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El duelo de Rivera y Batet eclipsa a Casado en la pugna por liderar la oposición

El arranque de la legislatura pone sobre la mesa la disputa por la hegemonía del centroderecha.

El arranque de la legislatura pone sobre la mesa la disputa por la hegemonía del centroderecha.
Albert Rivera. | EFE

Era lo que en términos deportivos sería la primera cita de la La Liga, un encuentro que vale los mismos puntos que todos los demás y que, a la postre, no tiene por qué ser decisivo, pero que puede influir en el estado de ánimo de uno u otro equipo en particular. La decimotercera legislatura estará marcada por muchas cuestiones, pero entre ellas no es menor el duelo por la hegemonía en el centroderecha entre el líder de la oposición salido de las urnas del 28-A, Pablo Casado, y el desde esa misma fecha autoproclamado como tal, Albert Rivera.

Un duelo que en este arranque del campeonato parlamentario se decantaba del lado del líder de Ciudadanos, mucho más rápido de reflejos que su homólogo popular ante la situación que se estaba creando en el hemiciclo durante la jura o promesa de los nuevos diputados.

Desde el primer momento, Albert Rivera evitaba resignarse a la apelación a los "presos políticos" realizada por los diputados separatistas, en referencia a los cuatro parlamentarios procesados por el Tribunal Supremo por su participación en el golpe secesionista de 2017, que también juraban su cargo.

Tras un primer intento fallido, lograba que finalmente la nueva presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, le concediese la palabra desde su escaño, protagonizando con la socialista el que se puede considerar primer duelo político de la legislatura y arrancando, incluso, el aplauso del líder de Vox, Santiago Abascal.

Comparece con los segundos espadas

Con el pie cambiado, Pablo Casado comparecía ante los medios en la sala del Escritorio del Congreso. El del PP era el único líder que acudía a un lugar habitual de los segundos espadas en las grandes jornadas parlamentarias como ha sido este martes en el que en ese emplazamiento han intervenido Adriana Lastra, José Manuel Villegas, Irene Montero e Iván Espinosa de los Monteros.

Allí, Pablo Casado explicaba que él no se había pronunciado durante la celebración del Pleno porque "no ha lugar", ya que, ha dicho, "eso lo tiene que hacer la presidenta del Congreso de los Diputados".

"La sesión ha sido bochornosa, una vergüenza nacional", aseguraba el líder del Partido Popular, que ha explicado que, a su juicio, los separatistas no habían adquirido su condición de diputados por el juramento que habían hecho. El presidente del PP acusaba entonces también a la nueva presidenta del Congreso, Meritxell Batet, de ser "cómplice del intento de blanqueamiento" de "delitos graves contra la Constitución" cometidos por los secesionistas.

Casado también anunciaba que, desde el PP, iban a registrar una petición de revisión de los juramentos por parte de la Presidencia del Congreso además de la petición para que la Mesa del Congreso suspenda a los diputados presos y una propuesta para que el juramento de la Constitución no sea sólo un formalismo y se "eviten situaciones lamentables" como la que se ha vivido este martes en el Hemiciclo.

Fuentes populares ven acertado que Casado haya comparecido en el Escritorio dado que ha demostrado su "sentido de Estado" con un "mensaje institucional". Consideran que su actuación ha sido la correcta y ha liderado "la respuesta al mitin secesionista". "'No te preocupes' es lo único que tiene que decir Sánchez mientras, con la connivencia de la presidenta del Congreso, se atacaba la dignidad de la Cámara y de la soberanía nacional. Lo único que le ha faltado decir a Junqueras es: 'Yo te lo soluciono'", explican los populares.

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