. Si algo ha hecho es alentar la politización separatista y promocionar a agentes de probada lealtad nacionalista. La imagen definitiva de la politización del cuerpo fue la participación de varios agentes en la fuga de Puigdemont y la escolta permanente a cargo de miembros del cuerpo.

Se tolera que el agente Albert Donaire, líder de los mossos de la ANC, insulte a los ciudadanos contrarios al separatismo en su concurrido canal de "Youtube", que los agentes de "Guilleries" llenen las comisarías de panfletos y comunicados a favor de boicotear al Estado y los Mossos per la Democràcia avisen por vídeo a Vox, Ciudadanos y el PP de que no tolerarán injerencias españolas.

Doble rasero

En cambio, mossos que han redactado algún informe en español o quienes han criticado el nacionalismo en las redes sociales han sufrido represalias en forma de traslados o investigaciones internas. A la contra, la división de asuntos internos canceló la investigación sobre la actividad de los agentes que se enfrentaron a policías nacionales y guardias civiles durante el 1-O o simularon llevarse urnas.

Sin embargo, el nacionalismo ya no ejerce el control absoluto sobre los Mossos de antaño. La instrumentalización política, la falta de medios y el impago de las horas extras del 1-O, entre otros factores, han cristalizado en la plataforma "MosS.O.S", los organizadores de la manifestación que congregó a casi cinco mil agentes (son cerca de 17.000) en la que se aplaudió a la Policía Nacional.

Se reclaman apolíticos, no permiten llevar banderas en sus actos y se visten de negro para protestar. El peso numérico de un grupo que nació en grupos de telefonía ha propiciado su inclusión inmediata en las mesas negociadoras de la consejería de Interior con los sindicatos. El episodio de la Jefatura Superior de Policía les vincula con la supuesta represión contra el separatismo. ERC también les reprocha que cargaran a las puertas del Parlament o cuando los CDR les lanzaron piedras y pintura en una manifestación de Jusapol, el pasado 29 de septiembre.

Además de la falta de personal y medios, de la utilización política y de los retrasos salariales, "MosS.O.S" también surge por la desprotección jurídica de la acusan a la Generalidad respecto a la setentena de agentes investigados por los sucesos del 20-S y el 1-O.

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