Lo primero que uno se encuentra al cruzar la puerta de entrada del cuartel general socialista es una sonrisa. Los sondeos a pie de urna han confirmado sus pronósticos, y aún si cabe los han mejorado. La posible mayoría absoluta de Emiliano García-Page es tan "inesperada" como satisfactoria, aunque la prioridad esta noche electoral del 26-M es Madrid.
Tras 24 años de gobiernos del PP, los socialistas esperan reconquistar esta plaza esta noche coronando a Ángel Gabilondo como presidente de un gobierno de izquierdas gracias a la alianza con las dos marcas de Podemos: Íñigo Errejón de Mas Madrid e Isa Serra por Unidas Podemos. Una suma que arrojan las encuestas israelitas que, sin embargo, no dan sólo buenas noticias.
En Ferraz no se sorprenden por el mal dato que cosecharía el candidato socialista al Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández, que sumaría con Manuela Carmena para revalidar un mandato de izquierdas en la capital de España pero dejándose más de un punto respecto al resultado de hace cuatro años que, no obstante, mantendría los 8/9 concejales de 2015.
Traducción: "Se repite el tíquet Gabilondo/Carmena" con el que hace cuatro años el votante progresista castigó al candidato Antonio Miguel Carmona y optó por desdoblar su voto en la región: al PSOE en la Comunidad y a Podemos en el Ayuntamiento. La diferencia es que Carmena ganaría esta vez las elecciones y lo haría holgadamente con un 35% del voto, lo cual dejaría en mala posición a Pepu Hernández, apuesta personal de Pedro Sánchez.
También esperan revalidar mandato con buenos resultados en Extremadura, Aragón y Baleares y obtener buenos resultados en las principales ciudades de España elevando a los altares al actual alcalde de Vigo, Abel Caballero. En definitiva, "buenas vibraciones" en una sede socialista a la que aún no ha acudido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En su lugar, en la cuarta planta de Ferraz, 70 se encuentran sólo el secretario de Organización, José Luis Ábalos, y su mano derecha, Santos Cerdán.