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Presión separatista sobre Trapero para que no declare en el Supremo

El exjefe de los Mossos puede negarse a contestar porque está procesado en la Audiencia Nacional con el cargo de rebelión.

El exjefe de los Mossos puede negarse a contestar porque está procesado en la Audiencia Nacional con el cargo de rebelión.
Trapero, llegando a declarar a la Audiencia Nacional. | EFE

El paso de los mandos de los Mossos por el Tribunal Supremo ha hecho estragos en la línea argumental de las defensas de los líderes separatistas. Tanto Manel Castellví, exjefe de la Comisaría General de Información, como Emili Quevedo, exresponsable también de la Comisaría de Planificación de Seguridad, han coincidido en testificar que avisaron a Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y al entonces consejero de Interior Joaquim Forn del riesgo de violencia durante el 1-O. También coinciden en señalar que pidieron la desconvocatoria del referéndum, que los políticos se negaron y siguieron adelante a pesar de los informes alusivos a la violencia, el clima de tensión y la posibilidad de enfrentamientos entre "grupos antagónicos", según la jerga de los Mossos.

La contundencia de las afirmaciones es casi una condena para los encausados, razón por la que el separatismo presiona para que el exjefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, se acoja a su derecho a no declarar el próximo jueves en el Supremo ateniéndose a su condición de investigado en la Audiencia Nacional por los sucesos en la consejería de Economía durante un registro judicial del 20 de septiembre de 2017. Se le acusa de rebelión y le piden once años de cárcel.

Los correos del 'major' al TSJC del 27-O

En el caso de Trapero no sólo preocupa que, como todo parece indicar, repita la versión de Castellví y Quevedo de que se advirtió por activa y por pasiva a los dirigentes políticos del golpe, sino que refute la versión de que la declaración de independencia sólo fue la aprobación de una resolución política sin efectos jurídicos. El 27 de octubre, fecha de la republicana sesión parlamentaria, el que todavía era jefe de los Mossos, major Trapero, envió sendos correos electrónicos al presidente del TSJC y al fiscal superior de Cataluña en los que ponía a los Mossos a disposición de las autoridades judiciales para "dar cumplimiento a las órdenes" que fuera menester dados los acontecimientos en el Parlament.

La fuga de Puigdemont

Los correos constan en el recurso contra su procesamiento en la Audiencia Nacional y muestran que para el jefe de los Mossos, la proclamación de la república no era en absoluto simbólica. Pero a pesar de la súbita predisposición a colaborar con las autoridades judiciales de Trapero, agentes de los Mossos, supuestamente fuera de servicio, ayudaron a huir de España a Carles Puigdemont y le prestan ahora cobertura de seguridad en Waterloo y sus viajes por Europa.

Sea como fuere, los dos mandos de la policía regional que han pasado hasta ahora por el Supremo han asegurado que se actuó con absoluta sumisión a la justicia. Se les ve nerviosos, como si en vez de testigos se considerasen acusados. Les resulta difícil explicar el comportamiento del cuerpo policial, si bien insisten en que todo momento fue su intención cumplir el auto del TSJC que ordenaba impedir el referéndum ilegal.

El comisario de la estelada

Con el fin de semana de por medio, el abogado de Forn, Javier Melero, ha logrado que Castellví ablandara los contornos de su abrumador testimonio contra los golpistas del pasado jueves a preguntas de las acusaciones. Así, ha dicho que en ningún momento las autoridades políticas se entrometieron en sus actividades en teórico cumplimiento de las órdenes primero de Fiscalía y después judiciales. También dice Castellví, conocido en el cuerpo como 'Tío Manolo', y que durante años colgó una estelada del balcón de su vivienda, que sus previsiones sobre la posibilidad de que el "independentismo revolucionario" la liara parda durante el 1-O no se cumplieron. Favor para la defensa. Desde el pasado viernes Castellví dispone de protección de los Mossos por el linchamiento en redes y medios separatistas al que se ha visto sometido en calidad de "traidor".

Absentismo en los Mossos

Tras el excomisario de Información, desde enero en segunda actividad, el excomisario de Planificación, Emili Quevedo, también en segunda actividad en la actualidad. De su unidad dependía el despliegue del 1-O. Sostiene que la Brigada Móvil (antidisturbios) no actuó en los colegios porque había una manifestación anarquista y otra de Falange, así como el Barça-Las Palmas, que se jugó a puerta cerrada. A él le salen los siguientes números. Sobre 16.500 mossos, se destinaron a "impedir" el 1-O 7.850. Si no fueron antes a los centros electorales fue porque no tenían relevo. Se llegó a movilizar a agentes que no se habían puesto el uniforme en años, personal administrativo y hasta de asuntos internos. También desliza que "hay un porcentaje del diez o el doce por ciento con el que no se puede contar por absentismo laboral".

Unipost, la alegría de Homs

Por la tarde declaran dos jefes y un directivo de Unipost, la empresa quebrada de los Raventós a la que contrataba la Generalidad para su correspondencia. En un almacén de esta sociedad halló la Guardia Civil las cincuenta mil cartas con membrete de la Generalidad destinadas a los que debían ser presidentes y vocales de mesa del 1-O. Albert Planas, exdirector de producción, Francisco Fuentes, exdirector para Cataluña y Baleares, y Antonio Manuel Santos, jefe de producción o de reparto, tienen las mismas lagunas que los contratistas informáticos, pero coinciden en que si bien las cartas estaban en Unipost listas para ser entregadas, faltaba el albarán, no había factura, no les consta el encargo y ni idea de que era material del referéndum ilegal.

Son la alegría del día para el coordinador de las defensas Francesc Homs, el exconsejero de Mas inhabilitado por el 9-N. Todavía no está claro de si Homs habla en nombre de los letrados que defienden a los convergentes o también por boca de los republicanos. El caso es que considera que los testimonios de los tres excargos de la empresa de servicios postales son cruciales porque "ni aparecen las facturas ni los encargos formalizados". Según Homs, la malversación se ha caído del juicio.

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