El exconsejero de Interior de la Generalidad preso por el golpe de Estado separatista, Quim Forn, es el candidato de consenso del PDeCAT y la Crida de Puigdemont para encabezar la candidatura nacionalista a la alcaldía de Barcelona. Forn ha conseguido conciliar por primera vez las posiciones de los herederos oficiales de Convergencia y el entorno del expresidente fugado en Waterloo.
A pesar de su situación procesal, por la que renunció a su acta de diputado y anunció ante el juez Llarena que abandonaba la política, Forn está dispuesto a volver al frente de una candidatura que facilite la inserción del PDeCAT en la Crida de Puigdemont y apacigüe las disputas en el denominado "espacio posconvergente".
La exvicepresidenta de la Generalidad Neus Munté, que había ganado las primarias del PDeCAT, está dispuesta a dar un paso atrás. Estará en la lista, pero ni siquiera de número dos. La candidatura de Ferran Mascarell por la Crida ya ni se contempla, aunque el delegado de la Generalidad en Madrid anunció hace escasos días su intención de concurrir a las municipales de Barcelona.
Artadi se resiste a ser segunda
Forn anunciará que se presenta en un par de semanas. Está pendiente de la confección de la candidatura y, sobre todo, del número dos. El diario "Nació Digital" apunta el nombre de Elsa Artadi porque ni Forn podría hacer campaña electoral ni ocupar el cargo caso de que los nacionalistas ganaran las elecciones. Sin embargo, la consejera de Presidencia y portavoz de la Generalidad se resiste porque considera que aceptar ser la segunda de Forn sería dar un paso atrás y porque las expectativas electorales del grupo no son precisamente positivas. Ernest Maragall, candidato de ERC, y Ada Colau encabezan las encuestas.
De Forn destacan sus partidarios el valor simbólico como preso, que fue primer teniente de alcalde con Xavier Trias entre 2011 y 2015 y que permite atenuar un tanto la división separatista, ya que se mantiene la candidatura de la Assemblea Nacional Catalana (ANC).