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El comisario Trapote: "La Policía se enfrentó a actos violentos y cadenas humanas en el 1-O, hubo 65 agentes heridos"

Sebastián Trapote ha afirmado que "la resistencia era brutal" y que no había ninguna posibilidad de "mediación".

Sebastián Trapote ha afirmado que "la resistencia era brutal" y que no había ninguna posibilidad de "mediación".
El comisario de Policía Nacional, Sebastián Trapote | Imagen TV

El comisario de la Policía Nacional Sebastián Trapote ha relatado la "alta virulencia" y "los actos violentos" y las "cadenas humanas" a los que se enfrentaron las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado durante la jornada del referéndum ilegal de 1 de octubre.

Trapote dirigió las unidades de la Policía en la jornada del 1-O y ha destacado las "reticencias" del que fuera mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, para ser coordinado por el Ministerio del Interior. Según el mando policial, "intervenir en el 1-O era una misión complicada, había que garantizar la seguridad colectiva y cumplir un mandato judicial". Preveían que los Mossos "no actuarían".

El comisario ha asegurado que el dispositivo de los Mossos estaba enfocado a "salvaguardar la seguridad colectiva" y no tanto a cumplir la orden judicial. "Era imposible", añadía, "que con ese dispositivo pudieran hacer cualquier tipo de intervención dentro de un colegio". Además, a preguntas de la acusación popular que ejerce Vox definía como "pasiva" la actuación de la Policía autonómica catalana de cara a cumplir el mandato del TSJC de impedir el referéndum ilegal.

Sobre la violencia, Trapote señalaba: "A veces era más complicado salir que entrar en los colegios. Los ciudadanos que estaban fuera estaban mucho más cabreados, enrabietados y las reacciones eran más violentas y las unidades se tenían que emplear de una manera más fuerte que a la entrada, no podíamos consentir que nos rodearan y nos bloquearan y no nos dejaran salir. Una serie de individuos cuya agresividad era de una alta virulencia".

Después añadía, "había ancianos y algunos niños, pero principalmente había individuos con comportamientos violentos contra los cuerpos de seguridad. Estaban perfectamente organizados". Trapote detalla que, en las cuatro provincias, resultaron heridos 65 policías. "De éstos, 24 en Barcelona, 20 en Lérida, 7 en Gerona, 7 en Tarragona, 6 en Sabadell y 1 en Hospitalet".

Trapote recuerda que hubo algún "enfrentamiento puntual" entre Mossos y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado durante el 1-O. "En las actas constan estos enfrentamientos, refriegas o incidentes que ocurrieron". Sobre los seguimientos de los Mossos que hicieron al Cuerpo Nacional de Policía, señalaba: "Informaban de cuándo salíamos, cuándo entrábamos".

Por último, aseguraba que era imposible "mediar" con los votantes del 1-O, porque "nadie quería mediar" y estaban "obstaculizando" el cumplimiento del mandato judicial. "¿Cómo vamos a mediar, si la resistencia era brutal? No había nadie allí que quisiera mediar", concluía.

El lenguaje "prebélico" de los CDR

El máximo responsable de la Guardia Civil en Cataluña, Ángel Gozalo, ha denunciado que 55 agentes del cuerpo resultaron heridos durante la jornada de votación. Gozalo ha denunciado la "virulencia" a la que se enfrentaron los agentes.

Ha relatado como los CDR, entonces Comités de Defensa del Referéndum, adoctrinaban a los ciudadanos en Cataluña con un "lenguaje prebélico". "Eso de defender es, si se me permite, un lenguaje prebélico, ¿defender de qué? Se había dicho el 6 y 8 de septiembre que había una ley del referéndum y otra de transitoriedad. Había gente que con la concatenación y persistencia de los mensajes tenía dudas de dónde estaba la legalidad", señalaba.

Sobre la inoperancia de los Mossos en el 1-O aseguraba: "Estábamos viendo que los colegios estaban ocupados. Y veíamos una presencia de los Mossos que no era suficiente. Esto se reafirma el día 1 a horas tempranas".

Además, detallaba la violencia que sufrieron los agentes: "Estaban sentados o bien obstruyendo el acceso único. Pero luego esa resistencia mutaba en un grado mayor con empujones, insultos, lanzamiento de objetos". Citaba entonces la situación especialmente difícil en un colegio de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) donde un Guardia Civil cayó al suelo y recibió "varias patadas".

Gozalo también aludía al espionaje de los Mossos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: "En varios momentos quedó constatada una acción de vigilancia a la Guardia Civil. En Lérida, en la sede de la Comandancia, en la explanada donde se puede aparcar, había uno o más vehículos de Mossos tomando referencia de las salidas y movimientos, y emitiendo nuestros movimientos".

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