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21-D en Barcelona: ¿qué puede salir mal?

Las organizaciones separatistas calientan las vísperas del Consejo de Ministros y preparan el argumentario para atribuir la violencia al Estado.

Las organizaciones separatistas calientan las vísperas del Consejo de Ministros y preparan el argumentario para atribuir la violencia al Estado.
Manifestación de los CDR. | EFE

El separatismo ya ha marcado el territorio. Pintadas de "Pedro, go home" en las puertas de la Lonja de Mar, la sede de la Cámara de Comercio de Barcelona que acogerá el Consejo de Ministros extraordinario del 21 de diciembre en la capital catalana. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural aprietan el acelerador en la organización de sus protestas.

La primera llama a colapsar el tráfico a través de una marcha lenta desde toda Cataluña en dirección a Barcelona que desembocará en una concentración masiva de vehículos. Òmnium se suma a la marcha lenta y convoca un "consejo de ministros popular" a las once de la mañana a escasos metros de donde se reunirá el gabinete Sánchez. Ambas organizaciones proponen también una manifestación unitaria a las siete de la tarde del viernes.

Sus líderes, Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, y Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium y portavoz del preso y presidente de la entidad Jordi Cuixart, han comparecido juntos ante los micrófonos de la emisora oficial de la Generalidad, Catalunya Ràdio. Insisten en la tesis de Quim Torra y Elsa Artadi de que el Consejo de Ministros es una "provocación" y alertan de que está generando un "falso relato de la criminalización de las protestas", variación del "falso relato de la violencia" con el que según los separatistas se pretende atacar el "carácter pacífico" del Procés.

En la cartelería de la convocatoria, ANC y Òmnium llaman a "tumbar el régimen". Desde la cárcel, Jordi Cuixart pide protestas "metódicas, pulcras y escrupulosamente pacíficas". Eso no es inconveniente para que Mauri declare que "quien debe garantizar la seguridad es el Gobierno español. Si tienen que militarizar la ciudad para hacer un Consejo de Ministros es que tienen un problema. Nosotros no somos quienes debemos garantizar el pacifismo porque siempre nos hemos manifestado sin ningún incidente".

Los "infiltrados" siempre a mano

También ERC prepara el terreno para atribuir un hipotético estallido de violencia a "infiltrados" al tiempo que subraya que una parte de los Mossos d'Esquadra está intoxicada por Ciudadanos para el caso de que sea la policía autonómica quien tenga que cargar el 21D.

Si el separatismo "pacifista" está dispuesto a tomar el control de las calles por la vía de llegar en coche hasta el centro de Barcelona, los Comités de Defensa de la República (CDR) se han citado ante las puertas de la Lonja de Mar y mantienen los planes para sabotear carreteras, vías ferroviarias y otras infraestructuras. Pretenden dispersar por toda Cataluña a las fuerzas policiales, que no den abasto los ocho mil agentes de los Mossos d'Esquadra y mil policías y guardias civiles destinados a garantizar la celebración del Consejo de Ministros y una hipotética evacuación de Sánchez y su equipo.

De momento se impone la línea dura en el separatismo, la de Puigdemont y Torra. El 21D debe quedar claro que la república es irreversible y que Cataluña está fuera del control del Estado aún a riesgo de precipitar una reacción del Gobierno en forma de 155 o sucedáneo. La ANC ya organiza conferencias sobre cómo abordar esa contingencia.

En cambio los presos llaman a la calma e incluso a aceptar la invitación de Sánchez para celebrar una reunión protocolaria. Así lo pide el preso Jordi Sànchez. Además, insisten en censurar a los encapuchados por la república y reclaman el máximo civismo a los CDR. No obstante, se considera que ocupar por la fuerza una estación del Ave o cortar una carretera con neumáticos en llamas entran dentro del catálogo de protestas pacifistas.

Guerra publicitaria

Si hay violencia, la culpa y el problema, resumen ambos sectores del separatismo, será del Estado. El envío de mil agentes de Policía Nacional y Guardia Civil sirve al independentismo para caldear el ambiente y preparar el argumentario de cara a una hipotética intervención de los antidisturbios. Incluso si son los Mossos quienes a diferencia de lo que pasó durante el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 se ven obligados a reprimir a pacíficos manifestantes en los aledaños de la Lonja de Mar. La guerra publicitaria se da por ganada.

Excusas previas de los Mossos

El departamento de Interior de la Generalidad y los mandos operativos de los Mossos preparan las reuniones de coordinación con la Policía Nacional y la Guardia Civil con la excusa preventiva de que la Lonja de Mar es el peor escenario posible para garantizar la seguridad del Consejo de Ministros. Las últimas órdenes políticas fueron dejar hacer a los CDR. Un sector importante del cuerpo policial está en guerra con la consejería por razones salariales y se sienten traicionados y abandonados tras el 1-O. El Gobierno, por su parte, desea evitar que el protagonismo recaiga en los antidisturbios de la Policía Nacional y la Guardia Civil. En ese contexto, los "Mossos per la República" llaman a la movilización contra el Consejo de Ministros y a demostrar que "el pueblo de Cataluña es soberano".

Los CDR de Torra

La reunión entre Sánchez y Quim Torra sigue en el aire. Ayudaría a Moncloa que Torra manifestara de alguna manera la voluntad de la Generalidad de no contribuir a los desórdenes y que se desmarcara de los CDR y los nuevos Grupos Autónomos de Acción Rápida (GAAR) que pretenden reventar el Consejo de Ministros. El listón de lo que el Govern considera tolerable está muy alto tras el asalto a las cabinas de peajes de las autopistas y el corte durante 15 horas de una vía principal de comunicaciones como la Ap-7. Cataluña volverá a vivir una jornada de máxima tensión tras el golpe de Estado de octubre de 2017 con una sociedad rota, a las puertas del juicio a los golpistas y sin que el ibuprofeno del Gobierno haya surtido efectos calmantes.

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