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La "enfermedad" de Sánchez que aterroriza al PSOE

División ente los que vieron a Sánchez como un Atila contra los indepes y entre los que vieron que ni fu ni fa.

El Mundo está entre los que no vieron la ferocidad de Sánchez contra los indepes por ningún lado. "Sánchez agrava su soledad por su inoperancia en Cataluña". Bueno, solo no, con Pablo Iglesias, que le hace de primo de Zumosol. Parecen Zipi y Zape. Dice el editorial que Sánchez "salió del Congreso con el crédito agotado y la imagen institucional aún más erosionada", "dilapidó su intervención sin anunciar ni una sola medida concreta y después se vio acorralado por la oposición del PP y Ciudadanos", que le dieron hasta en el carné de identidad. "La indefinición sigue siendo el principal lastre de Sánchez, que se ha quedado en zona de nadie por supeditar una cuestión de Estado como es el problema catalán a una onerosa ambición de poder". Con el frío que hace en tierra de nadie, menos mal que tiene a Iglesias para arrullarle, darle calorcito, hacerle caricias, mecerle en sus brazos de machirulo. "Acorralado por la oposición, discutido por sus barones y presionado por sus socios, el presidente del Gobierno debería devolver la palabra a los españoles". Sí, hombre, ¿y si me quitan el Falcon qué?, ¿cómo se lo explico a Begoña? Ni hablar del peluquín. Ya lo dice Jorge Bustos. Sánchez solo tiene "una idea. La de acceder al poder y mantenerse en él a cualquier precio". "Sánchez es indemne a su propia infección, una enfermedad llamada sanchismo que, como todas las enfermedades autoinmunes, ataca a las células sanas del partido y del cuerpo social. El sanchismo sólo lo sufren los demás. Los que se quedan en tierra cada vez que despega el Falcon". ¡Dios, qué horror, pobrecillos los que estén cerca de él! ¿No han pensado en encerrarle en un hospital de infecciosos? Raúl del Pozo es la aldea gala de El Mundo. Él es de los que vio a Atila. Vio a un Sánchez que "desafió a los socios que le apoyan", "saltó a la tribuna de oradores un nuevo Pedro, dispuesto a cortar las orejas a los sumos sacerdotes de la rebelión, hizo un discurso demoledor, firme, duro" y "combatió con brillantez dialéctica la retórica inflamatoria del Brexit y el independentismo". Raúl, ¿tu viste el debate o te lo ha contado Iván Redondo?

Hasta El País, que es del grupo de Atila, se ve obligado a matizar. "Sánchez planta cara a Torra y le ofrece la salida de otro Estatut". "Sánchez pasa al ataque, pero...". Cuentan Anabel Díez y Javier Casqueiro que "el previsible pacto en Andalucía del PP y Ciudadanos, con apoyo de Vox, fue utilizado por Sánchez para salir al ataque". Sí, lo intentó, pero es que como él ha pactado con golpistas, filoetarras y una extrema izquierda que apela a la violencia contra las urnas, como que no cuela. "La Moncloa teme que pueda ser el preludio de pactos similares en toda España". ¿Sí? ¿Como los que tiene el PSOE con Podemos en ayuntamientos y comunidades? Porque el partido de Iglesias quiere una dictadura comunista y eso sí que es para echarse a temblar. Cuenta Carlos Cué que "los aliados del PSOE no quieren elecciones por miedo a la derecha". Hombre, ya, pero alguna vez tendrán que convocarlas, digo yo. "El día 21 puede ser la ruptura definitiva si los independentistas humillan al ejecutivo". Ya será menos, los indepes humillan al ejecutivo un día sí y otro también y Pedro traga lo que le echen. Dice Cué que "la mayoría de la censura está al borde de la quiebra" y "sólo falta ponerle fecha a las elecciones". Su propio periódico le arrea un tortazo al pobre Cué en forma de titular. "El presidente asegura a sus dirigentes regionales que quiere agotar la legislatura". Cué, no te mereces esa desautorización.

ABC también dice que "Sánchez se queda todavía más solo". Que no hombre que no, que Iglesias le cuida el Falcon hasta que se lo usurpe, como dijo ayer Rivera que tenía el día graciosete. Dice el editorial que Sánchez se limitó a "juegos de palabras, a sobrevivir el tiempo que pueda a su propia impotencia. La coalición destructiva de la moción de censura ha saltado por los aires porque no se apoyaba en más objetivo que echar a Rajoy". Olvidaron que eso lo tienen que hacer los votantes. "Andalucía y Cataluña han echado el cierre a la legislatura de Pedro Sánchez y no tiene más opción que convocar elecciones". Yo no cantaría victoria tan pronto. No hay que subestimar la fuerza de sus garras para aferrarse a Moncloa. Ayer estuvo Borrell en el Foro ABC y reconoció "el poco éxito de la política del ibuprofeno en Cataluña". ¿Ibuprofeno? Pero hombre, en Cataluña necesitan como poco antipsicóticos en grandes dosis. Cuenta Manuel Marín cómo respiran en el PSOE, si es que respiran y si es que hay PSOE. "Ha emergido el miedo a que Pedro Sánchez se cargue el partido". "No funciona su táctica de estigmatizar a la derecha". Hombre, teniendo en cuenta que su amiguito del alma es Pablo Iglesias, qué quieren. "Se disponen a despertar del letargo", pero "de momento nadie tiene fortaleza para abrir al PSOE de nuevo en canal". De hecho, según comentaba Alejandro Vara esta semana en Es la tarde de Dieter a Ferraz ya lo llaman casa Pedro.

La Razón tampoco vio al nuevo Pedro de Raúl del Pozo. "La tibieza de Sánchez con Torra subleva a los barones". Dice Marhuenda que por mucho que PP y Cs le avisaron que "no puede gobernar con aquellos que protagonizaron un golpe de estado contra nuestra democracia", como el propio Sánchez reconoce, "no se dio por enterado". Pedro Sánchez "se está convirtiendo en un verdadero problema para el conjunto del PSOE. Es necesario que Sánchez demuestre si puede constituir otra mayoría de gobierno sin el vergonzoso apoyo del independentismo". Podría, pero primero elecciones, hay que repartir cartas de nuevo. Belén Bajo reprocha al presidente que "la prepotencia que ayer desplegó" fue del calibre de "un chulo de barrio". Chocó que llamara faltón a Casado y acto seguido le tachara de "carca". Pero vamos, hay que admitir que teniendo a Pablo Iglesias de poli malo parece un pijo del barrio de Salamanca.

La Vanguardia dice que "Sánchez eleva el tono ante el Govern sin cerrarse puertas". Y el conde de Godó coincide con Raúl del Pozo. Él también vio que "Sánchez exhibió ayer firmeza ante el desafío independentista". Mientras, Enric Juliana nos hace partícipes de lo se cuece en palacio. "Pablo Iglesias y el PNV trabajan, por separado, para evitar que la legislatura se hunda el próximo día 21. Hay contactos y llamadas". Pues que no vayan a Barcelona a provocar, que diría Marlaska.

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