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"TV3 no se toca": la televisión del odio se siente amenazada

Las órdenes de la Junta Electoral sobre el tratamiento de los golpistas y las críticas a los haters de la cadena desatan las alarmas separatistas.

Las órdenes de la Junta Electoral sobre el tratamiento de los golpistas y las críticas a los haters de la cadena desatan las alarmas separatistas.
Instalaciones de TV3 | Archivo

TV3, la televisión en la que se queman ejemplares de la Constitución, que blanquea el pasado terrorista de recurrentes invitados como Otegi y Carles Sastre, en la que se pregunta a Inés Arrimadas por qué no canta "Els segadors" en el "Parlament", en la que una persona del público puede llamar "hijo de puta" a un exdiputado de C's sin ser expulsada del plató, esa televisión en la que el nombre de España es tabú, corre peligro. O eso creen los separatistas.

Laura Borràs, la exconsejera de Cultura de la Generalidad y número dos de la lista de Puigdemont al Congreso de los Diputados tras el preso Jordi Sànchez, ha recordado las "líneas rojas" del separatismo: lengua, escuela y medios públicos. Según Borràs, se trata de "consensos básicos del país que se están poniendo en riesgo en estos momentos". Son los pilares del proceso que han permitido al separatismo convencer a casi la mitad de la población de la que otra mitad se adapta o sobra.

Según los nacionalistas, las advertencias de la Junta Electoral Central (JEC) para que en TV3 no se califique de "presos políticos" a los golpistas presos y las últimas críticas vertidas por el líder de Cs Albert Rivera respecto al trato que se dispensa a Inés Arrimadas en la televisión pública catalana son signos evidentes de que hay en marcha una operación contra lo que Borràs califica de "nuestros" medios de comunicación públicos.

Ante estos "ataques", los nacionalistas han decidido pasar a la ofensiva también en el plano judicial. El director de la cadena, Vicent Sanchís, anunciaba una querella contra Rivera por "incitación al odio". Según el responsable de contenidos de TV3, Rivera pone a los periodistas de la televisión autonómica en la diana al decir que en esa televisión se ha llamado "puta" a Arrimadas. Cuenta Sanchís con el apoyo del comité profesional de TV3 y con que el autor de los insultos, el actor Toni Albà, los profirió en Twitter y se ha despedido del programa de "humor" político, Polònia, en el que participaba.

Un "poema satírico"

La primera vez que la momentánea exestrella de TV3 insultó a la dirigente de Ciudadanos en Cataluña, los medios de la Generalidad se hicieron eco del asunto con una información en la que daban cuenta de que C's consideraba un insulto "machista y asqueroso" lo que para tales medios no era más que un "poema satírico" que concluía en estos términos: "mala puta". La segunda vez fue con ocasión de la visita de Arrimadas a Waterloo. Albà recomendó a la política seguir hasta Amsterdam porque "allí estarías como en casa y además tendrías todos tus derechos laborales respetados".

El productor del programa Polònia, Toni Soler, se vio en la obligación de llamar la atención al excolaborador. Sin embargo, Soler no es precisamente un moderado. Además de producir el citado Polònia presenta de lunes a jueves un aperitivo del informativo nocturno de TV3 que es una copia de El Intermedio de Wyoming. En una ocasión (también en Twitter), se llegó a preguntar si "¿querer que un trailer atropelle sucesivamente a todos los miembros del Supremo es delito de odio?".

Los grandes 'haters'

Otro de sus colaboradores, Jair Domínguez, compite en el campeonato de actores, presentadores y colaboradores de TV3 contra Arrimadas, el PP y España. Tras protagonizar sonadas performances, como el fusilamiento simulado de Juan Carlos I y Federico Jiménez Losantos, logró consolidarse en la cadena autonómica. Su penúltima hazaña tuitera ha sido proferir que Arrimadas va buscando que "le tiren un cubo de mierda por la cabeza". Empar Moliner, la periodista que quemó un ejemplar de la Constitución, y Pilar Rahola, que cuenta con un púlpito diario en TV3, también destacan en esa liga de haters.

Sea como fuere, el director de TV3, Vicent Sanchís, está dispuesto a querellarse con Rivera en defensa del honor de una de las tres patas del separatismo, los medios de comunicación en los que la estrella de la radio, Mónica Terribas, llegó a dar las buenas tardes a los ciudadanos de la república catalana el 27 de octubre de 2017, día en el que tras conectar con la corresponsalía de Bruselas dio paso a la de Madrid sin salir "técnicamente" del extranjero.

Otegi y Ernest Lluch

El blog que recopilaba casos de manipulación informativa e insultos a España y la oposición en TV3 todavía está activo, pero no recoge una de los últimos momentos estelares, cuando el presentador del programa Quatre gats, Ricard Ustrell entrevistó a Arnaldo Otegi y le preguntó sobre el papel de mediador que podría llevar a cabo en el proceso Ernest Lluch sin referirse en ningún momento a que fue ETA quien mató al exministro socialista. "¿Faltan en la política española personas como Ernest Lluch?", interrogó Ustrell.

El exdirigente de ETA respondió que "sí", pero con matices: "Sí, en la medida en que él defendía el diálogo como método para resolver problemas políticos". Ustrell no repreguntó. Los periodistas al servicio de la causa separatista son informadores muy duros y exigentes con los personajes no nacionalistas, pero suaves masajistas con sus referentes. En TV3, Otegi es un "pacifista" y Carles Sastre, asesino y fundador de la banda terrorista Terra Lliure, un "gran reserva del independentismo". El sindicato de ese individuo ya es el mayoritario en la función pública autonómica.

"En TV3, cuanto más radical eres más te premian", ha sentenciado Sergio Fidalgo, presidente de la agrupación catalana de periodistas no nacionalistas y autor del libro "50 hazañas de TV3", un repaso de los más destacados episodios de manipulación, odio y supremacismo en la televisión pública al servicio de la secesión.

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