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El juicio del 1-O visto para sentencia y España en deuda con el juez Manuel Marchena

El miércoles 12 de junio el presidente del tribunal del 1-O, Manuel Marchena, pronunciaba las mágicas y esperadas palabras: "Visto para sentencia".

El miércoles 12 de junio el presidente del tribunal del 1-O, Manuel Marchena, pronunciaba las mágicas y esperadas palabras: "Visto para sentencia".
El presidente del tribunal de 1-O, Manuel Marchena | Imagen TV

El miércoles 12 de junio a las 19:02 horas el presidente del tribunal del 1-O, Manuel Marchena, pronunciaba las mágicas y esperadas palabras: "Visto para sentencia". Sin adornos, directo, firme, pero con un tono suave, delicado, un resumen perfecto de lo que ha sido su trabajo durante los 4 meses y 52 sesiones del juicio sobre el golpe de Estado que se ha celebrado en el Tribunal Supremo.

Que nadie se engañe. Ha terminado el juicio, y en parte el trabajo de los periodistas que lo hemos cubierto cada día, el trabajo de los valientes fiscales del Supremo, el trabajo de la controvertida Abogacía del Estado y el trabajo desigual de las defensas de los acusados. Unos y otros se han dejado la piel con mayor o menor acierto. Sin embargo, los 7 magistrados que componen el tribunal, y especialmente Marchena, comienzan la última y más importante fase del proceso que levantó con estoicismo el instructor Pablo Llarena.

Para Marchena es el momento de la soledad, de encerrarse, de redactar, de poner negro sobre blanco todas las anotaciones y resúmenes de las declaraciones, de deliberar y de aplicar la Ley. Llegar hasta aquí no ha sido fácil y de alguna forma ha sido especialmente injusto para el presidente del tribunal. El magistrado que preside la Sala Segunda del Supremo desde septiembre de 2014 iba a coronar su brillante carrera judicial ostentando la presidencia del Supremo y el CGPJ. Era el elegido, pero todo se torció.

Una injusticia poética para él y una justicia poética para el resto de españoles, propiciaba que presentara su renuncia antes de ser designado para evitar cualquier sospecha de tejemaneje político en su nombramiento. Un varapalo para él, pero una alegría para todos aquellos que pensábamos que Marchena "tenía que estar" en el juicio más importante de la democracia española. ¿Se imaginan el juicio del 1-O sin Marchena?

Ahora ya hemos superado la fase de la vista oral y la sentencia saldrá posiblemente entre septiembre y octubre. Es el momento de analizar lo vivido y valorarlo. Marchena ha hecho un trabajo encomiable, sobresaliente, simplemente ha estado a su nivel, lo que se esperaba. Se ha convertido en un líder en la Sala que se ha ganado el respeto de todos. Un abogado de los acusados me confesaba el otro día: "Marchena ha estado bien".

Un comentario que no es baladí, teniendo en cuenta que la mayoría de los letrados de la defensa han mantenido enfrentamientos de mayor o menos intensidad con el presidente del tribunal, algunos muy broncos, aunque también ha habido momentos distendidos y de risas, eran necesarios. ¿Errores o fallos? Pues alguno ha cometido también, pero se convierten en una simple anécdota teniendo en cuenta que el magistrado comenzó el juicio con la espada de Damocles del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo TEDH. Cualquier despiste o frase desafortunada podría ser empleada por las defensas en Europa en su contra.

Marchena ha tenido que medir cada palabra que ha pronunciado en la Sala, para que no fuera malinterpretada. Y no sólo eso, no ha podido permitirse el lujo de desconectar un sólo segundo del desarrollo de las vistas, algo que sí hemos podido hacer el resto. La Sala era como un aula escolar y si el profesor dejaba solos a los alumnos, pues se podía montar la mundial, claro está. Además de líder, ha sido profesor y los oyentes hemos recibido clases magistrales de derecho gratis, un día sí y otro también. Ha sido un maestro para todos.

Haciendo este repaso, no podemos olvidarnos de las desternillantes frases que ha acuñado durante el juicio y que han sido plasmadas ya en todo tipo de merchandising como chapas o camisetas. Yo les confieso tengo una de esas camisetas que varios compañeros periodistas de tribunales tuvieron a bien confeccionar para que todos recordásemos con cariño esta gran experiencia profesional. Muchas gracias.

En la camiseta se pueden leer algunos de los 'hits' del magistrado Marchena: "Vamos a ver...."; "Usted no puede interrumpirme a mí, yo a usted sí"; "Los guardaespaldas son personas"; "Vamos a evitar la ironía introductoria"; "La fiebre no tiene trascendencia jurídica"; o "Empezamos mal", #Marchena Dixit.

El presidente de la Sala Segunda del Supremo se ha convertido en un baluarte para los españoles, sin olvidar a los cuatro fiscales del Supremo Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal, Fidel Cadena y Jaime Moreno, los puntales del Estado de derecho y de la acusación de rebelión. Marchena también se ha convertido en un símbolo, en una autoridad, en un referente de la Ley y de la justicia de España.

Chulos indepes, y políticos separatistas graciosillos se han licuado, por no decir otra expresión malsonante, cuando tenían delante al magistrado. Marchena se ha hecho respetar, ha sido firme cuando tenía que serlo, pero sin llegar a desequilibrar una difícil armonía de una vista tan trascendental en la que tantos años de cárcel hay en juego. Ha estado en su punto. Puño de hierro con guante de seda, ha sido la expresión más utilizada para definir su trabajo en la Sala.

Por ello, muchos españoles sentimos una especie de deuda con Marchena. Y seguimos confiando en él para que dicte junto a los otros 6 magistrados Andrés Martínez Arrieta, Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral, Luciano Varela, Andrés Palomo y Ana Ferrer, una sentencia justa y a la altura de su labor en el juicio. Estoy seguro de que estos magistrados lo harán, porque son la élite judicial de nuestro país, los mejores preparados y lo harán. Cuando se haga pública la sentencia, será el momento de recapitular, de hacer cuentas y de devolver a Marchena lo que ha dado a los españoles.

El otro día una gran compañera de fatigas en este juicio me decía, "Marchena es la mejor imagen de nuestra justicia". No puedo estar más de acuerdo. Ha demostrado ser el mejor estandarte. Tanto es así que cuando se dicte la sentencia del 1-O, tendremos que hacer cuentas y los políticos tendrán que estar a la altura y devolver a Marchena lo que es de Marchena y lo que le debemos todos los españoles. Gracias magistrado, gracias maestro.

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