El Gobierno no ha tirado la toalla. Más bien al contrario, tiene intención de utilizar el cadáver de Franco como cartel electoral al 28-A y acicate para la movilización de su electorado exhumando los restos mortales del dictador "antes" incluso de que comience la campaña electoral el próximo 12 de abril, en apenas mes y medio. Así lo confirman fuentes del Ejecutivo que descartan "en un 95%" que vayan a ejecutar la exhumación de Franco durante la campaña electoral cuya primera semana coincidiría en plenas vacaciones de Semana Santa.
Aunque en el peor de sus dos escenarios, estas fuentes deslizan también la posibilidad de que pudiera hacerse "después" de las elecciones del 28-A con Pedro Sánchez como presidente interino del Gobierno y con un presidente electo que pudiera ser de otra formación política. "No habría ningún problema porque el procedimiento ya está hecho, sólo habría que ejecutarlo, y eso lo pueden hacer funcionarios".
Las fuentes gubernamentales consultadas por este periódico también descartan que se vaya a hacer "por las bravas" y que las prisas vayan a precipitar los acontecimientos: "Se hará bien, conforme a la Ley y a un procedimiento muy exhaustivo". Un acuerdo razonado aprobado el pasado viernes en el Consejo de Ministros por el que manifiestan su convicción de que "el Tribunal Supremo no paralizará el procedimiento" imponiendo medidas cautelares porque "estudian los informes conforme a criterios técnicos y jurídicos" que son "los que aporta el Gobierno" en la defensa del cumplimento de la Ley de Memoria Histórica que "no permite que el dictador siga en el Valle de los Caídos".
Por estos motivos, el Gobierno considera que podrá actuar, "tirar para adelante" sin que el Supremo resuelva el fondo de la cuestión sobre un recurso de la familia Franco que todavía no se ha presentado y que podría llegar hasta el 11 de marzo, que es cuando expira el plazo legal dado por el Gobierno el pasado viernes. Quince días hábiles que se notificaron "a principios de semana", según el entorno de la vicepresidenta, Carmen Calvo, que dejaría un mes de margen al Gobierno antes de la campaña electoral.
Plazos en los que se mueve el Ejecutivo, midiendo sus pasos con cautelas y calculando la siguiente jugada pero sin atreverse a dar una fecha para evitar que la realidad acabe corrigiendo sus previsiones. Después de que el mismo Pedro Sánchez aventurara que exhumaría a Franco el pasado verano –"os pillaré trabajando"–, y que se corrigiera a sí mismo después vaticinando que sería antes de "final de año" 2018, han pasado nueve meses.
La portavoz socialista, Adriana Lastra, evitaba este jueves entrar en las posibles fechas porque "hemos tenido expectativas que se han visto frustradas porque ésta es una democracia muy garantista... ". Pero lo que aseguran tajantes es que "antes o después, vamos a sacar los restos del dictador, y este país, después de 40 años, va a dejar de tener un mausoleo dedicado a un dictador fascista y asesino".