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Ana Pastor expulsa a Rufián tras una bronca tabernaria en el Congreso con escupitajo final

Borrell acusa a un diputado de ERC de escupirle mientras los separatistas abandonaban el pleno.

Eran las 9:45 de la mañana de este miércoles cuando el portavoz adjunto de ERC, Gabriel Rufián, se levantaba en su escaño para formular su pregunta de la sesión de control, la séptima de la mañana parlamentaria, al ministro de Exteriores, Josep Borrell, la gran bestia negra de los separatistas en el Gobierno de Pedro Sánchez.

Rufián cuestionaba a Borrell por la gestión de su ministerio y finalizaba su pregunta, como ya hiciera este martes Joan Tardá, refiriéndose a Ciudadanos, para afirmar que mientras los de Albert Rivera les tilden de "golpistas" ellos contestarán llamándoles "fascistas".

Borrell no parecía entender la alusión e ironizaba: "No he entendido quién es el racista, si se refería a mí". Desde ERC asentían mientras el ministro de Exteriores continuaba con su respuesta: "La gestión de mi ministerio me parece razonablemente buena y la relación con el reino de Bélgica también es buena", puntualizaba recordando a Carles Puigdemont, aunque sin mentarlo.

"Llevo tiempo queriendo decirle esto", comenzaba su réplica el diputado separatista: "Es usted es el ministro más indigno de la historia de la democracia española. Usted no es un ministro, es un hooligan, un militante de Societat Civil Catalana, una vergüenza para su grupo porque es una organización de extrema derecha", acusaba Rufián. En ese momento, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, llamaba por primera vez al orden pidiendo silencio. Continuaba Rufián: "Le pido que dimita".

"Pensaba que íbamos a intercambiar argumentos sólidos sobre política exterior, pero ya veo que no se trata de eso. Una vez más, señor Rufián, ha vertido sobre el hemiciclo esa mezcla de serrín y estiércol que es lo único que es capaz de producir", aseguraba Borrell, provocando un aplauso unánime de la bancada del PSOE.

Rufián se ponía en pie haciendo abierta mofa con las declaraciones del ministro de Exteriores. "Le llamo al orden", gritaba Ana Pastor. "Le llamo al orden por segunda vez y le recuerdo que si lo hago una tercera, tendré que expulsarlo del Hemiciclo", continuaba la presidenta del Congreso mientras el separatista proseguía con sus mofas, cada vez más ostensibles, desde su asiento.

"Habiéndole advertido conforme al Reglamento le pido que abandone el Hemiciclo", sentenciaba Ana Pastor. En ese momento, se levantaban los nueve diputados de ERC para marcharse. Uno de ellos, Jordi Salvador, era señalado por Borrell al pasar por delante de la bancada azul: "Él, él", decía el ministro de Exteriores mientras Dolores Delgado intentaba que se sentase en su escaño cogiéndole del brazo. Otro de los representantes de ERC, Joan Capdevilla, giraba la cabeza sintiéndose aludido, pero la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, le decía que la apelación no iba dirigida a él.

"Creo que el Hemiciclo es el lugar en el que se argumenta con la palabra, no en el que se escupe a los diputados", sentenciaba en ese momento Borrell.

PP y Ciudadanos defienden a Borrell

El PP aplaudió la intervención de Pastor, pero le reclamó que permita la utilización del término "golpista" en pleno. "Vamos a mantener con ella un debate sobre esto porque consideramos que la palabra fascista es impresentable dentro del Congreso, pero se ha producido un golpe de Estado en Cataluña y hay que llamar a los que lo cometen golpistas", defendió Javier Maroto.

El número tres de la formación, tras el incidente en la Cámara, llegó a asegurar que el Grupo Popular planteará la revisión de esta decisión en la Mesa del Congreso, aunque después de despachar con Pastor las fuentes consultadas afirmaron que están "en plena sintonía". "No se permitirán insultos, pero sí se podrá decir que hubo un golpe de Estado en Cataluña", explicaron desde el entorno de la presidenta del Congreso. Maroto la ensalzó y aseguró que "se ha enfrentado quizás a la sesión más compleja de esta legislatura".

En este contexto, Maroto defendió a Borrell, para a renglón seguido echar en cara a Pedro Sánchez su interlocución con los independentistas. "Hoy Borrell, como en la fábula del rey desnudo, ha puesto en evidencia a Sánchez. Si es verdad, que lo es, que Rufián y sus cómplices arroja serrín y estiércol sobre España, ¿qué hace Sánchez pactando Presupuestos y acuerdos con esas mismas personas?", afirmó en los pasillos del Congreso.

El portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, también aplaudió a Borrell. "La reacción la he visto, la del señor Borrell antes de decir que le habían escupido", explicó. Sobre si las expresiones "golpistas" o "fascistas" son pertinentes en el pleno, defendió que la palabra golpista es "descriptiva" para aquellos que, como el líder de ERC Oriol Junqueras, "están en la cárcel acusados de rebelión y de sedición".

"Anatomía de un escupitajo"

El propio Borrell ratificaba en los pasillos que le habían escupido, aunque no sabia precisar qué diputado en concreto y, con cierta irritación no exenta de sorna, afirmaba que no iba a hacer la "anatomía del escupitajo". Mientras, tanto Lastra como otros miembros del Gobierno como José Luis Ábalos desmentían parcialmente a su compañero de gabinete, afirmando que se había tratado de un "ademán de escupitajo" como afirmaba la propia portavoz parlamentaria socialista.

Pasada una hora aproximada del incidente, el grupo de ERC al completo retornaba al pleno, aunque antes los nueve parlamentarios realizaban una rueda de prensa en el escritorio del Congreso. Allí, el portavoz Joan Tarda tomaba la palabra para acusar a Borrell de haber mentido y pedía que se conocieran las imágenes para comprobarla. A pesar de la insistencia de los informadores, que requerían las palabras del propio diputado Salvador, Tardá impedía que hablara asegurando que él lo hacía por todo su grupo. Era imposible, por tanto, que el único diputado separatista que giraba la cara a su paso por delante de Borrell, aclarase de su propia voz si habia dicho o hecho algo al ministro.

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