Todavía no se sabe bajo qué siglas, pero el exconsejero de Interior de la Generalidad, Joaquim Forn, en prisión provisional por el golpe de Estado separatista, concurrirá como cabeza de lista en las próximas elecciones municipales de Barcelona. La hasta ahora candidata del PDeCAT designada tras un proceso de primeras, Neus Munté, ha saludado con entusiasmo la decisión de Forn, toda vez que parece tener garantizado el puesto número tres de la "confluencia" posconvergente.
Al menos en Barcelona la Crida, el nuevo partido de Puigdemont que celebrará su congreso constituyente este fin de semana, y el PDeCAT compartirán candidato y lista. Elsa Artadi ya ha mostrado su interés por abandonar el gobierno catalán y sumarse a la operación de Puigdemont para rivalizar con ERC, que sustituyó a Alfred Bosch (ahora consejero de Exteriores) por Ernest Maragall en otro golpe de efecto independentista.
El abandono de Artadi del Govern obligará a una remodelación en el ejecutivo catalán. El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, que es quien negocia con los taxistas, es el mejor colocado para sustituir a Artadi al frente de la consejería de Presidencia. Lo que no está aún decidido es si asumirá la portavocía. Artadi, según los planes diseñados por Puigdemont, será la candidata "efectiva", quien llevará el peso de la campaña y quien en caso de victoria asumiría las funciones de una alcaldía que estaría encarnada por Forn de manera simbólica.
Forn ha dado a conocer su decisión a través de su cuenta en la red social Twitter, en la que ha proclamado que se presenta porque no hacerlo "sería aceptar las razones de quien ha construido artificiosamente la narrativa que mantiene en prisión". También alude a que fue primer teniente de alcalde durante los cuatro años que Convergencia gobernó Barcelona con Xavier Trias como alcalde.
Cabe recordar que Forn renunció a su acta de diputado en el Parlament para demostrar al instructor del sumario del golpe, Pablo Llarena, que tenía intención de abandonar la política.