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El separatismo redobla sus provocaciones e insultos a pesar de los guiños socialistas

Los golpistas llaman "fascista" a todo el mundo, pero se ofenden si comparan a Quim Torra con Kim Jong-un.

Los golpistas llaman "fascista" a todo el mundo, pero se ofenden si comparan a Quim Torra con Kim Jong-un.
Torra, en el Parlamento catalán. | EFE

Máxima tensión en la cámara regional catalana. El circo del "Parlament" casi nunca defrauda. Las relaciones de los diputados de los grupos golpistas con sus adversarios políticos han desbordado la rivalidad partidista y entrado de lleno en el terreno personal. El separatismo no se quita de la boca el término "fascistas" para calificar a sus rivales, pero no tolera que éstos repliquen con los calificativos de "supremacistas" y "golpistas" para referirse a los nacionalistas.

Las relaciones fuera de las cámaras se torcieron hace algo más de un año, cuando convergentes, republicanos y antisistema destrozaron el "Parlament" con sus leyes de "transitoriedad jurídica" y "desconexión". En las turbulentas sesiones de septiembre y octubre del año pasado, el separatismo utilizó como "fuerza de choque" a concejales, alcaldes y funcionarios de partido, un "grupo de animación" separatista dedicado a abuchear a la oposición y jalear a los golpistas.

Cuando los separatistas han reabierto la cámara, la tensión se ha recrudecido. La estrategia de ERC y Junts per Catalunya (JxCat) es tratar a los diputados de Ciudadanos como si representaran a la ultraderecha y responsabilizar al partido naranja de las actividades de los grupos ciudadanos que retiran propaganda amarilla de los espacios públicos. La indisimulada intención nacionalista es convencer al electorado de que Ciudadanos es un partido violento, enemigo de los catalanes y que anima la supuesta represión policial del separatismo.

Y cualquier debate vale para provocar a la bancada naranja. Este viernes, una moción de Ciudadanos sobre los gastos de la trama de "embajadas" separatistas ha dado pie al diputado de ERC Ruben Wagensberg a llamar por enésima vez "fascistas" a los diputados de la formación rival y quejarse de que estos utilicen el término "supremacista para referirse en ocasiones a algunos dirigentes de la bancada opuesta como el presidente de la Generalidad, Quim Torra.

Un ideólogo de los CDR

Wagensberg, fundador de la entidad separatista "En peu de pau" (En pie de paz) y uno de los ideólogos e impulsores de los Comités de Defensa de la República (CDR), se ha quejado primero del uso de los términos "supremacistas" y "golpistas" y después ha cargado contra los diputados naranjas: "Nuestra réplica podría ser hablar del grupo fascista de Cs. Podríamos hablar del fascista de Carrizosa o la fascista de Arrimadas. Estáis literalmente más cerca del fascismo cuando os manifestáis al lado de Vox",

Roger Torrent, el presidente de la cámara, del mismo grupo que Wagensberg, se vio en la obligación de instar la retirada de las palabras de su colega, que abandonó el atril pero continuó con el número. Al llegar a la altura de Carlos Carrizosa e Inés Arrimadas se detuvo para encararse con el primero. Luego continuó hasta su escaño y tras unas voces procedentes de la bancada de Ciudadanos, se levantó para denunciar que Carrizosa le había dicho algo así como que le esperaba en la calle. Bronca de instituto con la diputada de la CUP Maria Sirvent incendiada ante las "intolerables amenazas".

Carrizosa ha negado en vano haber dicho algo semejante o parecido y con esa intención y ha ironizado con que son Wagensberg y Maria Sirvent quienes dicen que las calles son suyas, en alusión al eslogan separatista "els carrers seran sempre nostres"

Superioridad moral

El separatismo está empeñado en establecer en sede parlamentaria su supuesta superioridad moral. Este pleno se abrió con una bronca de Torra a Ciudadanos, PSC y PP por no solidarizarse con los políticos presos. Dijo a los diputados que habían perdido una "oportunidad para humanizarse". Después cargó contra el jefe del grupo socialista, Miquel Iceta, del que dijo que "chorrea cinismo". El dirigente del PSC pasó por alto el insulto en aras del clima de concordia y entendimiento entre el Gobierno y el "Govern".

Los dirigentes nacionalistas están en un estado de crispación permanente. Torra se pelea hasta con los diputados de la versión catalana de Podemos. El parlamentario de ese grupo Lucas Silvano Ferro ha tenido la ocurrencia en tono amable y distendido de afirmar que Quim Torra parecía Kim Jong-un en el vídeo sobre los 125 años de las colonias infantiles en Cataluña.

Un ofendidísimo presidente de la Generalidad ha exigido la retirada de las palabras del diputado podemita, que no ha tenido inconveniente si bien ha insistido en que falta cintura y "sentido del humor". Diputados de JxCat y otros grupos se refirieron a que la falta de cintura de Irene Montero le ha reportado 70.000 euros de indemnización por unos ripios contra ella publicados en la revista de la asociación judicial Francisco de Vitoria.

El caso Márquez

Torra prometió un otoño caliente y está cumpliendo con el programa de caldear el ambiente. Aumenta la presión social del separatismo. El campeón de motociclismo Marc Márquez no puede salir al balcón del ayuntamiento de Cervera a ofrecer su último título porque está lleno de propaganda separatista que el alcalde convergente se niega a retirar por unas horas. Los separatistas retan a Ciudadanos, PP y PSC a visitar a los golpistas presos para comprobar que no tienen privilegios, pero se niegan a facilitar la relación de visitas que reciben cada día.

Se redoblan los ataques a la Corona y el Poder Judicial, a pesar de iniciativas como el decaimiento de la investigación sobre dos cabecillas de los CDR o el auto de la Audiencia de Barcelona que insta a un juzgado de Manresa a investigar supuestos excesos de la Guardia Civil durante el 1-O. El magistrado ponente firmó un manifiesto hace cuatro años a favor de la autodeterminación.

El fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre Otegi y la decisión del Supremo sobre el impuesto de actos jurídicos documentados son munición para el separatismo. La Generalidad se querellará contra el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Supremo, Carlos Lesmes, por el asunto de las hipotecas, según ha anunciado Elsa Artadi, mientras el prófugo Carles Puigdemont se reúne con Otegi para debatir sobre un "frente común" contra el "Estado totalitario".

Cuatro años después de la celebración del primer referéndum ilegal, el del 9-N de 2014, Artur Mas sale a la palestra para advertir a los suyos de que "no es lo mismo un Gobierno con Pedro Sánchez, que sale a la tribuna para decir que no ha habido rebelión, que otro de Ciudadanos, el PP y Vox". Entrevistado en TV3 ha dicho además que no dijo que la república era inviable porque no se lo preguntaron.

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