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El PP en el abismo, la tranquilidad de Ciudadanos y la irrupción de VOX: arranca la campaña andaluza

El mensaje del CIS es que el pescado está vendido otra vez en Andalucía, camino ya de los 40 años de socialismo sin alternancia democrática.

El mensaje del CIS es que el pescado está vendido otra vez en Andalucía, camino ya de los 40 años de socialismo sin alternancia democrática.
Juan Manuel Moreno presentando la campaña del PP en las elecciones | EFE

Mientras en el juicio de los ERE se aprestan las defensas a hacer lo que deben señalando al chivo expiatorio principal, el ex director general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, y pasa inadvertido que la juez Bolaños lo excluye de más de 20 piezas separadas del caso, comienza este jueves la campaña electoral de Andalucía en un ambiente demoscópico agitado por la campaña de propaganda del CIS –ya casi un Centro de Investigaciones Socialistas– del cocinero confeso José Félix Tezanos.

El mensaje del CIS es que el pescado está toíto vendío otra vez en Andalucía, camino ya de los 40 años de socialismo sin alternancia democrática. No ha dicho nada que no hubieran dicho las demás encuestas realizadas hasta el momento, pero ha añadido un color especial a la izquierda andaluza poniendo a Podemos en segunda posición y casi invitando a Susana Díaz a seguir el carril trazado por Pedro Sánchez en su pacto con Pablo Iglesias.

El objetivo final de la encuesta de Tezanos parece doble. Por una parte, desmovilizar al castigado electorado andaluz partidario del centro derecha deseoso de un cambio ampliando su techo de abstención y por otra, favorecer el voto útil de Podemos hacia el PSOE y, en todo caso, el pacto de izquierdas final, al margen de toda opción de Ciudadanos.

Hasta el CIS, ganaba bajando bastante Susana Diaz sin mayoría suficiente para gobernar, pero PP y Ciudadanos no podrían gobernar, aunque quisieran hacerlo juntos porque se barruntaba un triple empate entre PP, Ciudadanos y Podemos + IU. La encuesta aún caliente publicada hace unos días en El Español deshacía el empate a favor de Ciudadanos, alejaba a Podemos y al PP de la segunda plaza y reducía las expectativas de Susana Diaz.

A saber, el PSOE tendría nueve escaños menos que ahora, o sea, de 47 a 38. Ciudadanos triplicaría los suyos, pasando de 9 a casi 26 escaños. El PP retrocedería hasta los 26 escaños, siete menos que los 33 a los que bajó desde los 50 conseguidos por Javier Arenas en 2012. VOX entraría en el Parlamento y Podemos e IU perderían votos, aunque podrían ganar escaños.

Pero el sondeo de Tezanos, de este mismo miércoles, altera sustancialmente las cifras porque deja a Susana Díaz más viva que nunca, con más votos y tal vez algún escaño menos, entre 45 y 47, mientras hunde definitivamente al PP, incluso por debajo de Podemos y augura un incremento para Ciudadanos, pero no determinante. Eso sí, da escaño a VOX.

Una campaña a tumba abierta para el PP e Iglesias

Ante la posibilidad de meter presión a las calderas socialistas andaluzas, Pablo Iglesias parece querer volcarse en Andalucía, oportunidad aledaña además para ocupar todo el espacio mediático en detrimento de su enemiga interna, Teresa Rodríguez. Ha anunciado nada menos que participará en tres grandes actos andaluces, cierre de campaña incluido, dos más que Pedro Sánchez en defensa de Susana Díaz.

La cuestión es lograr que Podemos, con su muñeco de trapo de IU, sea el segundo partido de Andalucía, como profetiza oportunamente Tezanos, por encima de PP y Ciudadanos. Con un resultado así, Susana Díaz no tendría otro remedio que caer en sus redes apuntalando así el abrazo mortal de Podemos al PSOE andaluz, hasta ahora resistente a la penetración podemita.

Por eso, Teresa Rodríguez enarbola con ardor la bandera anti–Supremo pidiendo que se deje de regalar España a los bancos. Pero su radicalidad frente a la campaña de Pablo Iglesias hace que impulse la presencia de Podemos en las cárceles andaluzas para conseguir votos.

