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La nueva estrategia de Pedro Sánchez: del "oxígeno a Casado" a "bajar los humos a Rivera"

Fuentes socialistas explican que "para nosotros es más cómoda la derecha que amplía nuestra mayoría que la de Cs que tiene votantes nuestros".

La estrategia la evidencian los gestos: sala grande para Casado, pequeña para Rivera; dos horas con el PP, menos de una con Ciudadanos... pero la explican fuentes. En privado, Moncloa desliza su voluntad de darle "algo de oxígeno", aire al líder del PP que se desmorona en beneficio de un Rivera que se atrinchera en su particular 'no es no'. El objetivo no es tanto resucitar a Pablo Casado como "bajarle los humos" a Albert Rivera a quien dicen que "falta le hace".

Las fuentes de Moncloa consultadas por Libertad Digital critican que el líder de Ciudadanos "vaya diciendo por ahí que es líder de la oposición"; que "aportará sus diputados para un 155 cuando es competencia del Senado", recuerda el Gobierno; o que "hay un Gobierno PSOE-Podemos"... "cualquier parecido con la realidad" es una casualidad, concluyen.

Pero esto son sólo las críticas que explican la nueva táctica del Ejecutivo de cara al 26 de mayo: desinflar a Ciudadanos. Son conscientes en Moncloa de que "es más cómodo para nosotros esa derecha (del PP) que amplía nuestra mayoría que la de Rivera que tiene votantes nuestros". Porque el auge de la formación naranja bebe, precisamente, del flanco derecho del PSOE.

Y, por ello, en Moncloa han encontrado un nuevo mantra de campaña: "Somos el centro". Una afirmación que hacen sin tapujos quienes reivindicaban la izquierda hace unos días en plena campaña electoral y que hoy se felicitan porque "la lucha en la derecha sea tan encarnizada que se han olvidado del centro".

Considera el Gobierno que esta batalla denominada por Sánchez "las primarias de la derecha" brindan una nueva oportunidad en la campaña a las elecciones municipales, autonómicas y europeas que hay que aprovechar. Y éste es el verdadero motivo de esta ronda de contactos: el mismo Pedro Sánchez que recibía a Torra en julio de 2017 para normalizar las relaciones con Cataluña, cambia de bando dos años después recibiendo a los líderes constitucionalistas con los que proyecta moderación y abandono de sus socios Frankenstein.

Ahora las relaciones que dice querer "normalizar" son con las principales fuerzas políticas, con quienes también hablan de "recuperar el diálogo y reforzar la institucionalidad que requiere la vida política". Mismos argumentos, diferentes actores... aunque el viraje con el que bromean y disfrutan en Moncloa es el de las llamadas derechas: "Ahora el PP quiere ser de centro y Ciudadanos de derechas, un lío".

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