Desde hace unas semanas, Albert Rivera emplea la misma táctica para realizar su pregunta en la sesión de control de los miércoles a Pedro Sánchez. El texto que el grupo de Ciudadanos remite con anterioridad, y que aparece en la web del Congreso, es lo suficientemente genérico "¿Qué valoración hace de la actual situación política en España?" para poder decidir en el último momento el sentido de la pregunta concreta.
Este miércoles, Rivera llegaba tratando aún de sacudirse la presión mediática y política por su decisión de desbloquear en la Mesa del Congreso la Ley de Estabilidad Presupuestaria, algo que le ha valido la acusación de Pablo Casado de estar alineado de nuevo con el centro-izquierda.
Ya el martes Rivera dijo que la acusación era un "bulo" que se desvanecería con el tiempo y, quizás para demostrarlo, adoptaba este miércoles su perfil más duro contra Sánchez, su acuerdo presupuestario con Podemos y la manera en que se esta negociando, empleando a Pablo Iglesias como intermediario con los líderes separatistas, imprescindibles para que las cuentas públicas vean la luz. "Señor presidente, esta legislatura nos dejará una estampa de la vergüenza. El día que el señor Iglesias se fue a la cárcel de Lladoners a negociar con un procesado por malversación de fondos, por intentar dar un golpe de Estado, por una acusación de rebelión, aunque a usted no le guste, ahora" comenzaba su intervención, directamente a la yugular de lo que considera un pacto que "humilla a los españoles".
Con sarcasmo, Rivera se preguntaba si el líder de ERC, Oriol Junqueras, e Iglesias, que se reunieron el pasado 19 de octubre, están muy interesados en los aspectos económicos de los presupuestos. "O se piensa usted que a Junqueras le importan los autónomos españoles, si no le importa España" decía, retando finalmente a Sánchez a que lleve en el próximo programa electoral del PSOE el indulto a los políticos catalanes que serán en breve juzgados por el golpe secesionista de 2017.
¿Ha cambiado la postura de Ciudadanos?
Lo cierto es que la oposición de fondo de Ciudadanos al acuerdo presupuestario firmado por Sánchez e Iglesias sigue siendo la misma, focalizado ese rechazo en las subidas de impuestos y en el aumento del Salario Mínimo Interprofesional, que la formación naranja considera que terminarán pagando los autónomos con menos recursos. Además, los de Rivera recuerdan que el límite del déficit público debe ser del 1,3% del PIB y no del 1,8% como pretende Sánchez, una senda que el jefe del Ejecutivo no logró aprobar el pasado julio, cuando el pleno de la cámara, con la abstención de Podemos, la rechazó.
En cuanto a la decisión que desde el lunes desató la polémica, el desbloqueo a la Ley de Estabilidad, Ciudadanos coincide con los grupos de izquierda en que el Senado, precisamente por ser una cámara territorial, no debe tener capacidad de veto sobre la misma. En cambio, plantea reforzar la mayoría necesaria para aprobarla en el Congreso, que pasará a ser de 3/5, algo que el actual Gobierno no podría alcanzar ni repitiendo todos los apoyos de la moción de censura. El grupo naranja enmendará a la totalidad la propuesta de Podemos para lograr ese objetivo y, si fracasa en el intento, buscará realizar la misma modificación a través de enmiendas parciales.
Por último, Rivera está convencido de que empezar a debatir sobre la materia presupuestaria puede hacer visibles las diferencias entre PSOE y Podemos, y la imposibilidad de financiar determinadas medidas ajustándose a los límites del déficit.