Una pareja de los Mossos d'Esquadra se ha apostado junto al domicilio de Manel Castellví en Gerona al objeto de proteger al exjefe de la Comisaría General de Información de los Mossos d'Esquadra. Castellví compareció el jueves en el Tribunal Supremo en calidad de testigo en el juicio que se sigue por el golpe de Estado separatista y aseguró que Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y el exconsejero de Interior, Joaquim Forn, fueron alertados del riesgo de una "escalada de violencia" el 1-O pese a lo cual los dirigentes políticos siguieron adelante con sus planes.
La testifical de Castellví, desde enero en situación de segunda actividad, provocó un duro comentario de Pilar Rahola en TV3. La periodista aseguró que Castellví había mentido, que "ha ido a hacer todo el mal que ha podido", que "probablemente tiene miedo". También le acusó de "ir allá (al Supremo) para apoyar a las acusaciones", calificó su intervención de "tristísima". "No sé si es consciente de todo el mal que ha hecho al conseller Forn, al propio Carles Puigdemont y a los Mossos d'Esquadra en general".
Castellví ha recibido además un aluvión de insultos y amenazas en las redes sociales por parte de cuentas separatistas, algunas vinculadas con los partidos. Dado el linchamiento, similar al de Enric Millo y la letrada de la Administración de Justicia, Montserrat del Toro, los Mossos han arbitrado un dispositivo de vigilancia y protección, según ha desvelado el diario Crónica Global.
El próximo lunes volverá el exmando al Tribunal Supremo. Será el turno de las defensas, demudadas por las afirmaciones de Castellví a preguntas de las acusaciones.