El exmayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha reconocido en su declaración que él mismo advirtió al entonces presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, de que la celebración del referendum ilegal del 1-O podría acarrear "problemas de orden público y de seguridad ciudadana". Una advertencia realizada durante la Junta de Seguridad del 28 de septiembre del 2017, días antes de la celebración del referéndum ilegal.
No obstante, el presidente de la Sala Manuel Marchena reprendía al fiscal Javier Zaragoza por preguntar a Trapero sobre la Junta de Seguridad, ya que Vox, que solicitó la testifical de Trapero, no había abordado dicha reunión en su interrogatorio.
Trapero ha decidido declarar en el juicio del 1-O, a pesar de estar procesado por rebelión en la Audiencia Nacional, acompañado de su abogada Olga Tubau. Se ha podido ver a un Trapero visiblemente desmejorado, menos soberbio y con menos temperamento que cuando protagonizaba ruedas de prensa con miembros de la Generalidad.
Además, ha desvelado que los Mossos prepararon un dispositivo para detener a Carles Puigdemont y su Gobierno, dos días antes de que realizarán la Declaración de Independencia en el Parlamento catalán.
Según su relato, llamó al fiscal superior de Cataluña y al presidente del TSJC: "Les comento que el cuerpo está a disposición tanto de la Fiscalía como del órgano judicial. Desconocíamos la trascendencia jurídica y qué delitos podía haber, pero veíamos que tenía cierta gravedad, y nos poníamos a disposición por si había que hacer un operativo". "¿Un operativo para qué?", preguntaba el abogado de Joaquim Forn, Xavier Melero. "Para la detención del president y los consellers", respondía Trapero.
A preguntas del fiscal, Trapero aseguraba que Forn "tenía claro qué iba a hacer el cuerpo", en esa jornada. Admite, sin embargo, que algunas declaraciones de Forn "sentaron mal" y que motivaron emitir un comunicado al cuestionar que los Mossos no fueran a cumplir el madanto judicial del TSJC. "Pienso que había un punto de irresponsabilidad, pero el cuerpo tiene la fuerza que tiene", añadía. También apuntaba Trapero que él informaba a Forn de todas las órdenes del Fiscalía.
A preguntas de la acusación popular que ejerce Vox, Trapero ha reconocido intercambiar llamadas con el expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, durante el asalto a la Consejería de Economía del 20 de septiembre de 2017, por indicación del entonces consejero de Interior catalán, Joaquim Forn, con el objetivo de mediar en la organización del dispositivo de seguridad.
Ha negado que la intendente de los Mossos, Teresa Laplana, dependiera directamente de él. Laplana se negó a organizar un perímetro de seguridad para la comitiva judicial del 20-S, según declaró en el Supremo la secretaria judicial del Juzgado de Instrucción nº 13 de Barcelona, Montserrat del Toro.
Según Trapero, plantearon una salida de la comitiva judicial a través de un cordón policial organizado por la Brigada móvil, porque la consideraban "segura". Después, le ofrecieron escapar por el tejado "para ahorrar tiempo", ya que el cordón policial estaba desmantelado ya. Al ser preguntado por los incidentes violentos, afirma que hubo un lanzamiento de algún objeto o botella antes de la salida de la comitiva judicial.
Además, ha afirmado que se decidió organizar un plan de seguridad, el dispositivo Ágora en Cataluña en septiembre, porque había "tensión social, incidentes, escraches y pintadas" antes del asalto a la Consejería de Economía del 20-S. "Todo ese tipo de situaciones. Como era previsible que esa situación fuera en aumento, se diseña un dispositivo", añadía.
A preguntas de Vox, ha rechazado que el citado dispositivo de los Mossos tuviera como objetivo facilitar la celebración del referéndum ilegal del 1-O y torpedear el cumplimiento del mandato judicial del TSJC.