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Las mil batallas de Marchena con los abogados de los golpistas en el juicio del 1-O

El presidente del tribunal Manuel Marchena se ha tenido que emplear a fondo para frenar a las defensas de los golpistas durante el juicio del 1-O.

El presidente del tribunal Manuel Marchena se ha tenido que emplear a fondo para frenar a las defensas de los golpistas durante el juicio del 1-O.

El presidente del tribunal del 1-O, Manuel Marchena, se ha tenido que emplear a fondo para frenar a las defensas de los golpistas durante el juicio que se celebra en el Tribunal Supremo. Especialmente, en las últimas semanas desde que comenzaron a declarar los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil. No obstante, las 1.000 batallas de Marchena comenzaban desde el inicio de la vista oral.

En la cuarta sesión del juicio sobre el 1-O, el exconsejero catalán, Jordi Turull, iniciaba un relato político para desbaratar los argumentos de la Fiscalía. En esos momentos, Marchena le interrumpía y le reprochaba que aprovechase las preguntas del fiscal para "hace alegaciones que podrá hacer en su momento, en su derecho a la última palabra o cuando su abogado elabore el informe final".

El pasado 27 de febrero, Marchena decidió expulsar de la sala a los exdiputados de la CUP, Antonio Baños y Eulalia Reguant, por negarse a declarar en el juicio del 1-O. El tribunal decidía sancionarlos con 2.500 euros a cada uno y como prevé la Ley les daba de plazo cinco días para reconsiderar su postura. Si en los cinco días rechazan prestar declaración, se deducirá testimonio contra ellos por desobediencia grave.

El 4 de marzo, el abogado de Oriol Junqueras, Andreu Van den Eynde, tomaba la palabra y formulaba preguntas sobre cuestiones que la acusación popular que ejerce Vox, no había planteado. De esta forma, no se cumplía el principio de contradicción obligatorio en el juicio y Marchena lo advertía.

Tras varios avisos, el presidente del tribunal reprochaba a Van den Eynde que sus preguntas no "eran pertinentes". El abogado de Junqueras tomaba la palabra y subía la tensión entre ambos. En ese momento, el magistrado afirmaba: "Parece que no me explico o que no me entiende. No me discuta. No necesito la confirmación de mis decisiones por usted". El letrado desistía entonces de su turno de preguntas, tras formular protesta ante el tribunal.

El 27 de marzo, el magistrado paraba los pies al exdiputado socialdemócrata alemán, Felix Von Gründbergm, supuesto "observador internacional" del referéndum ilegal del 1 de octubre. El testigo propuesto por la defensa de los golpistas aseguraba durante su declaración: "Mi deseo es que se encuentre un consenso democrático para solucionar el problema". En ese momento, intervenía Marchena: "Su testimonio lo valora el tribunal, pero cuando se refiere a hechos. Cuando se refiere a valoraciones de carácter político sobre cuál tiene que ser el futuro de éste o de cualquier otro problema, pese a que su opinión es muy respetable, es prescindible".

El 3 de abril, durante la declaración de un guardia civil que había resultado herido durante una intervención en un centro de votación el 1-O, el letrado Jordi Pina que defiende a los golpistas Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sánchez, intentó cuestionar las lesiones del agente, leyendo parcialmente su parte médico.

En ese momento, el agente reprochó al abogado que se estuviese refiriendo "parcialmente" a las lesiones y Marchena intervino: "Señor letrado, si leemos un documento, lo leemos íntegro. Y si no lo leemos, esperamos a la prueba documental y usted hace aflorar ese documento en el instante en el que la Sala va a empezar a valorar el acopio documental que hay en la causa". "Por favor, por favor, no interroguemos sobre un documento, fraccionándolo", concluía el presidente del tribunal.

