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Unos "friquis con garrote y taparrabos" le arrean una "pedrada" a Sánchez

Terremoto político en Andalucía y desconcierto generalizado con la irrupción a lo bestia de Vox.

"Hecatombe del PSOE", titula El Mundo. Francisco Rosell se ceba con Pedro Sánchez, a quien coloca como "responsable por sus alianzas" con "los partidos que pilotaron el golpe. El el castigo ha resultado de un severidad sin precedentes. Si en su feudo más fiel recibe semejante correctivo, las expectativas electorales en las autonómicas y en las generales del PSOE quedan seriamente comprometidas". Adiós a las elecciones. Porque, en su opinión, lo que le ha sucedido en Andalucía al PSOE no ha sido por la corrupción, sino por el "sanchismo", "una estrategia personalizada de poder que, traicionando la vocación de Estado del PSOE, ha protagonizado el político que le da nombre apoyándose en socios indeseables con tal de alcanzar y retener el poder sin pasar por las urnas. Si Sánchez pensaba que aliarse con populistas y separatistas –cuyo objetivo declarado es la liquidación de nuestra Constitución– podía salirle gratis, ya tiene la respuesta de los españoles". En cuanto a Vox, "refleja el voto del castigo y del hartazgo", el Podemos de derechas. Rosell lo tiene clarísimo. "La falta de escrúpulos , el obsceno cortoplacismo, la propaganda abusiva y las alianzas indignas tienen un precio". Los pecados de su jefe los está pagando el PSOE. Como siga así, no queda del partido histórico ni las raspas. Federico Jiménez Losantos dice que la campanada la ha dado Vox, "tan machacado por los medios y al que, de creer a muchos opinadores, sólo puede votar gente mala". Está visto que los medios no dan una. Cree Federico que "lo esencial de este jaque a la hegemonía de la izquierda es la cuestión nacional. Tanto Podemos como el PSOE han apostado todo su futuro a la liquidación del régimen constitucional del 78 y a la apertura de una etapa de destrucción sistemática del Estado y de trituración total de la nación española". Santiago González también se relame del tortazo a Sánchez. "El PSOE ha empezado a pagar las facturas de las fechorías de Pedro Sánchez. La primera patada del electorado la ha recibido en el culo de Susana Díaz". Lucía Méndez sube la apuesta, que patada no, que "el mensaje que lanzan los andaluces a La Moncloa es una pedrada. Adiós al sueño de Sánchez". Parece que se le ha roto el espejito mágico que todos los días le decía que era el más guapo del lugar.

El País, al borde del infarto. "El PSOE se hunde en Andalucía y la ultraderecha irrumpe en España". ¡Que viene el coco! Dice el editorial que "los resultados representan una debacle imposible de disimular para el partido de Susana Díaz" (y de Pedro también) y "una clara subida de los votantes de derechas. Y tendrá consecuencias en todo el Estado". Especialmente asustado está con Vox, "un partido ultraderechista de perfil todavía difuso". Así que da órdenes a PP y Cs. "Las formaciones conservadoras no deberían tratar a Vox como un partido más dentro del sistema, sino como quienes defienden una ideología que desdeña las instituciones democráticas". Apaga y vámonos, y esto lo dice el periódico que aplaude con entusiasmo un gobierno de socialistas apoyados en un partido de extrema izquierda radical que ha dicho claramente que quiere cargarse la Transición y la Monarquía, y todos los nacionalismos que han demostrado con hechos –están en la cárcel por ello– hasta qué punto desdeñan las instituciones democráticas. Hay que tener valor. Rubén Amón dice que "las elecciones andaluzas las ha ganado Vox, sin partido, sin candidato y sin campaña", un "premio a la clandestinidad y a la agitación de las redes sociales, la antipolítica". Vamos, el fenómeno Podemos en el extremo contrario. Manuel Jabois los define como "friquis reunidos en torno a cuatro ideas con garrote y taparrabos". Sí, los friquis con garrote son tendencia en la política española en los últimos años, pero como hasta ahora eran de izquierdas, a Jabois no le molestaban. Si llegan al Congreso a ver qué se le ocurre a Rufián.

ABC dice que "Andalucía se cansa del PSOE". Ignacio Camcho dice que "el momentum de Vox es el gran acontecimiento, la novedad indiscutible del día". Formar gobierno va a ser complicado, pero "el argumento de la lista más votada pierde todo su sentido después de que la moción de censura de Sánchez haya despenalizado las alianzas de perdedores como método de asalto. También el de la radicalidad de Vox como aliado: el actual gobierno de España lo es gracias al sostén de los autores de un golpe contra el Estado, los extremistas antisistema y hasta los herederos del posterorrismo vasco". Vamos, que no están para dar muchas lecciones. El editorial recomienda a Sánchez que convoque elecciones porque "Sánchez y el PSOE han sufrido la peor derrota". "Los andaluces fueron ayer los primeros españoles que tuvieron la oportunidad de expresarse en las urnas y la aprovecharon… Podrá atrincherarse en el despacho unos meses más, pero cuando se vea obligado a convocar elecciones el batacazo dejará pequeño al cosechado por su antigua rival". Sácale jugo al Falcon y hazte muchas fotos güays, Pedro, puede que te queden dos telediarios.

La Razón: "Cambio histórico". Dice Marhuenda que ahora "se entiende la resistencia de Pedro Sánchez a convocar elecciones", que a Tezanos no le cree ni su propio jefe. Y también le llama la atención la poca vergüenza del PSOE con lo de la inconstitucionalidad de Vox. "Vox, en efecto, representa un extremo del arco ideológico, pero en la misma medida que lo hace la extrema izquierda de Podemos, con la que el PSOE no ha tenido el menor reparo en pactar, tanto a la hora de apoyarse en sus votos, como cuando se ha tratado de entregarle el poder en ayuntamientos como los de Madrid y Barcelona. Con una diferencia notable, Vox no pone en duda ni la soberanía nacional ni los principios de la democracia representativa". Ni la monarquía parlamentaria, como hace Pablo Iglesias todos los días, quién fue a hablar de constitucionalismos. "Que en Andalucía haya perdido la izquierda su hegemonía de décadas, debería hacerle repensar en sus amistases con el nacionalismo disgregador". Toni Bolaño nos dice que perdamos toda esperanza. "Sánchez aguantará y no convocará elecciones". Bueno, alguna vez tendrá que convocar, aunque sea al final de la legislatura. Podemos esperar.

Enric Juliana dice en La Vanguardia que Podemos y Vox son lo mismo. "El martillo de la indignación ha cambiado de mano. De la mano izquierda ha pasado a la derecha", pero martillo al fin y al cabo. El editorial trata de desviar toda la responsabilidad a Susana Díaz. "No ha sabido aprovechar los vientos de popa que han empujado al PSOE desde que Pedro Sánchez se hizo con la presidencia del Gobierno". ¿Y no será que esos vientos de popa son puritas invenciones de algunos medios? Déjennos votar y así lo podremos comprobar. Si existe ese viento de popa no hay nada que temer. ¿O sí?

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