El anuncio de que Podemos ha solicitado dar mítines en las cárceles andaluzas es sorprendente e impactante, porque es la primera vez que se haría en toda la historia de la democracia. Es significativo que haya sido formalmente pedido por la senadora María Isabel Mora, actual portavoz en las comisiones de Justicia e Interior del Senado y miembro del Consejo andaluz de Podemos. Algo así nunca hubiera ocurrido si Teresa Rodríguez no hubiera estado tras esta iniciativa.

Es el PP andaluz el que aparece en todas las encuestas como el gran pagano del desastre andaluz de la derecha desde 2012, con la cuña creciente de un Ciudadanos aupado en los hombros de Inés Arrimadas, y del descrédito sistemático del partido a nivel nacional.

Las últimas operaciones, sobre todo, el entuerto judicial perpetrado por su cúpula, está provocando un río de descontentos que hace cada vez más imposible que el desafortunado Juan Manuel Moreno pueda mantener los resultados de 2015 aunque se recorra cien veces toda Andalucía.

Por eso, necesitado de una supercampaña electoral dados los vaticinios, promete nada menos que 600.000 empleos, como Felipe González en 1982, además de una bajada vertiginosa de impuestos. Además, insiste en la herida de la sanidad andaluz ofreciendo nuevos modelos de gestión ante su deterioro evidente con los médicos en la calle.

En el centro derecha andaluz, no sólo son los deméritos propios los que están influyendo en la desmoralización del PP que anima la encuesta de Tezanos, sino que la presencia de Ciudadanos y de VOX configura una tenaza electoral para un Partido Popular que tiene que encontrar la manera de frenar un deterioro que pondría aún más a su incipiente líder, Pablo Casado, a los pies de los caballos.

La estrella del pasado fin de semana pasado fue VOX y su candidato andaluz, el rehabilitado juez, tras una ignominiosa campaña de acoso y derribo, Francisco Serrano, que llenaron el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla –Fibes– con más de 2.000 simpatizantes, muy por encima del último acto de Ciudadanos, y cifra similar a la que obtienen los dos grandes partidos habituales.

Ciudadanos, que tiene expectativas de crecimiento en cualquier sondeo que se consulte, tiene garantizada una campaña tranquila y no parece que le vaya a importar demasiado quedar segundo o tercero. Su posición estratégica no variaría –posible socio de gobierno de un gobierno de Susana Díaz impidiendo el acceso de Podemos – aunque relegar al PP al furgón de cola de la oposición. En esa tarea, Inés Arrimadas con su actuación constitucional en Cataluña, muy apreciada en el Sur, es imprescindible.

Mientras tanto, Juan Marín canta la mayor: "Ciudadanos va a ser el punto final de la corrupción en Andalucía" cuando "entremos a gobernar" a partir del próximo 2 de diciembre. Y lo dice tras casi cuatro años de apoyo apacible y cómplice a un PSOE andaluz que ha mantenido el régimen con comodidad y no ha cumplido apenas nada de lo que acordó con Ciudadanos, motivo aducido finalmente como causa de su ruptura.

Con este panorama, desde el puente de mando de la Junta, Susana Díaz va a lo suyo. Con la RTVA controlada y con el apoyo inequívoco de no pocos medios de comunicación privados, se dedica a los anuncios y más anuncios de más cosas gratis y ausencias significativas. El anuncio más preclaro fue que los libros", para la Educación Infantil "de tres a seis años", serán "gratis en todos los colegios". O sea, que hasta ahora no lo eran.

Y, además de convertir su comparecencia sobre corrupción en el Senado en una victoria, mantiene los gestos anti–Sánchez, como, por ejemplo, su ausencia de relieve en el reciente Comité Federal del PSOE, otro ingrediente más de la bronca interna que le distancia de Pedro Sánchez y sus políticas.

Pero están sus meritorios y meritorias provinciales que insisten en la campaña de siempre y cantan la gallina: "Andalucía tiene que seguir siendo un territorio libre de la derecha". Y esto, ¿significará que hay que laminar definitivamente toda oposición de la derecha? Frases así las carga el diablo y luego se repican y traen consecuencias.

Este jueves comienza la campaña electoral y o es una campaña con ases en la manga, con elementos espectaculares y sorpresas de calado o no habrá opciones para un cambio. En 15 días, pueden arañarse algunos votos, pero las decisiones ya están tomadas, salvo que ocurra algo inesperado y desencadenante de un cambio de tendencia.

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