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Un Guardia Civil del 1-O: "Obligaron a mi hijo en el instituto a protestar contra mí"

El agente ha denunciado la "violencia inusitada" y el "odio" que sintió cuando intervinieron en un instituto el 1-O.

El agente ha denunciado la "violencia inusitada" y el "odio" que sintió cuando intervinieron en un instituto el 1-O.
Un momento de la sesión. | EFE

Un guardia civil que intervino en un centro de votación para evitar el referéndum ilegal del 1-O ha relatado como "obligaron" a su hijo en el instituto a protestar contra él. En San Andrés de la Barca (Barcelona), se encuentra una de las mayores comandancias de la Guardia Civil en Cataluña.

El 2 de octubre, al día siguiente del referéndum ilegal, algunos profesores señalaron públicamente a varios alumnos, hijos de guardias civiles, y les recriminaron la actuación de sus padres, obligándoles incluso a protestar contra ellos. La Fiscalía denunció a nueve docentes de este instituto público.

"Soy una de las personas que puso la denuncia en el instituto de San Andrés de la Barca, por supuesto acoso a los hijos de los guardias civiles. Mi hijo está orgulloso y quiere seguir la profesión de su padre, y no es posible que le hagan salir a protestar por la actuación de su padre", relataba al tribunal. El testigo explicaba que el 1-O le ha afectado mucho y que incluso se ha planteado "pedir cambio de destino" porque lo ocurrido le afectaba también a sus familiares.

Recordaba la violencia a la que se enfrentaron cuando intentaron cumplir el mandamiento judicial en un centro de votación: "No eran simplemente insultos, que no dejan de ser violencia a mi humilde juicio, ahí había acometidas, una masa de oponentes con patadas y puñetazos buscaban contrarrestar la presión de los GRS. Me dieron puñetazos en la espalda y algún arañazo, pero no lo denuncié", señalaba. "No vamos a salir de aquí", le espetó uno de sus compañeros.

"Me he visto en situaciones diversas y peligrosas, pero el personal que vino conmigo temió por su integridad", recuerda el agente de la Guardia Civil que intervino en el Instituto Quercus de San Juan de Torruella. "Al primero que entró por la puerta después de fracturarla le lanzaron una silla metálica, que le alcanzó y le tiró al suelo", señalaba.

"Aquello derivó en una violencia inusitada, he estado en diferentes unidades y provincias y lo que viví ese día no se me va a olvidar nunca, una muestra de odio y desprecio... y he estado en sitios que no quiero nombra. No había pacifismo por ningún lado, nos impedían que cumpliéramos el cometido que nos había encomendado la magistrada", concluía.

El mismo agente también estuvo el 17 de septiembre de 2017 en la intervención de 369.000 dípticos con la imagen de las vías del tren para llamar al voto en el referéndum ilegal en la empresa Buzoneo Directo SL.

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