Había coincidencia general en admitir que Alberto García Valera, ya exconsejero de Hacienda del primer gobierno de Juan Manuel Moreno, era un fichaje estrella y además independiente. Su nombramiento consumó la operación que impidió que algún destacado miembro afín a Pablo Casado ocupase una consejería. Ahora, su dimisión, inesperada y por razones de salud, hace que el casadista Juan Bravo, otro experto en Hacienda Pública, sea el nuevo consejero de Hacienda.
Alberto García Valera fue un miembro destacado del Ministerio regido por Cristóbal Montoro en tiempos de la presidencia de Rajoy, hasta el punto que ocupó en 2016la dirección general de Tributos del Ministerio de Hacienda y Función Pública hasta junio de 2018 cuando, a pesar de haber sido mantenido por el gobierno Sánchez, fue destituido por María Jesús Montero ante las exigencias de Podemos e IU.
Además, García Valera fue delegado especial de la Agencia Tributaria de Andalucía, Ceuta y Melilla. También fue delegado ejecutivo en Andalucía de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) entre 2007 y 2012.
Inesperadamente, García Valera dimitió este lunes al habérsele diagnosticado una dolencia cardíaca que más que los esfuerzos y agitaciones de una consejería en pleno proceso de reforma y de revisión de un pasado de 36 años, exige un reposo indeterminado.
Con él, el gobierno Moreno pierde a un importante activo técnico, conocedor como pocos de la Hacienda andaluza y experto en temas tributarios. De hecho, había dejado el despacho Ernst & Young, al que se incorporó después de su cese en el Ministerio de Hacienda. Precisamente fue haber anunciado su destino profesional lo que convirtió su cese en una necesidad política para el Gobierno de Pedro Sánchez.
García Valera ha agradecido a Juan Manuel Moreno, además de su nombramiento, el que se haya respetado su cualidad de independiente respecto al Partido Popular y que esa independencia haya tenido efecto en los nombramientos que ha efectuado. Hasta tal punto ha llegado su independencia, que ha sido él mismo quien ha propuesto a su sucesor, su amigo Juan Bravo.
¿Quién es Juan Bravo? Aunque nació en Palma de Mallorca en 1974, es diputado del PP por Ceuta y pertenece al sector casadista del PP, triunfante en las pasadas elecciones primarias. Con este nombramiento, Pablo Casado consigue que alguien de su simpatía política se siente en el consejo de Gobierno de la Junta.
Desde el punto de vista técnico, Juan Bravo es licenciado en Derecho por la Universidad de Jaén y funcionario del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado. Sin embargo, y a pesar de haber pertenecido a la Unidad de Inspección y Delitos contra la Hacienda Pública en calidad de técnico, de haber sido adjunto a la dependencia de recaudación de Córdoba o delegado de la Agencia Tributaria en Ceuta, está lejos de haber ocupado los altos cargos del dimitido García Valera.
Por el contrario, políticamente es más apropiado, no sólo por pertenecer al sector de Pablo Casado sino porque, al contrario que Valera, es desde 2015 diputado del PP por Ceuta, conoce bien los entresijos parlamentarios y está entrenado para el debate político. Lo primero que ha hecho al conocer su nombramiento ha sido respetar al viceconsejero nombrado por García Valera, Jorge Ramírez López, que también fue delegado Estatal de la Agencia Tributaria.
Lo que sí ha dejado claro el consejero cesante es que, cuando menos, ha tenido tiempo de diseñar una hoja de ruta estratégica para los próximos meses, hoja de ruta que deberá ser cumplimentada por su sucesor, Juan Bravo.