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Savater y Rivera defienden la españolidad de Alsasua entre piedras, gritos y campanadas de los proetarras

El líder de Ciudadanos lidera una movilización constitucionalista a la que se suman el PP y VOX.

El líder de Ciudadanos lidera una movilización constitucionalista a la que se suman el PP y VOX.
Acto de España Ciudadana en Alsasua | Pedro Ruiz

A apenas cien metros de una multitud de proetarras que le recibían con piedras, Albert Rivera defendía este domingo en la plaza de los Fueros de Alsasua, acordonada por la Guardia Civil y por la Policía Foral, la españolidad de Navarra y la derogación de la disposición transitoria que permitiría la anexión de la comunidad foral al Pais Vasco.

Le precedían en el uso de la palabra Fernando Savater, intelectual de referencia del constituicionalismo vasco, y Beatriz Sánchez Seco, víctima del atentado de ETA en la casa cuartel de Zaragoza en 1987. Entre el público estaba la presidenta del PP navarro, Ana Beltrán, el portavoz de los populares en el Senado, Ignacio Cosidó, y una amplia delegación de VOX con su líder, Santiago Abascal, al frente, y el funcionario de prisiones secuestrado por ETA, José Antonio Ortega Lara.

Todos los discursos se producían con un interminable ruido de fondo, con gritos, música rock en directo, sirenas e, incluso, las campanas de la Iglesia del pueblo, que a deshora repicaban de manera incansable dificultando la escucha de los simpatizantes de España Ciudadana. Entre aquellos que querían boicotear el acto, se encontraba en Alsasua el etarra Josu Zabarte, más conocido como el "carnicero de Mondragón".

Rivera ironizaba diciendo que habrían sonado por las víctimas del terrorismo, y afeando que en ese "maravilloso pueblo de España" hubiera murales de homenaje a los etarras. "Un pueblo debe homenajear a sus héroes", afirmaba Rivera ante la ovación de los presentes.

Previamente Savater se había referido a la anexión de Navarra que tradicionalmente reclama el nacionalismo vasco, afirmando que no es necesario implementarla para crear una nueva "tribu" pues ambas comunidades ya están unidas al pertenecer al mismo país.

Rivera arremetía durante buena parte de su discurso contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que acusaba de instrumentalizar la Abogacía del Estado por haber retirado la acusación de rebelión contra quienes perpetraron en 2017 el golpe secesionista en Cataluña. Además, anunciaba que el próximo acto de España Ciudadana será el 25 de noviembre en Madrid, reclamando que no haya indultos para los políticos catalanes actualmente procesados. El presidente de Ciudadanos enfatizaba que han sido muchos "los sacrificios" de jueces, fiscales, concejales y policías para "regalar impunidad" a los que han intentado dar un golpe.

Un amplio dispositivo para evitar el boicot

Desde primera hora de la mañana, la Guardia Civil y la Policía Foral establecían un amplio dispositivo. El staff de España Ciudadana se encontraba estiércol junto al material para montar el escenario. El ruido de sirenas en todo momento, bastantes petardos, bengalas, caceroladas y música rock en vivo, además del consabido repiqueteo de las campanas, se repetían durante todo el acto.

Los proetarras lanzaban gritos de "asesinos" y "torturadores" contra la Guardia Civil y proclamas como "fuera fascistas de nuestros barrios"; "españoles hijos de puta" o "español el que no bote". A un reportero de Público le arrancaban la acreditación y proferían gritos repetidos de "prensa española, manipuladora".

A la salida lanzaban piedras, mecheros y monedas, algunas cerca de donde se retiraba Rivera y también por donde lo hacía Abascal. Finalizado el acto y dispersados ya los simpatizantes de España Ciudadana, los boicoteadores no se movían de su sitio y continuaban lanzado proclamas contra los agentes de las Fuerzas de Seguridad. Las patrullas de la Benemérita abandonaban la localidad navarra al filo de las dos de la tarde.

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