El 4 de abril, otro enfrentamiento con el letrado Jordi Pina. El abogado interrogaba a un agente, mientras visionaba en un dispositivo electrónico un vídeo sobre la actuación policial. La Sala no ha autorizado a visualizar vídeos hasta que llegue la fase documental de la vista oral. En ese momento, Pina preguntaba al guardia civil: "¿Cayó esta persona al suelo y continuaron la marcha sin hacerle caso? Voy a ser más preciso, es que lo estoy viendo".

Marchena intervenía en ese momento para recriminar al abogado su comportamiento: "Señor Pina. A ver, por favor. Lo que podemos hacer es que testifique usted, en lugar del testigo, si le parece. ¡Esto no es serio, señor Pina, no es serio! Y usted normalmente se comporta como un letrado serio, pero en este momento, no se ha comportado como un letrado serio".

"Como tengo razón", añadía Marchena, "igual lo dejamos y hace otra pregunta. No me tiene que dar explicaciones, porque igual las explicaciones agravan su actitud". Pina daba la razón al magistrado y "pedía disculpas al tribunal".

El 11 de abril, de nuevo Jordi Pina. Marchena advertía al letrado que no podía interrogar a un agente sobre el infarto sufrido por un manifestante, ya que en la vista no se juzgan estos hechos: "El tribunal lamenta enormemente, no es nuestra misión sentenciar ese incidente que está siendo objeto de tratamiento judicial en otro proceso". Pina contestaba al magistrado: "Está errando en cuanto a mi interpretación de los hechos".

Tras el nuevo desafío del letrado Jordi Pina, el presidente del tribunal le paraba nuevamente los pies: "Cuando declaro la impertinencia de una pregunta, usted no me puede decir que estoy errando. ¡No! Y le vuelvo a decir que no vamos a investigar, ni a perder un minuto más en descubrir qué sucedió en relación con un hecho que escapa del conocimiento de este tribunal".

Este martes, Manuel Marchena aplicaba un duro correctivo al abogado del presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart, Álex Solá. El enfrentamiento tenía lugar cuando Solá preguntaba a un agente sobre su intervención en un centro de votación el 1-O: "¿Vio usted a agentes de las UIP (antidisturbios) persiguiendo con las defensas y golpeando a gente?". Marchena le interrumpía: "Es mejor señor letrado que le pregunte lo que vio él, no que le formule todo lo que usted cree que debió haber visto y él se limité a contestar 'sí', 'no'". Pregúntele lo que él vio, no lo que usted cree que debió haber visto".

"La Fiscalía ha tenido tolerancia para hacer este tipo de preguntas", afirmaba Solá, "No mire, no. No es buen camino ése. La Fiscalía ha realizado el interrogatorio que el tribunal ha considerado pertinente. Lo que usted está haciendo no es pertinente y no busque que eso se convierta, lo impertinente en pertinente, a través de un juicio de contraste con lo que está haciendo la Fiscalía. No lo busque, porque no es correcto además y lo sabe usted perfectamente. Éste no es el momento de constatar", afirmaba Marchena.

Y este miércoles otro de los abogados que defiende al presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart, Benet Salellas, preguntaba al testigo si se interesaron posteriormente por la evolución del estado de salud de un manifestante que resultó herido durante la intervención policial en un centro de votación el 1-O .

En ese momento, tomaba la palabra el presidente del tribunal: "Hagamos preguntas sobre los hechos y que esos hechos sean de trascendencia jurídica. No el sentimiento que en un momento determinado pudo tener el agente que está declarando. Su sentimiento no tiene ninguna trascendencia jurídica".

El letrado Benet Salellas contestaba que en su escrito de defensa hacía referencia a esa situación y Marchena replicaba: "No mire señor letrado, no. Lo que le digo es que no hagan preguntas que no están dirigidas en su interés al tribunal, porque entonces usted está perdiendo el tiempo y nos lo está haciendo perder a nosotros. El sentimiento que pueda tener este señor no es objeto del proceso. Venga formule otra pregunta por favor". El abogado de Cuixart finalizaba su interrogatorio emitiendo la habitual protesta.

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