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La Sexta identifica y acosa a los votantes de VOX en el pueblo de Sánchez Gordillo

Las cámaras del programa de Cristina Pardo enfocan casa, calle y coche de un vecino. Una señora, atemorizada, se niega a decir a quién votó.

En las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, VOX fue votado por 44 ciudadanos en el municipio sevillano de Marinaleda, con menos de 3.000 habitantes, donde gobierna el comunista Juan Manuel Sánchez Gordillo desde 1979, y donde la coalición de ultraizquierda Adelante Andalucía obtuvo un 68,7% de los sufragios.

El voto es secreto, incluso en la Andalucía del PSOE, excepto si la papeleta es de VOX y se deposita en un pueblo dirigido por los comunistas con mano de hierro. En ese caso La Sexta, el canal de referencia de comunistas y podemitas, se lanza a buscar a los desafectos que se atreven a otorgar su confianza a un partido que el canal de Roures ha señalado como el epítome del fascismo.

Eso es lo que hizo este pasado domingo el programa Liarla Pardo, dirigido por Cristina ídem, que envió una reportera a Marinaleda para tratar de identificar y señalar a los votantes del partido de Santiago Abascal en esa localidad.

Una reportera del magacín señalaba que "parece misión imposible dar con los 44 de VOX". Para encontrarlos, entrevistó a unos cuantos vecinos comunistas. Uno de ellos se refería así sobre los electores del partido de Abascal: "Yo no los voy a respetar. Lo siento, pero no los voy a respetar", "están camuflados, pero la gente los conoce".

"Aquí podría vivir un votante de VOX", dice en un momento del reportaje la periodista de La Sexta señalando una casa. Previamente, afirma orgullosa haber conseguido que los vecinos le proporcionen una dirección, mientras en segundo plano se escucha la voz de una vecina dando las últimas indicaciones: "Allí, donde están aquellos niños". Las cámaras enfocan la casa, la calle y un coche. El vecino se limita a decir: "Eso se queda en el pueblo". La reportera insiste: "Hemos visto qué personas han votado a VOX". "Eso se queda entre nosotros. Lo siento mucho", responde el ciudadano.

"¿Por qué no quieren hablar? ¿Temen sufrir represalias?", se pregunta, acto seguido, la periodista, quien después interpela a otra vecina: "¿Usted a quién ha votado?". La ciudadana responde atemorizada: "No lo sé".

Los comunistas de Sánchez Gordillo ya habían empezado a buscar a los 44 fascistas que se atrevieron a votar a VOX. Según la esposa del alcalde, para invitarlos a irse del pueblo. La Sexta ha tratado de facilitarles el trabajo con este reportaje, en el que han tratado a los votantes de VOX como si fueran delincuentes peligrosos a los que resulta necesario tener controlados.

El partido de Abascal reaccionó tras la emisión del programa, asegurando en Twitter que el citado reportaje "es lo más repugnante que un canal de tv ha hecho en España. La Sexta sobrepasa todos los límites democráticos y los códigos deontológicos del periodismo, señalando dónde viven los votantes de VOX. Junto con Iglesias, serán responsables de lo que les pueda ocurrir".

El canal ultraizquierdista culminó su jornada de cacería de fachas con el programa de Jordi Évole, que infiltró a un periodista en los mítines de VOX para tratar de grabar, sin éxito, imágenes que demostraran el carácter fascista de ese partido que ha irrumpido con fuerza en el parlamento andaluz. Pero el follonero no se fue de vacío: al menos consiguió que un incomodísimo (y desconocido) Carlos Herrera abominara públicamente de VOX.

Esta mañana y tras las críticas recibidas por el intolerante programa, Cristina Pardo se disculpaba en Twitter.

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