El separatismo hostiga a Pablo Llarena sin consecuencias. El juez que instruye en el Tribunal Supremo la causa por presuntos delitos de rebelión, malversación de fondos públicos y desobediencia sufre una campaña de acoso que afecta particularmente a su ámbito privado. Se acumulan durante casi un año los agravios, también contra su familia, sin que hayan originado hasta el momento consecuencia penal alguna.
La última agresión se produjo este miércoles en la vivienda de Llarena en San Cugat del Vallés, provincia de Barcelona. Dos encapuchados de Arrán, la plataforma juvenil que agrupa a los más prometedores vándalos que se integrarán en un futuro en la CUP, llenaron de pintura de color amarillo el portal. El colectivo reivindicó la acción a través de sus redes sociales, adjuntando incluso un vídeo. Según los Mossos, están investigando los hechos, como en episodios anteriores en los que acabó en nada.
Llueve sobre mojado
La primera amenaza conocida al juez Llarena por parte de los separatistas data de marzo de 2018. Los mismos de Arrán pintaron en la puerta de una propiedad del magistrado en la localidad gerundense de Das el mensaje "Llarena, feixista!". A lo que añadieron en Twitter: "Los Países Catalanes serán tu infierno".
Bajo el hastag #PrimaveraCatalana han aglutinado otras acciones como los carteles que aparecieron días después en el municipio: "Llarena, aquí no eres bienvenido". Una usuaria llevó un paso más allá la amenaza en las redes sociales: "Es necesario difundirlo porque tienen que saber que no podrán ir por la calle a partir de ahora!!!",
Aunque la Fiscalía Superior de Cataluña pidió protección para Llarena y su familia; además de una investigación contra la autora de la publicación en Twitter, el Juzgado Penal número 1 de Reus (Tarragona) absolvió inmediatamente a la usuaria porque, a su juicio, el comentario se enmarcaba dentro de la "libertad de expresión".
Puede que la situación más tensa se desencadenara el pasado mes de julio en un restaurante de Palafrugell (Gerona). Llarena y su mujer disfrutaban tranquilamente de una cena con amigos cuando fueron detectados por separatistas. Se movilizaron mediante aplicaciones de mensajería instantánea –se sospecha que el expresidente Carles Puigdemont participó en la difusión– y cercaron el establecimiento hasta el punto que el magistrado y sus acompañantes abandonaron forzosamente el local. Los Mossos se encargaron de la investigación que terminó otra vez sin detenidos.
La Alemania nazi
Por su parte, la Asociación Profesional de la Magistratura hace una comparación entre el señalamiento de los separatistas a Llarena y el que sufrían los judíos por la Alemania nazi. "Como las estrellas amarillas, lamentan, ahora se lanza pintura para señalar el domicilio de un juez". Aunque, evidentemente, matizan: "no hemos llegado ni mucho menos a la misma situación, pero el propósito es el mismo: imponer una idea por la fuerza, característica definitoria de todos los regímenes dictatoriales".
Hablan de un nuevo episodio en la deriva antidemocrática instalada en Cataluña: "No lo van conseguir. Los Jueces seguiremos ejerciendo nuestra función y adoptando las medidas para garantizar el respeto a la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico, sin fisuras. Esa es la base de nuestro Estado de Derecho y fundamento de la convivencia pacífica. En estos difíciles momentos, queremos mostrar todo nuestro apoyo y solidaridad a nuestro compañero Pablo Llarena y a su familia".
La tibia reacción de Marlaska
La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial ha aprobado este jueves por unanimidad la siguiente declaración en su reunión:
"Ante los acontecimientos producidos en el día de ayer en la población de San Cugat del Vallés, en los que un grupo organizado de enmascarados atacaron la casa del Magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena y de la Magistrada Gema Espinosa, su mujer, mientras se encontraba en el interior uno de sus hijos, manifiesta":
Primero. Su más absoluto rechazo al ataque sufrido por los dos Magistrados y su familia, y al ataque que con ello se ha perpetrado también contra todos y cada uno de los Jueces y Magistrados que prestan servicio en Cataluña.
Segundo. Su más absoluto rechazo frente a las expresiones de apoyo a esas conductas criminales y a quienes las están alentando. –De hecho, los partidos de corte separatista no han condenado en ninguna ocasión las agresiones–.
Tercero. Su más absoluto rechazo frente a toda conducta de intimidación que pretenda dirigirse contra los Jueces y Magistrados que prestan servicio en Cataluña.
Cuarto. Su manifestación de aliento y compromiso con los Jueces y Magistrados que sirven en Cataluña, y su reconocimiento más firme y sincero por la labor constante, callada y meritoria que prestan día a día en beneficio de la comunidad.
Quinto. Instar a la Fiscalía General del Estado –de la progresista María José Segarra–, al Ministerio del Interior –del magistrado socialista Fernando Grande-Marlaska– y al Departamento de Interior de la Generalidad de Cataluña –del rupturista radical Miquel Buch– para que de inmediato adopten todas las medidas para la persecución de las personas y grupos que han participado en esos hechos delictivos.
Sexto. Instar a las autoridades competentes en seguridad para que adopten medidas de protección adecuadas de las personas y los bienes de los Magistrados atacados.
Séptimo. Instar a las autoridades competentes en materia de seguridad para que de manera planificada adopten las medidas de protección adecuadas de los Jueces y Magistrados que prestan servicio en Cataluña".
El ministro Fernando Grande-Marlaska se ha limitado a insistir en que "no ha fallado ningún protocolo de seguridad". Ciudadanos ya anunció este miércoles que presentó una denuncia contra Arran y ante la Fiscalía por delito de odio contra el juez Llarena.