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Un policía del 1-O: "Llevaron a niños de 8 años de un colegio a llamarnos asesinos a la comisaría"

Agentes de Policía recuerdan las lesiones que sufrieron en centros de votación de Lérida y el acoso de los independentistas en las comisarías.

Un policía del 1-O que intervino en un centro de votación de Lérida el 1-O ha descrito al tribunal como el 2 de octubre a la hora del recreo "abrieron una puerta en frente de la comisaría sacaron unos niños pequeños de 8 o 10 años, los pusieron en frente y nos llamaban asesinos y decían que habíamos matado personas". "Eso era todos los días", recordaba.

El testigo intervino en varios colegios, entre ellos el centro Caparella, donde al llegar ya había unas 150 personas. Según el agente, se les explicó "de viva voz y de forma clara" que tenían un mandato judicial y que tenían que entrar. "La gente se puso tensa. Me arrastran, me dan puñetazos, golpes, de todo", aseguraba. Según el policía, algunos ciudadanos actuaron de forma "muy violenta" y el agente requirió ayuda de otros compañeros para zafarse, sufriendo finalmente una luxación de una muñeca.

A preguntas del fiscal Jaime Moreno y sobre los Mossos, el testigo explicaba que normalmente había una pareja de agentes de la policía catalana en cada centro: "En cuanto nos veían llegar, informaban a quien tuvieran que informar y se quitaban de en medio. Eso fue así en todos los colegios en los que yo estuve".

Otro agente relataba que al llegar a otro centro de votación dejaron los vehículos más alejados de lo habitual porque en el anterior habían tenido "muchos problemas". Se encontraron que los concentrados "hacían una especie de melé". "Al girarme noté un golpe fuerte en la zona lumbar, posiblemente una patada", relataba, mientras reconocía que algunos policías hicieron uso de las defensas reglamentarias en la actuación.

Además, otro policía afirmaba que en un colegio encontraron a gente formando barreras para impedir el paso a los agentes y para acceder, tuvieron que usar "técnicas de control de masas". "Recibí numerosos golpes", explicaba el testigo, que sufrió una lesión en un dedo de la mano izquierda y tuvo que llevar una escayola durante 15 días. Así describía las agresiones sufridas: "Me vi envuelto en golpes y tuve que protegerme y defenderme porque recibía golpes por todos lados".

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