Menú

El 'resistiré' de Pedro Sánchez, "un político insumergible" entre la orquesta del Titanic

La opción del superdomingo electoral en mayo "se abre paso" entre las voces discordantes de ministros y el pánico de los barones. 

Ha comenzado la operación resistencia. El presidente del Gobierno quiere aguantar, sin concretar cuánto, a sabiendas de que la derrota de los Presupuestos Generales del Estado precipitará los acontecimientos y asimismo su inquietante maniobra sobre la cuerda floja. Veinticuatro horas después del varapalo parlamentario en el que toda la oposición se conjuró para proyectar su soledad en el Congreso, su entorno se sitúa de espaldas a la realidad al negar las dificultades porque Pedro Sánchez "es un político insumergible, de una flotabilidad especial".

El mensaje que traslada Moncloa es el de la resistencia ante unas circunstancias adversas hoy, pero que podrían cambiar mañana porque "la realidad, y especialmente la política, es cambiante". Precisamente por este motivo, el presidente respondía con un escueto "¿por qué?" a la pregunta de si da ya por perdidos los PGE tras la sesión parlamentaria de este miércoles que constató sus improbables posibilidades de salir adelante. Es por ello que el Ejecutivo ha decidido doblar la apuesta en su empeño por humanizar las cuentas públicas y sensibilizar y retratar a los grupos políticos que tendrán que apoyarlos o rechazarlos.

En su apuesta por una marcada "agenda social", el presidente Sánchez anunció este jueves que duplicará las ayudas por hijo a cargo en el caso de familias en situación de pobreza: "En nuestra propuesta de Presupuestos para el año 2019 hemos incluido una partida que nos va a permitir duplicar el importe de las transferencias por hijo a cargo para los niños en pobreza severa. En el próximo mes de enero, cuando presentemos los Presupuestos ante la cámara, esa apuesta se verá redoblada, va a ser mayor que duplicar esas prestaciones por hijo a cargo", dijo en un acto sobre pobreza infantil en Madrid.

El presidente añadió que va a "luchar por aprobar los Presupuestos. Los vamos a llevar al Parlamento" aún a sabiendas de que lo más probable es que fracasen por la falta de apoyo de ERC y PDeCAT, tal y como este miércoles parecían trasladar los portavoces parlamentarios respectivos, Joan Tardá y Carles Campuzano, que incluso aventuraron su cercana "tumba política".

Un escenario al que puso voz también el ministro de Exteriores, Josep Borrell, cuyo pesimismo le llevó a verbalizar el "poco éxito" que ha tenido el Gobierno en su intento por "rebajar los niveles de crispación". El reconocimiento de que la llamada "política del ibuprofeno" más que rebajar tensión está añadiendo más inflamación, incluso el incendio en las calles de Cataluña. Y provocando a su vez un alejamiento de los interlocutores independentistas del Gobierno, que devolvió a Borrell a su posición original de voz discordante en el Ejecutivo de los paños calientes.

Pero el Gobierno es un coro desafinado y con diferentes partituras. A diferencia de Borrell y su asunción de que "no hay muchas esperanzas", la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, alzó la voz este jueves con una nueva apelación al diálogo y un rechazo al 155 porque "no resuelve el problema de fondo. Podemos aplicar trescientos 155, pero ¿a dónde nos lleva esto? Al mismo sitio. Política y diálogo", defendió Batet representando a la vía posibilita del Gobierno.

Frente a la política ficción de Sánchez, el baño de realidad de Borrell, y el posibilismo de Batet, se sitúa el pánico de los barones,que ya no sólo exigen en privado la dureza de un 155 que rompa definitivamente con los independentistas, sino que se atreven a pedir en público incluso la ilegalización de las formaciones independentistas porque "la democracia tiene derecho a defenderse de sus enemigos". Una opción en la que no creen realmente pero que utilizan como forma de presión para forzar la ruptura definitiva en un momento en que Sánchez sigue buscando su reunión con Quim Torra el próximo 21 de diciembre y que "nos mataría", en palabras de un secretario territorial.

El temor es máximo y el malestar añadido radica en que el alejamiento es mayor con los barones contrarios al apaciguamiento que con los golpistas con quienes sigue queriendo negociar. Más aún después de la reunión que se produjo en Moncloa este miércoles por la tarde, en la que el presidente del Gobierno, más bien en calidad de secretario general del PSOE, recibió a los barones afines y sin bastón de mando en sus territorios.

Según fuentes presenciales consultadas por Libertad Digital, Sánchez les comunicó su intención de agotar la legislatura pero lo hizo "tirando de guión, sin convencimiento, poco seguro de si mismo...". Es más, varios de los presentes se fueron con la sensación de que "convocará generales en el mes de mayo" y que la opción del superdomingo se abre paso. El "insumergible" Pedro Sánchez, inasequible al desaliento, seguirá tocando hasta el final, como la orquesta del Titanic.

Temas

En España

    0
    comentarios